Ruiz Amezcua alza la voz por los caídos del coronavirus
El poeta galduriense publica Enterrad bien a nuestros muertos (2020), "primer testimonio en poesía" que reivindica a las víctimas del Covid-19 y a los sanitarios
"Este cuaderno se termina de imprimir el día 25 de mayo de 2020, cuando España entera sufre, desde hace meses, una pandemia y un estado de alarma. Y la pérdida de miles y miles de españoles, algunos en condiciones más que lamentables. De todos ellos se acuerda este poema".
Son las palabras finales, el sobrecogedor colofón de Enterrad bien a nuestros muertos (2020), con el que el poeta Manuel Ruiz Amezcua (Jódar, 1952) cierra su última publicación, un cuaderno editado por Comares con el que el escritor grita alto en recuerdo y tributo a las víctimas de la enfermedad. Y un aplauso, también, a los sanitarios desde el balcón particular de la poesía.
"Aquí nadie ha dicho ni pío todavía y escribir, menos... Había que dar testimonio". Y él, que no tiene pelos en la lengua, levanta la voz para reivindicar a los caídos por la pandemia, a las víctimas mortales del coronavirus, con esos cincuenta versos que "desde la dedicatoria hasta el colofón" no dejan espacio a la condescendencia, a la comodidad.
"Para Maribel, y para todos sus compañeros sanitarios. Por salvar tantas vidas con tan pocos medios. Y por luchar heroicamente contra un enemigo más que poderoso. Muchos han perdido su vida en ese empeño", reza la dedicatoria inicial, presidida por el nombre de su esposa.
"Tocado directamente" por la situación generada por la emergencia sanitaria, a cuenta de la profesión de su mujer, el poeta deja negro sobre blanco, con su particular estilo expresivo, una llamada de atención a través de su singularísimo idioma, una hermosa reivindicación: "Lo digo en muchos versos, están en el sitio equivocado", sentencia.
"Han muerto en unas condiciones que todavía no las sabemos exactamente. De tantos miles y miles, muchos han muerto en las residencias de ancianos, eso tendrá que ser investigado. Tenemos testimonios de gente, de familiares, del Ejército, que se encontró esto y lo otro, pero eso tendrá que salir a la luz. Todo eso está en el poema", aclara para Lacontradejaén el autor de algunos de los libros más significativos de la poesía jiennense del último medio siglo, según la legión de estudiosos que sitúan su obra en las cimas de la literatura contemporánea.
ENTERRAD BIEN A NUESTROS MUERTOS
(España 2020)
Muertos sin alas y muertos sin ojos,
muertos sin cuerpo y muertos sin nadie,
aún no habéis tenido vuestra tumba,
aún no habéis tenido vuestra muerte.
Os mostraremos la luz en la oscuridad.
No tuvisteis un dios,
ni siquiera una mano
en la hora del olvido.
Diremos no a vuestro silencio
y a todo lo que os separa
de lo eterno.
Porque la luz es dulce
y es grato para los ojos
contemplar el sol.
Lo peor del silencio
es su intención de muerte.
Enterrad a los muertos
y tocaréis lo extraño
y visitaréis lo desconocido.
Enterrad bien a nuestros muertos
antes que no haya compasión
por el rastro de su vida,
por el grito de su muerte.
Enterrad a los muertos, y dirán
todo lo que ocultáis de ellos.
Todo lo que ocultáis a todos.
Todo lo que no hicisteis por ellos.
Todo lo que no hicisteis por sus cuerpos.
Todo lo que no hicimos lo diremos.
Escuchad en silencio
todo lo que murmuran de vosotros,
todo lo que esperaban de nosotros.
Tantos muertos juntos tienen razón
y se levantarán contra nosotros.
Enterrad a los muertos dignamente.
Los dejasteis morir sin dignidad.
Y volverán un día, volverán
a decir su verdad.
Nunca perdonarán el abandono.
Nunca perdonarán tanta tristeza.
Nunca perdonarán tanta miseria.
Enterrad mejor a los muertos,
porque están en el sitio equivocado.
En el miedo a la enfermedad
y en el miedo a la muerte,
y en el laberinto de la locura.
Enterrad a los muertos.
Nunca enterraréis su memoria.
No hay lugar en el mundo
adonde no llegue ella.
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