Nos sobran los motivos

Hay un sentimiento que atraviesa a nuestra provincia como un estilete. De Despeñaperros hasta Mágina, desde Andújar hasta la Sierra de Segura, en Jaén se puede mascar la indignación que flota en el ambiente. Es como una sombra, un proceso paulatino que ha transformado la alegría del sur en un “cabreo” no falto de razones.

Y es que, como decía el paisano Joaquín, “nos sobran los motivos”. Jaén pasa por ser una de las provincias de España con mayor tasa de desempleo, disputándose este dudoso honor con Cádiz. En lo que no existe debate es que ningún municipio tiene más porcentaje de población sin trabajo que Linares. Tampoco resulta halagüeño el futuro para los más jóvenes, que, año tras año, se ven obligados a dejar nuestros pueblos para labrarse un futuro.

La situación en el campo no es mucho mejor. El relevo generacional no se está produciendo, y las ayudas europeas no bastan para que nuestro sector primario “dé el salto”, modernizándose y teniendo capacidad de competir y ser rentable. Nuestro modelo agrícola necesita una auténtica revolución, pero hasta ahora, ningún Gobierno ha tenido el valor de plantearlo.

Tampoco podemos estar satisfechos con nuestras infraestructuras. El abandono institucional al que se ha sometido a nuestra provincia ha derivado en una situación insostenible, siendo la designación de Córdoba como sede de la base logística del ejército de tierra la guinda que le faltaba a este pastel. Nuestra red de carreteras presenta numerosas carencias, e infinidad de puntos negros que, no hay que olvidar, cuestan vidas. Y si uno decide coger el tren y evitar el coche, lo tiene prácticamente imposible.

Cada vez circulan menos trenes por nuestras vías, y la oferta de destinos se reduce. Incluso viajar a otras ciudades andaluzas en uno de los desvencijados vagones que nos ofrece Renfe se convierte en una odisea.

Y hay una pata más, que sostiene esta “tormenta perfecta” que nos asola. El cambio climático ya está aquí. Y no se trata de “un par de graditos”, como decía, jocoso, un diputado de la extrema derecha, sino de una verdadera amenaza a nuestro modo de vida. Nuestra provincia, por sus condiciones geográficas y características ambientales, va a sufrir, como pocas, el impacto de la desertificación y la escasez de agua.

A todo esto hay que añadir circunstancias que también afectan al resto del Estado, como la reciente subida del precio de la electricidad o el hecho de que las entidades bancarias cobren cada vez más comisiones mientras cierran oficinas, dejando sin servicio bancario a la gente del mundo rural, especialmente a nuestros mayores.

Pero no todo el cielo está negro sobre el olivar. Las elecciones autonómicas madrileñas señalaron que existe alternativa. Hay una ola verde que recorre Europa, y que indudablemente también atravesará Despeñaperros. El agridulce resultado que cosechó Más Madrid señala que hay un espacio enorme para una alternativa verde, feminista y de justicia social, pero también con un fuerte apego al territorio. Desde Más País Andalucía estamos en esa tarea, haciendo especial hincapié en recoger las demandas de plataformas como Jaén Merece Más, unas reivindicaciones justas y que están en consonancia con nuestra máxima: construir una Andalucía de la que nadie se tenga que ir, y a la que todo el mundo pueda volver.

Porque la política se ha convertido en una conversación de besugos en la que los distintos Gobiernos, en Sevilla y en Madrid, se miran el ombligo, ensimismados, y son incapaces de salir de sus propios debates. Mientras, desde Más País, tratamos de señalar problemas concretos, como la salud mental o la necesidad de reducir los tiempos de trabajo, ideas que cada vez más grupos políticos abrazan. Hablamos de lo que de verdad importa, de los dolores cotidianos, de la despoblación y la pobreza. Está muy bien que se presenten planes gubernamentales para 2050, pero yo me conformaría con saber qué será de nosotros el año que viene.

Pedro Vera es responsable de Política Federal de Más País Andalucía