¿Qué fue del Puente Mocho?
La Plataforma por la Restauración del Puente Mocho exige el arreglo total y que se dé respuesta a los compromisos adquiridos en 2017
El 10 de marzo de 2017 fue un día muy especial para los vecinos de Beas y Chiclana de Segura. Escolares de ambos municipios acompañaron a las cabras de Manolo "El Uso", que volvieron a cruzar el Puente Mocho gracias a su rehabilitación. Se daba respuesta así a una demanda histórica para que este patrimonio, a caballo entre El Condado y Segura, no se viniera abajo. Una inversión de 326.000 euros, financiados con fondos Feader, que permitió una recuperación de la estructura de este puente romano. Pero el trabajo no está culminado.
Los trabajos consistieron en asegurar la estabilidad de las cimentaciones y consolidar la estructura de las bóvedas y demás elementos de soporte. Se repuso y mejoraron piezas de sillería. También se incidió en la mejora del comportamiento hidrológico del río Guadalimar en las inmediaciones de la infraestructura y la desviación del cauce. Asimismo, se restauró la vegetación de las zonas aledañas.
Pero el objetivo final no se ha cumplido. Así lo denuncia la Plataforma para la Recuperación del Puente Mocho, que recuerda que han pasado 19 meses y no se ha terminado la segunda fase de la restauración. "Se comprometieron a contratar a un arqueólogo de campo para datar el monumento y no se ha hecho", lamenta Mariano Ojeda. "Poco más queda por decir, tan solo seguir reivindicando la restauración total", exige.
Se trata de un insigne Bien de Interés Cultural. Un enclave de gran valor arquitectónico y cultural, paso ganadero de excepcional y sencilla belleza. Un célebre puente romano de cien metros de longitud y seis arcos de medio punto (siglos II-III). Una construcción en la que se aprovecharon los recursos naturales del entorno. Además, la infraestructura es un punto crucial en el camino de cartagineses que recuperará muy pronto su grandeza. De esta manera, engrandecerá el paisaje y seguirá siendo un enclave de lujo para la trashumancia.
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