Todo listo para poner en valor las ruinas de 'San Miguel'
Abierto el proceso de licitación de la intervención arqueológica y puesta en valor de las ruinas de la iglesia de San Miguel con 334.000 euros de fondos DUSI
La iglesia de San Miguel requiere de una intervención cuanto antes. Lo que queda hoy de templo está repartido entre varias viviendas particulares. La fachada fue desmontada en 1919 para su mejor conservación por el arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta, y trasladada al Museo de Jaén. Algunos restos son perceptibles en las calles Escalerillas, Lavanderas y la Plaza de San Miguel. Desde el año pasado, todos son oficialmente propiedad municipal y los jiennenses aguardan a su puesta en valor, cada vez más cerca pero demorada por los procesos burocráticos.
El Ayuntamiento de Jaén informa de la licitación de las obras para la intervención arqueológica y puesta en valor de la iglesia de San Miguel con una inversión de 334.000 euros. Las empresas interesadas pueden presentar sus ofertas hasta el 7 de junio. El tiempo máximo de ejecución de los trabajos es de cuatro meses.
La actuación contempla la intervención arqueológica integral de todos los inmuebles que tiene la iglesia, con un estudio de todos los elementos que conforman el entramado de casas que engloban al templo, desde el subsuelo a las paredes, un importante trabajo de arqueología de la arquitectura. Se completará con la propuesta de integración de todos los elementos en un proyecto viable.
La intervención se enmarcan dentro de las actuaciones con cargo a la estrategia DUSI cofinanciada con fondos Feder para la que se ha diseñado un proyecto para la recuperación de restos del templo hallados en 5 viviendas anejas adquiridas y la adecuación como ruina arqueológica del templo. Con esto, se frena el proceso de deterioro al que estaban sometidos sus vestigios por falta de intervención y el paso del tiempo.
EL TEMPLO
La iglesia de San Miguel es una obra de Andrés de Vandelvira del siglo XVI, tal y como consta en la cartela de la portada, y se acabó en 1561 bajo el patrocinio del Obispo Diego de los Cobos). La fachada fue desmontada en 1919 para su mejor conservación por el arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta, y trasladada al Museo de Jaén, que es actualmente donde se encuentra.
Lo que queda hoy de la iglesia se encuentra repartido entre varias viviendas particulares además de una parte ruinosa que durante los últimos 8 años sufrió varios derrumbes parciales sin que se diera solución por parte de los equipos de gobierno anteriores. Algunos restos son perceptibles en la calle Escalerillas, la calle Lavanderas y la Plaza de San Miguel.
Se conserva en cierta forma el ábside de la iglesia, de amplias proporciones, con ventanas de ladrillo de reminiscencia mudéjar. El actual equipo de Gobierno se comprometió a su recuperación como ruinas arqueológicas visitables dentro de un plan de rehabilitación del espacio tras dos mandatos anteriores en los que se ignoró por completo su conservación a pesar de que la organización Hispania Nostra había advertido del riesgo de desaparición y socialmente varios colectivos levantaron la voz ante la inacción en este asunto.
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