La cosecha de aceite podría caer hasta un 40% en algunos puntos de Jaén

El olivar, a pesar de ser un cultivo agradecido y de las lluvias de meses anteriores, acusa la vecería propia de su cultivo, además del calor y las plagas

La próxima cosecha de aceite de oliva en Jaén, la mayor productora mundial, podría ser significativamente menor de lo esperado debido a la vecería propia del olivar, las altas temperaturas de mayo que afectaron la floración y los ataques de plagas como el prays y el algodoncillo. Aunque estas plagas no comprometen la calidad del aceite, sí reducen el volumen de producción, según informan olivareros de diversas comarcas a COAG.

En la Sierra Sur, zonas como Alcalá la Real y Alcaudete prevén una caída de hasta el 30% respecto al año anterior, afectadas por la vecería y el prays. En Alcaudete, donde la cosecha pasada fue media, los productores destacan la importancia del otoño, una etapa crítica para el olivar. En Mancha Real, la floración irregular y las previsiones climáticas apuntan a una cosecha del 60%, frente al 80% del año pasado, con temores por un posible aumento del prays en septiembre si las temperaturas bajan en junio.

En comarcas como La Loma, la más productiva, se estima una reducción del 30% en Torreperogil y hasta un 40% en Villacarrillo, afectadas también por la vecería y el prays. En Baeza (Las Escuelas) y Jimena, el fruto se ha quedado pequeño, lo que ha provocado pérdidas significativas. Por su parte, en Andújar, los olivares de secano han sufrido un mal cuaje de la flor debido al calor, mientras que en zonas húmedas el hongo repilo ha debilitado los árboles al provocar la caída de hojas.

En áreas cercanas a la sierra, como Villanueva del Arzobispo, Iznatoraf, Villacarrillo y Beas de Segura, el algodoncillo se suma al prays, causando pérdidas totales en algunas parcelas por segundo año consecutivo. Además, la concentración de polen este año, con un pico de 7.711 granos por metro cúbico el 19 de mayo, está muy por debajo de los 15.000 granos de años anteriores, lo que refuerza las previsiones de una cosecha reducida.

A pesar de estas dificultades, la disponibilidad de aceite en el mercado sigue siendo positiva, con una tendencia al alza en las salidas mensuales. Sin embargo, el enlace de campaña podría ser menor que el del año pasado. Los olivareros insisten en que aún es pronto para previsiones definitivas, ya que la floración de abril-mayo y la maduración de septiembre, momentos clave que requieren agua, serán determinantes para el resultado final de la cosecha.