Un siglo recordando a un jiennense en las calles de Madrid

La placa original de Jacinto Higueras Fuentes que recuerda el lugar donde murió el poeta Bernardo López en la capital de España fue colocada en su ubicación actual en 1925
Un siglo, nada más y nada menos. Ese es el tiempo que lleva en la fachada de la casa número 9 de la antigua calle Portillo de Madrid la placa que recuerda que allí vivió y murió, en noviembre de 1870, el poeta jiennense Bernardo López García, autor de la célebre Oda al 2 de mayo.
Un poema que lo convirtió en héroe literario de su tiempo hasta inmortalizarlo de la mano del escultor santistebeño Jacinto Higueras Fuentes, autor no solo de esta placa urbana del Foro sino también del artístico rótulo (réplica del que protagoniza esta página digital) que recuerda su lugar de nacimiento, en la también jiennense calle Maestra.
En ambas, el perfil del vate evoca claramente el del busto que el propio artista firmó y que, desde 1904, cuando fue situado ante la cripta de la Catedral de aquí, va de lugar en lugar; ahora, en la Plaza de los Jardinillos, tras pasar por la Alameda, donde dio lugar a uno de esos dichos jaeneros copados de guasa: ya saben, lo de la cabeza y su tamaño...
La fotografía facilitada a este periódico, generosamente, por la nieta de Higueras muestra el momento en el que unos operarios de la fundición encargada de culminar la pieza muestran la placa, antes de ser colocada en su ubicación definitiva en la capital española.
O sea, que pasear por el centro de Madrid puede procurar un subidón de chovinismo nada más toparse con esa calle a la que da nombre el poeta, y mucho más al darse el gustazo de disfrutar de la virguérica pieza de bronce que, con la solvente firma de Higueras, eterniza la memoria de Bernardo López.
Únete a nuestro boletín