“No me ha tocado El Niño por un dígito”
El frailero José Miguel Serrano comienza el año como cerró 2017: de los 40.000 euros que ganó en la ONCE roza los 200.000 de El Niño por un dígito
La suerte flota alrededor del electricista José Miguel Serrano, frailero de 54 años, que ha estado a un solo dígito de ganar el sorteo de El Niño. “Me cago en…”, se le escapa de la boca hasta que recula y piensa de dónde viene: el 11 de noviembre del año pasado ganó 40.000 euros con un décimo de la ONCE. Si acabó 2017 rodeado de miles de euros, 2018 le regala unos 1.300 que han podido ser 200.000. “El mío acaba en 4 en lugar de en 5”, describe, ya tranquilo. El azar está bailando con él. En menos de dos meses, dos premios y una expectativa que no olvidará.
Fue pocos días antes del sorteo de El Niño cuando José Miguel Serrano acudió al Restaurante el Charro de Frailes, con receptor de Lotería y Apuestas del Estado, para tomar un café. Siguió el patrón que le dio tanta gloria en noviembre, cuando pidió un décimo impreso en el TPV del vendedor Custodio Cano. Otra vez, Serrano invocó al azar sin concretar nada. “Dame uno de la máquina”, le dijo al dueño, quien pensó enseguida en duplicar el número y guardarse uno; Serrano ya es una suerte de amuleto en el pueblo. “Ahora me dicen que soy santo. Los colegas me pasan los décimos y los boletos por la espalda”, admite y suelta esa carcajada tan conocida en el sur de Jaén. La máquina del restaurante, decíamos, le dio el número 05684. Es decir, el que a la postre fue el primer premio de El Niño a excepción del 4 final. La segunda inversión más rentable de su vida ya estaba hecha: pagar un café, un boleto de 20 euros para recibir a cambio 1.300.
FORTUNA EN SU VIGÉSIMO ANIVERSARIO COMO ELECTRICISTA
Josemi, como lo conocen en Frailes, repasó los números ayer con desconcierto. Al principio se confundió con boletos pasados del sorteo de Navidad. Poco después comprobó lo que era y lo que pudo ser. “Bueno, 200.000 euros no quitan a nadie de trabajar. Si te tiras a la buena vida, te quedas sin nada. ¿Cuánta gente se ha arruinado?”, relativiza.
Hoy sigue como siempre, con su furgoneta de aquí para allá. Nunca le había tocado ningún premio importante hasta noviembre de 2017. Su apuesta semanal suele ser de seis euros a la semana en El Gordo de la Primitiva.
La racha con la fortuna propicia que el empleado municipal se vea obligado a pagar más de una ronda en los bares del municipio. “Al final me quedo sin nada”, bromea.
En 2017 cumplió dos décadas de servicio como electricista del Ayuntamiento. Qué mejor manera de celebrar el aniversario que así, ganando dinero y ratos de humor con la lotería. Serrano, por cierto, está soltero. En su entorno están convencidos de que a este ritmo será por poco tiempo.
UN LINARENSE, CON LA MIEL EN LOS LABIOS
Algo similar le ha pasado a Cristian Adán, quien por un 'maldito' número no ha pillado un buen pellizco en el sorteo de El Niño. "Como te quedas...", reflexionó este joven linarense cuando vio en pantalla el 18442, segundo premio y dotado con 75.000 euros al décimo. Él llevaba el 18472. El corazón le palpitó a mil por hora hasta que comprendió que se había quedado solo con la última cifra o lo que es lo mismo cien euros. "Mal de muchos consuelo de tontos...jajaja. Hubiera preferido los 75.000, incluso con la rebaja de Montoro", le replicó a un amigo nada más colocar el décimo en Facebook. Con todo, Cristian Adán se lo ha tomado con mucho humor, a pesar de las bromas.
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