"Las personas mueven las empresas"
Las personas son Saeso, y al contrario. Lo dice Javier Soria, gerente de Saeso Logística. También afirma que el emprendedor necesita un punto de locura. Él ha sabido calibrarla para consolidar una marca afincada en punto estratégico de la provincia, la Nacional IV. El equipo es todo para Soria, un empresario que ha elegido ser jiennense aun cuando conoce los datos menos halagüeños sobre la provincia. Hay en su discurso una combinación llamativa de realismo, expectativas e incertidumbre. Como el mercado, Saeso cambia, se adapta y aprovecha las oportunidades que trae la juventud. Otra cosa es los orígenes. Ahí no hay cambio: todo está arraigado.
—¿Qué le impulsa a ser empresario?
—Si soy honesto, una necesidad. No hay que darle vueltas. Nosotros nacimos por supervivencia. Yo era gerente, he estado en varias empresas y mi trayectoria me ha servido. El otro día, viendo al actual dueño de Alibaba, me di cuenta de que yo encajaba en el perfil de este hombre. Me quedé hasta asustado. Pero sí, nacimos para sobrevivir. Nos despidieron de un grupo empresarial. Habíamos hecho un grandísimo proyecto de implantación y de repente teníamos una mano delante y otra detrás. Siempre he tratado de poner impronta en las empresas, poner mi sello propio y cuando creo que las cosas deben ir en una dirección, voy con todo.
—¿Cuál es ahora su impronta en la Saeso Logísitca?
—Es, en realidad, la de un equipo de personas que sin ellos no hubiera funcionado. No me lo imagino este proyecto sin Miguel, Isidoro, Raquel, Ana y Rosa. No me lo imagino sin ellos.
—Es fundamental un equipo.
—Es fundamental. Cuando se estudia Economía se dice que el 50% son los recursos y el resto el capital. No sé hasta qué punto. Sin recursos humanos va a llegar un momento en que la empresa tenga un problema, seguro. Ocurre todos los días. Y quien rema siempre es el equipo, no rema el barco. A mí me gusta el ciclismo y cuando lo practicaba veía que llegaba igual con mi bicicleta, que no era tan buena, y a veces hasta les ganaba. No por llevar mejor bicicleta llegas antes a la meta. La bici la mueve la persona, las empresas las mueven las personas.
“UNA EMPRESA ES COMPETITIVIDAD”
—Ustedes están en Jaén, en el eje de la Nacional IV, en Guarromán, y siempre apuestan por la tierra. ¿Qué influencia tiene la localización? ¿Perjudica o beneficia?
—Le queremos poner a esto mucha pasión, pero hay una realidad: tenemos que estar en Guarromán. Las empresas se han dado cuenta que tenían que estar ahí. Es un eje vertebrador del interior, como está Benavente, Zaragoza y son los puntos logísiticos. Hay que estar ahí, no hay otra. Que estemos como Saeso en la provincia es más por corazón que por una cuestión de empresa. Jaén tiene unos 700.000 habitantes, en números redondos, y nosotros vendemos servicios. Estamos obligados al consumo. Y no se consume lo mismo aquí que en otras provincias. Además, hay un dato preocupante y a quien corresponda debería preocupar: es la única provincia de toda Andalucía que por primera vez ha empezado a perder población. No es adulta, sino joven: perdemos a nuestro futuro. Por más que nosotros queramos mis hijos no se ven aquí. Yo tengo un proyecto empresarial y mis hijos no se ven aquí. No pretendo convencerles. Pero yo tengo que reconocer que hay cosas de Jaén que me encantan, como salir al pueblo, conocer a la gente que se pasea, ir a Baeza, Linares, Alcalá... Esa cercanía a mi me llena. No soy hombre de capital.
—La cercanía caracteriza a Saeso, que intenta aportar soluciones a otras empresas.
—En efecto, aportamos soluciones a gente de aquí que tienen más difícil ser competitivos. Una empresa es competitiva o no es. No hay más. Las alianzas fortalecen la competitividad. Saeso lo es porque también lo son sus clientes y a la inversa. Nos retroalimentamos. Dos reman más que uno solo.
—¿Qué le ofrecen a las empresas para conseguirlo?
—En primer lugar hay que conocer sus necesidades y objetivos. La logística no es transporte, que es dar una solución económica a un servicio. La logística es conocer toda la empresa y saber sus proyectos futuros para involucrarte y saber si le puedes aportar una solución o no. No hay que engañar al cliente. Por ejemplo, en el caso de un asesor fiscal, ¿qué podemos aportar logísticamente? Nada. Pero en una empresa manufacturera sí somos el punto de inflexión. La logística supone, de media, un 6,75 sobre los gastos. Es algo que debe ver la otra parte.
—¿Le ha sorprendido alguna vez que un cliente no supiese que se podía ahorrar en este aspecto de la logística?
—No, porque es como si usted, periodista, llega a mi casa y le sorprende que yo tenga carencias. En absoluto me sorprendo, qué va. Lo que debo hacer cuando viene un proveedor y me señala carencias es pensar cómo ser mejor y qué me aporta él para serlo. No conozco todo, porque es imposible. Un ejemplo, a nosotros nos llegan becarios y sorprendentemente detectan necesidades. Eso es lo que hay que hacer. Hay que apostar por gente con savia, con otra visión, y que tenga la libertad de expresarse como saben y nosotros aprovechar la sinergia en aras del conocimiento.
—¿Qué importancia tienen las sinergias empresariales o asociaciones empresariales?
—Es como tener un consejo de administración gratuito. ¿Cuánto vale eso? Que yo me siente con un empresario, sea del sector que sea, en un entorno de confianza y te plantee un problema que ha tenido y cómo lo ha solucionado o te plantee una necesidad supone vivir en persona una experiencia real. Eso no tiene precio. Cualquier persona tiene algo que aportar, y si es un empresario con trayectoria, te puede contar cosas que no se enseña en un máster.
—¿No hay un recelo empresarial?
—Todo existe, sí. Pero yo no miro hacia eso. Se trata de escoger lo positivo. Si alguien lo tiene, para él. No es mi caso. Es mejor compartir experiencias vitales, desde luego.
“HAY QUE SER REALISTAS: EL RESTO ES EXISTIR MAÑANA”
—¿De qué se siente más satisfecho de toda su trayectoria empresarial?
—Del equipo. Y lo digo con orgullo propio: son mis niños, y alguno tiene canas. Somos empresa y creamos arraigo en la tierra. Generamos valor con letras mayúsculas. No está reconocido, ni quiero tampoco que se haga, pero es la realidad. Creamos impronta. Afianzamos que no haya emigrantes, que no se vaya la gente. Habría que apostar más por la pequeña empresa. A veces escuchas eso de: “Vamos a fomentar que una empresa tenga 15 empleados”. Y no será mejor ayudar al que solo es uno para que sean dos empleados. En una mayoría de las grandes empresas, con todos mis respetos, las personas son números. En la pequeña empresa nos conocemos los nombres de los maridos, las esposas, los hijos, los cumpleaños...
—Estamos en un congreso de mujeres empresarias (Apeca) en una semana como la del 8 de marzo y Saeso tiene un plan de igualdad cuando no es muy habitual en empresas logísticas ni tampoco están obligados por el tamaño. ¿Cómo surgió?
—Ni siquiera es obligatorio para nosotros, que somos 21 en plantilla, en la actualidad. Siempre hemos tratado igual a todo el mundo. A veces se trata de que hay que contar lo que haces. ¿Por qué no? Hay igualdad real en los salarios, que es donde se demuestra. Y cuando buscamos empleados, no pensamos en hombres o en mujeres, sino en perfiles. Todas las ofertas de empleo las hacemos públicas, y eso no es raro, es lo siguiente.
—Perspectivas de futuro. ¿Tiene alguna espinita clavada?
—La espinita es sobrevivir. Que mañana por la mañana existamos. Vamos a ser más realistas. Subrayo, sobrevivir. Para que la gente diga: “Yo vivo gracias a esta empresa o con esta empresa”. Claro que somos ambiciosos, pero es por propia dinámica. Si pudiera quedarme en la silla sentado y que la caja hiciese dinero, te aseguro que no haría nada. Pero no es la realidad. Todo lo que comentó mi abuelo sigue vigente. Él decía que trabajaba porque era un desgraciado. Eso se oye ahora mismo y no se contextualiza pero lo que quería decir es que eres un desgraciado en el momento que te levantas por la mañana y necesitas trabajar para poder comer o para tener un sueldo digno, o no digno. No hay que darle vueltas. Yo no entendí a mi abuelo hasta que crecí, me casé y me di cuenta de que si no llevaba un sueldo a casa era un desgraciado. Y sigue vigente. Ojalá yo me levantase por la mañana, fuese hijo de y con un tajo de billetes y me fuese a donde quisiera. ¿El trabajo honra? Sí, hasta cierto punto. Todos los días no me apetece levantarme a las 06:30. No tiene nada de honrado. Es una desgracia para cualquiera. Pero si llega el momento en que te sientes orgulloso del proyecto que estás haciendo, descubres una felicidad que no tiene precio. Pero todos los días hay que agacharse para seguir trabajando.
—Usted no es abuelo, pero sí padre. ¿Qué consejo le da a un joven emprendedor?
—Primero que se forme, luego que tenga iniciativa y experiencia. Después tiene que tener claro si es válido para emprender o no, porque para hacer hay que ser un poco suicida, tener un pelín de locura. Para tener una situación de confort no se puede ser empresario. Los emprendedores somos acuarios por naturaleza: miramos arriba y vemos estrellas de colores donde el resto ve luz. Y las vemos solo nosotros. La historia es que esa estrella sea realmente de color, porque algunas veces no es así. El emprendedor, como los innovadores y los inventores, ve una cosa donde nadie ve nada. Y tiene una virtud, es perseverante. La perseverancia es peligrosa, pero si aciertas es genial, es impresionante. Hace falta un puntito macarra, sí.
—¿Preocupado por los jóvenes?
—Son nuestra realidad inminente. El negarlos, decir que no están preparados, cualificados, que lo han tenido más fácil que antes es no conocer la realidad. Nosotros conocimos una y tuvimos que aportar unas soluciones. Ellos tiene otra y tendrán que aportar otras. Pero el futuro pasa por ellos. O aprendemos de ellos y dejamos que nos ayuden o no vamos a estar en el mercado. Personalmente me da pena como jiennense de adopción, que tiene más mérito porque es por decisión propia, ver a los jóvenes formados y que salen al mercado laboral y se encuentren el panorama actual que tenemos. Tiene mucho mérito que salgan fuera, algo que me encanta porque es experiencia adquirida. Que se marche y que traiga nuevos conceptos y valores. Y si no vuelve, que no lo haga porque, a lo mejor, desde allí donde esté genera valor para la provincia. https://youtu.be/QOxS2Ke6Lfw
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