Nuevo récord de ventas de aceite con operaciones a 4,3 euros
La previsión para el enlace final ronda las 400.000 toneladas para hacer frente a la próxima campaña marcada por el calor y la extrema sequía
Continúa en aumento el precio en origen del aceite de oliva. Del 5 al 11 de septiembre, el virgen extra se vendió a 4,001 euros el litro, el virgen a 3,842 y el lampante de 3,817. Sin embargo, según los datos publicados por el Poolred, se han llegado a cerrar operaciones a 4,346 para la máxima categoria.
Este incremento no se ve repercutido en las ventas, que en agosto han registrado un nuevo récord. Siguen un ritmo imparable y va rumbo a convertirse en la mejor campaña de los últimos años. Los últimos datos apuntan a que en agosto se vendieron 132.000 toneladas, un 28% más que en 2021. El secretario general de UPA Andalucía y Jaén, Cristobal Cano, muestra su satisfacción. Recuerda que las ventas totales en estos once meses es de 1.526.400 toneladas, un 1,6% más que la anterior campaña.
En cuanto a las existencias, a primeros de mes las cooperativas y almazaras disponían de 314.863 toneladas, cuando a finales de julio había 407.465. Las envasadoras poseen 249.034, mientras que el Patrimonio Comunal Olivarero guarda 16.985. Esto hace un total de 581.152 toneladas, lo que hace prever que a finales de este mes las reservas serán de unas 440.000 toneladas. Se trata de una cantidad similar al año anterior, aunque con unas perspectivas para la próxima cosecha muy malas.
Mismo sentir en Asaja Jaén. "Con estos datos, y si septiembre se mantiene en cifras parecidas, tendremos un enlace normal, en torno a las 400.000 toneladas. Estaremos muy pendientes de la presentación del aforo, el próximo mes”, ha explicado el gerente y portavoz, Luis Carlos Valero.
Mientras tanto, COAG ponen el acento en lo que viene. Las escasas lluvias caídas, menos de las previstas, da lugar a una situación de desesperanza en el sector del olivar jiennense que vive una situación compleja con escasas previsiones de cosecha de aceite, aún menores por cada día que pasa sin precipitaciones. Necesitaría como mínimo que lloviese entre 70 y 80 litros por metro cuadrado entre septiembre y octubre, no ya para esta cosecha cuyo fruto está hecho y sólo puede perder, sino para la siguiente, que se está viendo ya afectada.
Según técnicos de COAG Jaén el olivar de secano es el más afectado, y prácticamente irrecuperable, sin cosecha en término generales, y escasa o mínima en algunos lugares más frescos, en zonas muy concretas de Alcalá la Real o Pegalajar, donde no llegará al 20% de cosecha. Incluso se ha detectado que hay olivos de secano que han comenzado a secarse por la falta de agua. El olivar de secano se ha visto afectado por un invierno seco, unas lluvias en primavera tardías y nulas en los siguientes meses. Los olivos movilizaron la trama y florecido tarde, y con poca fuerza. Un problema generalizado en todos los países productores de la cuenca mediterránea según los informes de la Comisión Europea.
Además, la primera ola de calor de mayo marcó la producción en las parcelas que estaban en floración, especialmente en zonas de campiña, como Mengíbar, Villanueva de la Reina, Espeluy o Guarromán, donde la flor se quemó y no quedó nada. La ola de calor del mes de junio afectó a algunas parcelas de zonas de sierra que florecen más tarde. Por su parte, los olivos de regadío, están perdiendo kilos de aceite por días, debido a la falta de precipitaciones y a la escasa dotación de agua de riego. Es en el mes de septiembre cuando se produce el aceite en el fruto, escaso por la sequía, pero para ello es necesario que llueva.
En el olivar de riego se dan tres casos. Aquellos que empezaron a regar pronto, y pueden tener una cosecha media de fruto, pero ahora se enfrentan a la situación de que, con la dotación de agua casi agotada, necesitan que llueva para tener aceite. A esto se suma que han gastado mucho en energía, electricidad para poder regar, y sus costes de producción serán muy altos.
Hay otros olivareros que han optado por regar desde el principio con riegos más espaciados y menores, que tienen de forma general, una cosecha de fruto media baja, sus gastos en electricidad son menores, pero que necesitan la lluvia para que la aceituna tenga aceite.
Finalmente hay olivos de riego, pero que se abastecen de pozos profundos. Han podido regar, pero les ha servido para mantener el olivo, con una escasa o sin cosecha.
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