"Estoy entre la población de riesgo, me quedaré en casita y ya está"
El músico Pedro Peinado (Jaén, 1965) puede considerarse víctima del coronavirus pero con todas las letras, vaya que sí. Mañana mismo tenía previsto volar hacia Argentina, donde lo esperaba una gira de actuaciones con sus ya legendarias Aove Can Guitar y el grupo malagueño Bendito. Un viaje al que el virulento Covid-19 le ha cortado las alas hasta nueva orden. Totalmente recuperado del arrechucho cardíaco que sufrió en 2018, el artista se confiesa emocionado con el solo hecho de que se cuente con él al otro lado del Charco. Dice que en cuanto termine esta entrevista, lo primero que hará será retomar el disco en el que trabaja y que había aparcado en favor de otros importantes proyectos.
—Con todo preparado y con toda la ilusión del mundo, ha tenido que deshacer las maletas.
—Una faena, se ha paralizado el mundo. Una faena importante, pero bueno, a ver...
—¿Lo ha asumido ya?
—Es que no queda otra y, aparte, que hay que solidarizarse un poco y quedarnos en la casita todo el mundo. La verdad es que cerrar una gira es muy complicado, el promotor se ha dado un currazo para que se den todas las cosas preparadas, el 18 empezábamos en Villa 31 [se refiere a la villa miseria más conocida de Buenos Aires, donde se desempeñó su labor como párroco el Papa Francisco]. Nos estaba esperando el periodista Ángel Sastre, y claro, no sabemos si cuando se retome esta historia estarán disponibles todas estas cosas. Este hombre iba a hacer un reportaje para las televisiones española y argentina.
La agenda de actividades de Peinado en tierras americanas incluía una serie de conciertos en lugares de Argentina tan emblemáticos como el Templo Espacio Cultural de Buenos Aires o el Centro Cultural El Konex, junto con artistas de primer nivel (Patricia Sosa, Limón García, Soledad Andrea Fernández, La bomba del tiempo, los indígenas QOM y Toba-Guaranie Alba Llaleq). Se pierden también los argentinos, al menos por ahora, la charla y el taller que el jiennense tenía previsto impartir para enseñarles cómo se fabrican sus guitarras de lata.
—¿Qué fue lo que, finalmente, le hizo desistir de desplazarse a Argentina en la fecha prevista?
—Primero, que teníamos el viaje vía Roma. Se estuvo viendo la posibilidad de hacerlo vía Lisboa, pero el miércoles nos enteramos de que iba a salir un decreto en Argentina (que salió el jueves), de que todos los europeos teníamos que estar en cuarentena allí. Menos mal que pudimos reaccionar a tiempo, si nos llegamos a enterar en pleno vuelo hubiéramos llegado a Buenos Aires para quedarnos cuarenta días en una habitación, menuda papeleta.
—En cualquier caso, no se trata de una suspensión definitiva, más bien es un aplazamiento, ¿no?
—Claro, claro. Si es que están suspendiendo todo lo que hay previsto: conciertos, festivales... En Fallas se calcula que unos dieciocho mil músicos se han quedado parados. No queda otra que quedarse en casita y ya está. A mí, el médico me ha hecho hincapié en que estoy entre la población de riesgo, así que me voy a quedar en casa y ya está.
—¿Qué ha supuesto para usted esa llamada desde el otro lado del Charco, el interés de los argentinos por Pedro Peinado y sus guitarras de latas de aceite a miles de kilómetros de aquí?
—Imagínate la emoción y lo importante que puede ser que se te reconozca y que alguien piense en ti, que lo que estás haciendo, reciclar y reutilizar latas y llevarlas a otro nivel (por decirlo de alguna manera) llame la atención. Que se te reconozca que estás innovando algo dentro del mundo de la música, con lo complicado que eso es. Imagínate, para mí es muy importante, aunque no se haya realizado; pero bueno, nada más que el hecho... Hasta en Chile se hicieron eco de que iba para allá y se pusieron en contacto conmigo para acercarme a Chile también, ya que estábamos allí.
—Nuevos mercados, nuevos públicos, nuevas posibilidades...
—Nunca sabemos a dónde puede llegar algo así. Lo que sí está claro es que esta historia me reafirma en que no andaba yo muy descaminado cuando hice esta apuesta. En un principio parecía una locura dejar la guitarra y dedicarme a este mundo.
—Ha hablado de su salud: ¿cómo se encuentra? ¿Está totalmente recuperado del arrechucho que sufrió en octubre de 2018?
—Sí, claro, con mi medicación, tomándome las cosas con mucha filosofía.
—Haber pasado por la experiencia de sufrir un problema de salud de los serios, ¿ayuda en situaciones como esta, le hace tomarse las cosas con más calma, sin dramatizar demasiado?
—Sí, en mi caso concreto me ha cambiado mucho esta experiencia, pero para bien, creo yo. Siempre digo, en plan cachondeo, que me tenía que haber dado este infarto hace veinte años, porque ahora me tomo las cosas de otra manera, con mucha más calma, me doy cuenta de que la salud es lo primero. En definitiva, soy otro.
—España está en estado de alarma, Andalucía ha confinado municipios, el miedo se mastica. ¿Puede ayudar la música en un momento tan dramático como este?
—Sin duda, sin duda. Alejandro Sanz dijo una vez algo que me impactó: "'Una canción no puede parar un tanque de guerra, pero puede partirle el corazón al guerrero que lo conduce''; es una frase preciosa, muy buena. Yo he trabajado mucho el tema de la música y las emociones, y evidentemente la música siempre va a estar ahí para sumar.
—Una vez aparcada su gira argentina, ¿qué tiene entre manos? ¿Que fue de aquel disco en el que trabajaba nada más recuperarse del susto que le dio su corazón?
—Lo había parado precisamente por el tema este, estaba montando también el repertorio de Bendito, el grupo con cuyo cantante, Juanra, volaba yo hacia Buenos Aires (él iba a presentar su proyecto allí también). Yo había aparcado la composición y la grabación un poco, pero ahora que no sabemos el tiempo que estaremos aquí "encerrados"... en cuanto termine de hablar contigo, retomo el tema del disco.
Por Lacontradejaén, que no quede. Termina la entrevista, que llega la inspiración.
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