Un concejal 'desterrado' entre cañas y pinchos
El concejal no adscrito convierte un bar en su despacho ante la falta de soluciones para encontrar una ubicación para él en el Ayuntamiento
Víctor Santiago, concejal no adscrito del Ayuntamiento de Jaén, tiene madera de relaciones públicas. Recibe a todo el mundo que pregunta por él en un conocido establecimiento de la calle Bernabé Soriano -esquina con Joaquín Tenorio- con una sonrisa de oreja a oreja. "Pase a mi despacho", indica mientras abre la puerta del bar que, desde hace más de un año y medio, se ha convertido en su "improvisado" y "original" espacio de trabajo para abordar asuntos municipales.
Entre cafés, tostadas de aceite y tomate, platos de jamón y cañas, Víctor Santiago atiende a todo aquel ciudadano que reclama sus servicios para tramitar un documento, exponer una queja del barrio o simplemente conocer su opinión sobre un tema concreto de la ciudad. Sería el 'sueño' para cualquier 'currela': la oficina en el bar, pero no para el ex de Ciudadanos. "¿Usted cree que esto son formas y lugares de recibir a los vecinos?", se pregunta. Al final de la semana, "se reúne" con más de treinta personas, con el consiguiente café, cerveza o refresco, dependiendo de la hora del día. Más que el despacho de un político, el lugar de trabajo de Víctor Santiago recuerda a una escena sacada de una película de Luis García Berlanga.
El concejal no adscrito trata de tomárselo de la mejor manera posible, si bien reconoce su malestar ante una situación que considera "denigrante" para un representante público elegido democráticamente por los vecinos de Jaén. Víctor Santiago se quedó sin espacio físico en el Ayuntamiento una vez que causó baja en Ciudadanos. El despacho, con dos habitaciones, que ocupaban los tres concejales de la formación naranja pasó a manos de Salud Anguita, mientras que a Iván Martínez se le buscó acomodo en unas dependencias municipales de Somuvisa. Víctor Santiago, que no se habla con Salud Anguita, se quedó en la calle. Se le ofreció, al igual que a Iván Martínez, un local en otra zona de la ciudad, pero él quiere estar en el Ayuntamiento, como Dios manda y como el resto de concejales de la Corporación Municipal. "Es lo lógico y lo responsable para un edil. No entiendo por qué no puedo disponer de un despacho en el Ayuntamiento que es la casa de todos los jiennenses", denuncia.
El 21 de junio de 2016 presentó un escrito en el que solicitaba un despacho en el Consistorio. Reclamación que duerme el sueño de los justos, puesto que ha pasado más de un año y sigue en la cafetería. Al margen del malestar que le produce su condición de "concejal desterrado", lo que más le duele es el silencio del alcalde, Javier Márquez, y del concejal de Personal y Régimen Interior, Miguel Contreras. Para él, estos "pequeños detalles delatan como se vulneran los derechos fundamentales como concejal de la ciudad y nadie dice nada. Algún interés tendrán, nada es casualidad", señala, al tiempo que critica la actitud de los grupos de la oposición, el Partido Socialista y Jaén en Común.
Todo esto, además, tiene un "grave perjuicio" para Víctor Santiago, ya que las notificaciones debe recogerlas él directamente al no disponer de una dirección para que se las envíen. "No se ven muy preocupados, pero no pasa nada, yo seguiré atendiendo como es habitual en la terraza del Pan Aceite", dice. Víctor Santiago anuncia su intención de acudir a la vía judicial para denunciar esta situación y el hecho de no poder acudir y votar en todas las comisiones como concejal no adscrito, al margen de las áreas de Cultura, Imefe y Nuevos Polígonos.
SE LE OFRECIÓ UN DESPACHO
Fuentes municipales confirman que a Víctor Santiago se le ofreció, al igual que a Iván Martínez, un local en unas dependencias de Somuvisa que rechazó. Tampoco, informan las mismas fuentes, quiso compartir el despacho de Ciudadanos en el Ayuntamiento, que ocupa, en la actualidad, Salud Anguita. En ambos casos, por la "mala relación" que existe entre los tres.
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