“Quiero formarme como actor para ser único”
Miguel Ángel Víchez “Michi” explica las claves de Volviendo para quedarme, el musical de pequeño formato al estilo del exitoso La Llamada
No hay tiempo que perder. Parece la consigna de cabecera de Miguel Ángel Vílchez “Michi” (Jaén, 2001), que estrena su primer musical el próximo viernes en el Teatro Darymelia. La historia se titula Vuelvo para quedarme, y quién sabe si el tiempo hará que la ficción se convierta en parte de la autobiografía de un joven de 17 años, ya con la mirada puesta en Madrid. Vílchez tiene hambre de mundo, pero está encantado con el trato que ha recibido en Jaén. Desde su patria chica ha escrito y encara retos tan difíciles como atractivos. El chico está vivo en vida.
—¿Cómo se da la idea?
—El año pasado participé en un musical, y se me ocurrió una historia muy diferente. El título me salió solo. Considero que puede enganchar. La historia la completé entre agosto y septiembre tras cuatro meses. Lo cierto es que en el desarrollo hubo muchos cambios. El musical no se trata de cómo acaba, sino de cómo se desarrolla. Queremos contar una historia en la que lo más importante son los mensajes que traslada.
—El título es muy sugerente. ¿Representa la esencia del musical?
—Hace referencia a que existe un chico que vuelve a su ciudad tras estar fuera. Su intención es quedarse. Enfrenta una situación bastante diferente a la que había antes de marcharse. El padre se lo encuentra liado con la madre del mejor amigo del hijo. Intentamos transmitir las experiencias de los adolescentes. Creo que el público, más allá de las diferentes edades de los espectadores, se sentirá reflejado con alguna situación.
—Vuelvo para quedarme aborda desde el primer amor hasta el botellón. ¿Son los temas más comunes de la adolescencia?
—El primer amor es un tema que nunca va a desaparecer, dado que son aprendizajes, con las primeras mariposas en el estómago, el no saber cómo desenvolverse. Esa situación evoluciona de una manera u otra en función de cada persona. Y el botellón es algo muy actual, impuesto por la sociedad. Una característica de los adolescente es la no personalidad. Lo procuro reflejar con un personaje bastante cómico, pero todo está hilado con sentido del humor y lleno de música y baile.
—Usted es director, protagonista y autor del musical. ¿Qué faceta disfruta más?
—Todas me gustan. Cada cosa tiene su encanto: escribir es positivo, porque es creatividad y al mismo tiempo, vía de escape. A veces se me pasan las horas escribiendo, y eso es señal de que me gusta. Como director me ha gustado la experiencia, dado que he conseguido trasladar las ideas. Quizá como más me divierto es como actor. De hecho, es lo que quiero ser. Mi intención es que el público se divierta.
—También dijo en la presentación que su propuesta es algo “nuevo”. ¿Cuáles son los rasgos diferentes?
—En Jaén, en el ámbito de los musicales, estamos acostumbrados a los números de Acrobalia, que es un teatro espectacular en el que he estado involucrado. Es una bestialidad. Yo he apostado por un teatro que ha triunfado en Madrid. Es el de pequeño formato, al estilo de La llamada. Hay menos personas participantes, pero son tan buenas que hacen algo con mucha calidad. En el Darymelia, por ejemplo, para simular un salón, las paredes suben y bajan. Veremos algo que no se suele hacer: intentar explotar el teatro al máximo gracias a la contratación de sonido e iluminación.
“LLEVARÉ EL NOMBRE DE JAÉN POR DELANTE”
—Tiene 17 años. ¿Cuándo empezó a crear?
—Me ha gustado desde siempre. Cuando era pequeño estudié en conservatorios y en la familia siempre me gustó hacer reír. Lo que más me atrae es la comedia. Hace un año o un año y medio, cuando estaba en el anterior musical, Antonio Velasco —recientemente fallecido— me marcó. Con él me di cuenta de que era capaz de abarcar varias facetas que seducen al público. He decidio irme a Madrid y estudiar para no ser uno más, sino para ser único.
—¿Qué es lo siguiente que le gustaría hacer?
—Tengo muchas historias que contar. Muchas ideas. El problema es el tiempo, dado que tengo que prepararme para la selectividad y para la prueba de ingreso en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (Resad). Si pudiese, haría más musicales. Y si me fuese bien, llevaría a Jaén por delante, porque aquí me han ayudado.
—La gente que hace cultura en Jaén no es la más optimista del universo. ¿Tan mal está producir aquí?
—En mi caso, el Ayuntamiento me ha ayudado. También lo ha hecho la prensa. Los medios que han querido fomentar el musical de pequeño formato lo han hecho. No me han puesto ninguna traba, aunque sea algo diferente.
—Ha dicho que quiere estudiar fuera.
—Sí, mi idea es entrar en la Resad. Es muy difícil, pero entiendo que es el lugar donde mejor me pueden formar. Miguel Ángel Karames, que coproduce el musical, me ayudará a prepararme para la prueba de acceso.
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