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"El tándem Iglesias-Errejón sería casi perfecto"

Por Fran Cano - Febrero 11, 2017
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Pedro Vera Blanco (Úbeda, 1989) ya ha votado ‘Recuperar la ilusión’, el Podemos errejonista. El secretario general de Úbeda por la formación morada acude a la redacción de LaContracrónica antes de que se conozca el rumbo del partido tras las votaciones de Vistalegre II. El proceso concluye mañana, a las ocho de la noche. Vera cree que la ventana del 15-M sigue abierta, pero entiende que no hay mejor sitio que las instituciones —ya con diputados morados— para ganarle la partida al bipartidismo. Revela que antes del Podemos de Iglesias solo había tenido una vinculación política: se presentó a las primarias del Partido Pirata.

—Usted trabaja en la Secretaría de Acción Institucional Estatal del partido. ¿En qué consiste su labor?

—Trasladamos el programa a medidas legislativas concretas. También coordinamos la acción legislativa e institucional que se lleva a cabo en ayuntamientos del resto del país. Estoy muy orgulloso del trabajo que hemos hecho con la derogación de la Ley Montoro, que asfixia a nuestros ayuntamientos. Impide la inversión en cosas que sí preocupan a la ciudadanía. Sin embargo, Montoro, que es de Jaén, solo estrangula.

—¿Qué cambios ve en Podemos entre Vistalegre I y Vistalegre II?

Hay muchos, y son obvios. El primer Vistalegre se planteó como la fundación de un partido. Este de ahora no diría que es una refundación, pero sí un replanteamiento de cómo hemos llegado hasta aquí y cuáles son los siguientes pasos. En este Vistalegre hay dos hojas de ruta. Una, la que es más valiente y transformadora, es abrir más el partido. Creemos que la ventana del ciclo de movilización que abrió el 15-M no se ha cerrado. Hay otros compañeros que creen que llega el momento de atrincherarse, de resistir, y esperar a las próximas elecciones para vencer al PP. Yo creo que no podemos esperar cuatro años más. La gente de este país no puede. Tenemos que ser útiles en el mientras tanto aprovechando el peso institucional que nos hemos ganado gracias al esfuerzo de gente anónima. Debemos seguir presentando leyes e iniciativas. Y que nuestras palabras se conviertan en hechos.

—Antes había representantes que defendían que no se podían separar los documentos de las personas, como Echenique, y ahora él sí quiere que vayan juntas propuestas y personas. ¿Qué es más acertado?

—Echenique estuvo muy acertado en Vistalegre I, pero no era el momento. La organización estaba dando sus primeros pasos, y había que construir una máquina de guerra electoral. Fue un periodo de dos elecciones generales, una municipal, con procesos autonómicos en todo el Estado. Ahora hay que abrir el partido y poner las mejoras ideas sobre la mesa. No podemos atarnos a una cara.

—¿Hay un Podemos para ganar (Iglesias, Alegre y Bescansa) y otro para protestar (Anticapitalistas, de Miguel Urban)?

—Esa correlación de fuerzas ha cambiado. Por ejemplo, Pablo Iglesias está más en el, digamos, Podemos para protestar. Está bien que digamos lo que no funciona. Ha sido nuestra seña de identidad. Pero no basta: hay que generar confianza en un pueblo huérfano de partidos que lo representan. No podemos abandonar la movilización, pero no es nuestro eje central. Este es hacer política de forma diferente a los últimos 40 años. Nuestros cargos públicos no pueden ser meros activistas. Hay un Podemos para ganar. Es el que defiende 'Recuperar la ilusión'. Tenemos que solidificar nuestras propuestas. Cuando se hable de renta básica, de derechos humanos y de pobreza energética, la gente debe saber que Podemos está en ello.

—Tendría claro su voto en Vistalegre II.

—Sí. He votado 'Recuperar la ilusión'. Estoy orgulloso de haber participado en el proceso de redacción de los documentos. Son los que deberían ganar para un Podemos de futuro. Sería un error el pensar que la forma de ganar es dar miedo o enseñar los dientes. La gente no quiere más agresividad. Lo que de verdad da miedo al adversario es que exista un Podemos que dispute de tú a tú en las instituciones.

—Ha dicho Iglesias: "Tres secretarios generales no le ganan la presidencia a Rajoy. Uno sí". ¿Está de acuerdo?

—Quizá deberíamos aspirar a un modelo más coral. Demasiado tiempo ha habido un Podemos dependiente de sus portavoces, Iglesias, Errejón o Bescansa. Hay que pensar mucho más allá en un Podemos que sobreviva los próximos diez años, para cuando Pablo o Iñigo no estén. Solo se conseguirá descentralizando. No es una cuestión solo de democracia, sino de sentido común.

—¿Los simpatizantes de Úbeda son partidarios de la concentración del poder o prefieren que esté repartido?

—Hay de todo. Pero en sitios de la periferia como Jaén, o Andalucía, debemos aspirar a más descentralización. En la mayoría de municipios no se ha recibido ni un solo euro, por lo que es difícil llevar acciones políticas. En cuanto al censo, 'Recuperar la ilusión' apuesta por otorgar el censo de inscritos a los secretarios generales municipales. Puede ser muy útil para saber quién es quién en cada ciudad.

 Vera, entrevistado en la redacción de LaContracrónica.
Vera, entrevistado en la redacción de LaContracrónica.

—¿Cree que Errejón le gusta más al PSOE y al PP que Iglesias?

No, al contrario. Precisamente es al que más temen. Porque es el que más confianza genera. El tándem Pablo-Iñigo es casi perfecto. Tienen caracteres muy distintos, y sin embargo, hemos visto lo que hacen juntos. En las elecciones del 20D, el Pablo del minuto de oro ilusionó a una parte importante de la población. Ambos son menos sin el otro. Deben trabajar juntos en el Podemos de futuro. Lo que da miedo al régimen es un Podemos capaz de disputar en el tú a tú en las instituciones.

—¿Le molesta que le etiqueten de errejonista?

—No creo que exista como tal el errejonismo. Porque en él convive gente muy diferente, como Tania Sánchez, que viene de IU. Es más un término acuñado por los medios para explicar una situación compleja. El errejonismo, si lo llamamos así, defiende un Podemos transversal y feminista en contraposición al Podemos, digamos, más huraño y más de izquierdas, que defienden otros compañeros.

IMPACTO EN LA PROVINCIA

—Casi 53.000 jiennenses votaron a Podemos en las últimas elecciones generales. Fue la tercera fuerza con más apoyos. Antes de las urnas, ¿creyó que podría colarse entre el bipartidismo?

—Era bastante difícil. El bipartidismo en la provincia solo se rompió una vez en democracia, con Felipe Alcaraz. Sí pienso que una buena campaña consiguió que Diego Cañamero entrase en el Congreso para representar a Podemos.

—En Úbeda fueron 3.292 votos a Podemos. El PP superó los 7.000. ¿La distancia era previsible?

—Sí. La sociedad ubetense está divida entre el PP y el PSOE. Hemos abierto una buena cuña, no obstante. En las últimas municipales ganó el PSOE debido al pésimo trabajo de Pepe Robles en la Alcaldía.

—¿Es posible ganar en Úbeda?

—Con un trabajo importante sí. Pero es algo a largo plazo. El objetivo debe ser ganar y tener claro para qué. Debemos construir un proyecto de ciudad serio, inclusivo, que apueste por un turismo sostenible. Tenemos patrimonio por explotar.

—¿Qué feeling tiene para los siguientes comicios?

—Es difícil hacer vaticinios ahora. Tengo buena relación con IU en Úbeda. Son unos compañeros valiosos. Podríamos forjar una candidatura unitaria que nos llevase a ser llave de gobierno. La fuerza que pactase con nosotros debería asumir una serie de requisitos. No le daremos un cheque en blanco a nadie.

—¿Cabe la opción de que usted encabece la lista morada a las siguientes municipales?

—No lo sé. Cuando me presenté como secretario general dije que no sería candidato de Úbeda. No tengo esa ambición. Hay mucha gente muy valiosa. Me gustaría que fuese una mujer, porque creo que ellas deben dar un paso adelante en la política.

—En Jaén hubo un conflicto entre la exsecretaria general Trinidad Ortega y el entonces cabeza de lista por la provincia, Ándres Bódalo. ¿Tiene su versión del enfrentamiento?

—Fue un periodo complicado. Había parte de la provincia de Jaén que no estaba de acuerdo con la candidatura de Bódalo. Yo lo defendí en público y en privado. Creo que se quedó en una posición de vulnerabilidad, más aún con el foco mediático sobre él. En un país con Rato y Blesa libres, se hace difícil explicar que una persona como Bódalo siga en prisión. El sistema penal en España debe sufrir reformas profundas; no responde a la realidad de la calle. Si se hiciera justicia, Bódalo debería estar ya en la calle.

—Pablo Iglesias lo defendió públicamente en televisión y en su cuenta de Twitter. ¿Cree que fue acertado respaldarlo?

—Sí, era un candidato. No podíamos hacer otra cosa. Pablo Iglesias hizo bien, porque no cabían otras opciones.

 Vera ve viable un acuerdo con IU en Úbeda.
Vera ve viable un acuerdo con IU en Úbeda.

RUTA ECONÓMICA

–¿Qué puede hacer Podemos en la provincia?

—Tenemos una riqueza muy nuestra, el olivar. No lo explotamos de una forma correcta. La comarca de la Loma es el mayor productor mundial. Vemos cada campaña que el valor añadido del aceite no repercute directamente en la provincia. El aceite va a Italia, y ellos generan el valor añadido vendiéndolo a otros países, como Estados Unidos. La Junta no está haciendo lo suficiente: deben mejorarse las infraestructuras, y facilitar que las pequeñas explotaciones tengan posibilidad de sacar adelante sus propios productos.

—Jaén está en el top de provincias con parados, y con una tasa de desempleo juvenil enorme. ¿Cuáles son los propuestas del partido en este ámbito?

—Es una vergüenza que haya un 70 por ciento de paro juvenil. Veo cómo se marchan mis compañeros de promoción más allá de Despeñaperros para formar un plan de vida. Jaén debe reindustrializarse: todo se ha abandonado al cultivo del olivar, que es pan para hoy y hambre para mañana. Hay que apostar por el talento joven. Si no me equivoco, han abandonado Jaén más de 50.000 jóvenes desde 2014. ¿Quién pagará las pensiones del futuro? El sistema de pensiones es insostenible con el modelo de precariedad laboral que nos ofrece el PP. Tenemos que hacer planes de empleos serios.

—¿Podemos quiere bajar la cuota de autónomos?

Sí.

—¿Cuál sería la cuota?

—Eso entraría dentro de un plan integral relativo a la reforma fiscal que queremos hacer. Es impensable que nuestras cuotas sean las más altas de Europa. Igual ocurre con la tarifa de la luz.

—¿Y bajar impuestos?

—Cuando se habla de esto, lo importante es decidir a quién. En España ha habido gente, durante demasiado tiempo, que no ha pagado impuestos. Lo vemos con las Sicav, que es irrisorio lo que tributan. Una personal normal tributa casi el 50 por ciento de sus ingresos. Hay que redistribuir la balanza fiscal para que paguen más los que más tienen. No es nada revolucionario. Está en la Constitución.

—¿Y el IVA?

—Es el impuesto más injusto. Degrava por igual al rico y al pobre. No mira tus ingresos ni tu situación económica. Es vergonzoso que el IVA cultural esté al 21 por ciento. La cultura debería ser uno de nuestros motores de desarrollo. Y hay servicios básicos como la luz y el agua que también deben ser revisados en este aspecto.

—En los últimos tiempos han aparecido nuevas formas de economía colaborativa, como BlaBlaCar y Airbn. ¿Podemos defiende que el Estado las regule?

—En casos tan específicos, la cuestión es mirar si perjudica más que beneficia, o al revés. A priori no tengo opinión, pues no conozco estos casos. Sí creo que hay que mirar a qué sectores perjudica. Y en el asunto de la tributación, no debe haber agujeros negros.

—¿Habría, entonces, que hacer un cálculo utilitarista de a quién beneficia y a quién perjudican las herramientas de economía colaborativa?

—Claro. Cualquier política pública debe ir enfocada a que a cuanta más gente beneficie, mejor. Si se está produciendo una situación de mercado en la que hay un porcentaje mayor de la ciudadanía que se ve perjudicado, habría que intervenir.

 Pedro Vera, secretario general de Podemos en Úbeda, apuesta por 'Recuperar la ilusión'.
Pedro Vera, secretario general de Podemos en Úbeda, apuesta por 'Recuperar la ilusión'.

RELACIÓN CON LA PRENSA

—¿Le gusta cómo tratan los medios a su partido?

—El nivel de agresividad que vivimos al principio, con la vinculación constante a ETA, a Venezuela y al comunismo ya pasó. La gente no se lo ha creído. Era absurdo. Cuando las personas nos ven en el súper mercado dicen: "Joder, no tienen cuernos ni rabos. Son normales". Esa imagen se borró. Entiendo que a veces es difícil para los medios trasladar situaciones complejas.

—Hay periodistas mediáticos que cargan a menudo contra Podemos, desde Arcadi Espada hasta Jiménez Losantos. ¿Eduardo Inda ayuda, sin quererlo, a Podemos?

—Inda denosta al adversario por el mero hecho de serlo. Y sí creo que provoca el efecto contrario. Ya es más un personaje televisivo que un periodista.

—¿Los dirigentes de Podemos tratan bien a todos los medios?

—Debemos mejorar. Hacer autocrítica. Con los medios hemos tenido desde siempre una relación fluida, porque creemos en la transparencia, y lo demostramos. Pero a veces hay que tratar mejor a los compañeros de la prensa. Y por ello debemos evitar, por ejemplo, retrasarnos en ruedas de prensa.

—Cuando nació el 15-M, la duda era si acabaría siendo un movimiento político. Luego llegó Podemos, y ahora se discute en el seno del partido si basta con ser fuerza política o, además, hay que ser un movimiento social y popular. ¿Su fuerza echa de menos el 15-M?

—Lo meritorio del 15-M fue inaugurar un nuevo tiempo político en España. Apareció una nueva gramática, con términos que no había en la esfera política. Muchos de los que ahora defendemos Podemos venimos de ahí. El problema del 15-M fue su poca capacidad reformativa. Ahora sí tenemos la herramienta política, Podemos, para concretar las buenas ideas en leyes. Debemos aprovechar la ventana de oportunidad que suponen las elecciones. Todos los cargos públicos deben estar centrados en la acción institucional, que es por lo que cobran. No soñábamos entonces con diputados del 15-M. La media de edad ha bajado en el Parlamento. Por otro lado, ahora es habitual que diputados con jerséis entren al Congreso. Ya no es tan raro, por ejemplo, que no todo sean hombres en un Parlamento excesivamente masculinizado.

—¿Añora la atmósfera del 15-M?

—Son etapas, igual que ocurre en la vida. Si el 15-M fue nuestra adolescencia, Podemos es nuestra madurez. Echo de menos las manifestaciones masivas, claro, pero es algo que ha quedado atrás. Nunca volverá. Y tenemos que asumirlo.

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