Cartas para aliviar el confinamiento en la prisión de Jaén

La Diócesis habilita un correo electrónico para que la ciudadanía contacte con la comunidad penitenciaria, especialmente afectada por el estado de alarma

Dice un viejo refrán que cárceles y caminos, hacen amigos. Lo de los caminos está complicado a día de hoy, con una situación de confinamiento contra el coronavirus que pone en riesgo de multa a quien se aventure a salir de casa sin causa justificada. Lo de las cárceles es otra cosa. Para muestra, un botón: el correo electrónico que la Diócesis jiennense ha habilitado para que la ciudadanía pueda contactar por escrito con los internos, en un momento en el que quienes pasan la cuarentena entre los muros del Centro Penitenciario de Jaén carecen de talleres, clases y hasta de visitas para aliviar su ya de por sí cotidiano aislamiento.

"Nosotros ya estábamos en contacto, antes del confinamiento, con unos funcionarios, para poderles enviar a los internos unos mensajes de ánimo no personalizados y que ellos pudieran ponerlos en las carteleras de cada módulo; habíamos empezado por ahí, pero esa quedaba al nivel de los voluntarios del equipo que lo hacía. Ante la nueva situación, hemos ampliado de forma que cualquier ciudadano que quiera enviarle un mensaje no personalizado a los internos puede hacerlo", aclara José Luis Cejudo, delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria y capellán de la prisión. 

Tan sencillo como escribir unas palabras de ánimo y hacérselas llegar al e-mail cartainterno@diocesisdejaen.es. Según Cejudo, "no se les puede llamar desde la calle por cuestiones de seguridad, pero es que ahora tampoco pueden ir a visitarlos, ni por supuesto tienen lugar los vis a vis íntimos o familiares, con los niños". Desde dentro, explica, tampoco lo tienen más sencillo y, aunque es cierto (afirma) que se les han ampliado los minutos de llamadas, "la situación económica de algunos familiares hace que no les puedan ingresar la cantidad que antes le ingresaban en peculio", con lo que la comunicación se les pone cuesta arriba y, con ella, los recursos sentimentales para conllevar de la mejor forma su situación. "Si una familia sencilla, humilde, está en paro con esta crisis, ¿cómo les van a ingresar dinero en sus tarjetas telefónicas?", se pregunta el capellán.

"Las cartas ya están llegando, se ponen en los módulos y los muchachos las leen. Uno de los primeros mensajes que les llegó fue el del señor obispo, tanto a los internos como a los funcionarios. El delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria destaca, al hilo de esta iniciativa, el papel de los trabajadores del centro jiennense, "a los que no se les reconoce mucho el papel que están jugando":

"Hay que tenerles mucha consideración, están impidiendo que el virus entre en las cárceles; en la de Jaén no hay ningún infectado pese a los nuevos ingresos y a los que vuelven de los permisos; procuran la distancia entre los internos, pese a que el número no deja de crecer. Aplaudimos a todos, que se lo merecen, pero estos funcionarios están salvando la salud de unas setenta mil personas en toda España con su trabajo de cordón sanitario, y merecen que se les reconozca", reivindica Cejudo. 

Por otra parte, el presbítero pide que se recuerde también a los familiares de los internos, "víctimas de esta crisis del coronavirus porque viven el dolor de no poder comunicarse con ellos". A dos días de la Semana Santa de 2020, las instalaciones tampoco albergarán la tradicional eucaristía de la cena del Señor ni el lavatorio de pies que el prelado jiennense celebra, año tras año, con los presos. Alguien dijo que con las palabras se puede acariciar a las personas... He aquí una buena oportunidad de demostrarlo.