La crónica pintada del cronista oficial de Santiago-Pontones

Francisco Bravo expone hasta el viernes, en Santiago de la Espada, 'Hornillerías', un viaje por la memoria tradicional serrana a través de su capacidad creativa

Escritor, profesor, documentalista, fotógrafo, pintor y cronista oficial de su tierra. Todo eso es Francisco Bravo Palomares (Santiago de la Espada, 1965), y en el desarrollo de su tarea municipal lo mismo firma un artículo sobre la vida serrana que se cuaja un libro, realiza un documental o, como estos días, cuelga una exposición que es, también, una crónica plena de poesía sobre su patria chica.

"Hornillerías es un guiño al topónimo de Santiago, que empezó llamándose El Hornillo. Cuando se fundó el pueblo, a finales del siglo XV, hicieron los pastores un asentamiento fijo alrededor de un hornillo, y al final se ha convertido en el topónimo que ha pervivido". Primera lección de historia de Bravo, que nada más empezar a hablar hace suya aquella vieja sentencia: "Si quieres ser universal, habla de tu pueblo".

La sala baja de la biblioteca del municipio alberga, hasta el próximo viernes 7 de agosto (hay que darse prisa en verla, como decían de Belmonte cuando empezaba), una muestra de alrededor de treinta cuadros en los que la inspiración del artista queda en evidencia: 

"Es la vida tradicional de la sierra de Segura en acuarelas, casi todas de cortijos y aldeas; tema pastoril...". Y todo ello con ese "cariz poético" que convierte su pintura en personalísima, una suerte de crónica sobre lienzo o papel que recoge la historia y la instrahistoria de su tierra con la misma elocuencia que un memorial.