El último día del pescadero Aurelio Villar en el Mercado de San Francisco
Aurelio Villar deja hoy los puestos 11 y 12 en el Mercado Municipal de San Francisco 46 años después: "He atendido a varias generaciones"
Hoy es el día más feliz y el más triste para Aurelio Villar (Jaén, 1958). El pescadero escribe el punto final a 46 años de trabajo en los puestos 11 y 12 del Mercado Municipal de San Francisco. Lleva el jiennense dos días —ayer recibió una insignia del Ayuntamiento, concretamente de la edil María Orozco— con los ojos húmedos. "Estoy entre lágrimas y suspiros. Lo voy a echar de menos. He atendido a varias generaciones", admite en declaraciones a este periódico.
La esquina de la calle Álamos del mercado pierde un currante que ya estaba ahí cuando el lugar lucía como los mercados andaluces de antes, con aquellos arcos y la ausencia de techo en el centro. Tiene muy buenos recuerdos de los primeros años: "Había mucha alegría y las ventas eran espectaculares".
Villar reivindica que no ha sido un pescadero al uso, porque iba más allá de Jaén. Lo suyo eran rutas maratonianas, desde Jaén hasta Santa Pola (Valencia), después a Málaga para regresar a la capital jiennense. También Villarreal e Isla Cristina (Huelva). Y aprendió las destrezas ("las triquiñuelas") del comerciante en Cádiz para competir con los mercados internacionales, como el chino. Hablan maravillas del atún de Barbate que vendía en su negocio.
"Yo creo que he cumplido con España a base de cotizaciones", resume y admite que parar a los 63 años también es una obligación por la salud. Las dolencias en la columna vertebral impiden continuar con el ritmo que ha llevado. Ahora quiere dedicarse a la cultura. El día 30 de septiembre se matriculará en cursos de restauración, dibujo y pintura de la Universidad Popular.
Aurelio Villar tiene dos hijos, María (36 años) y Aurelio (34) y otros tantos nietos, Laura (ocho) y Alberto (dos). Reconoce que hace unos días jugaba con los segundos porque nunca tuvo tiempo años atrás para hacerlo con los primeros. Apearse del mercado le dará también otra vida. "Lo dejo con todo el dolor de mi corazón", insiste. El negocio será traspasado. Hay varias opciones. Deja un consejo para navegantes: "Al pescadero le digo que observe mucho y que se apasione. Que no vaya a los almacenes, sino a la costa. Es lo que yo he hecho. Hay que buscar la diferencia".
Únete a nuestro boletín