Premios que reconocen la calidad de la poesía jiennense
Manuel Ruiz Amezcua, Salvador García Ramírez y Antonio Portillo reciben sendos galardones en diferentes certámenes literarios del panorama lírico nacional
La poesía jiennense está de enhorabuena de la mano de tres de sus autores, que en los últimos días se han hecho con importantes premios literarios del panorama nacional gracias a la calidad de sus obras.
Tres galardones que muestran la fortaleza de la lírica escrita por poetas de Jaén y que ponen un punto de satisfacción, de información positiva, en este año incierto y difícil del coronavirus.
Se trata de Manuel Ruiz Amezcua (Jódar, 1952), el ruseño Salvador García Ramírez (Rus, 1958) y el vate de la provincia afincado en Madrid Antonio Portillo (Jaén, 1963). Tres voces poéticas dispares cuyas cualidades las han hecho merecedoras de estos tres reconocimientos.
El galduriense se hace con la edición 2020 del Premio Ciudad de Cabra, una prestigiosa distinción que concede el Ayuntamiento del municipio cordobés a literatos consagrados y que poseen ya escritores de la talla de Juana Castro, José Infante o Antonio Colinas.
Por su parte, el autor ruseño añade a su bien poblado currículo el Premio de Poesía Juan Bernier, que convoca el Ateneo de Córdoba. En su trigésimo sexta edición, el certamen reconoce los valores de su libro Punto y aparte, que verá la luz en la colección que la entidad cordobesa dedica a la publicación de los poemarios galardonados año tras año:
"Como se insinúa en el título, es un libro estructurado en tres partes en las que se van graduando las impresiones que provoca el proceso de acomodo entre dos etapas de la vida tan relevantes como la profesional y la de jubilación", aclara el poeta.
En el caso de Antonio Portillo, su poema Anciano de ojos tristes lo convierte en flamante ganador del Premio de Poesía Fernando Calvo, que convoca la Tertulia Poética Desván, de Torrejón de Ardoz (Madrid): "Es un honor recibir este premio que lleva el nombre del gran poeta y amigo Fernando Calvo", manifiesta el poeta jiennense, en plena promoción de su última colección de poemas, Rayomatiz, editada por Sial Pigmalión.
Visto lo visto, aquella "enfermedad incurable y pegadiza" que decía Cervantes que era lo de hacerse poeta está claro que sienta estupendamente a los líricos de la tierra.
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