Ramón Molina Navarrete poetiza con éxito la discapacidad

El afamado escritor ubetense recibe el Premio Nacional de Poesía María Fonellosa de Benicasim con un tríptico que "anima a seguir adelante pese a las dificultades que impone la vida"

La discapacidad nace en nosotros

y nadie escapa de ella. Es un sorteo

que la vida organiza en el deseo

de hacernos más iguales a unos y otros...

Con estos y otros versos, el poeta ubetense Ramón Molina Navarrete ha añadido recientemente un nuevo reconocimiento a su ya colmado currículo literario. En esta ocasión, el célebre escritor de la Ciudad de los Cerros se desplazó hasta el Ayuntamiento de la ciudad valenciana de Benicasim para recoger el Premio Nacional de Poesía María Fonellosa, en su tercera edición, organizado por la Unión Nacional de Escritores de España.

Un jurado presidido por el escritor Adrián Ureña y compuesto por Eva Barrés, Juan Hernández Pérez, Hasbia Mohamed y José Carlos Lloréns, además de la propia María Fonellosa, concedió el galardón al también dramaturgo de Úbeda. Por su parte, el poema Alas de Ángel, original de Carmen Carrasco, obtuvo un accésit.

"Estoy muy contento, satisfecho, y el acto de entrega, además, fue muy bonito, muy emotivo", asegura el célebre autor, director y protagonista de Maranatha, que obtuvo el galardón gracias a su obra Tríptico para acertar la vida, dos sonetos y un poema en cuartetos en los que Molina Navarrete poetiza la discapacidad, tema obligado del concurso:

"En el primer soneto hablo de que todos en cierto modo, en este campo de batalla de la vida, tenemos alguna deficiencia, unos se sienten heridos, todos estamos heridos de alguna manera, y termino diciendo que en medio de esto, aunque yo me crea perfecto, soy quizá de los peores, de los más heridos", aclara el poeta. 

En cuanto a los cuartetos, en sus palabras, quiere expresar que "nadie está conforme; esta vida es todo imperfección, deformidad, pero hay que luchar, vivir el momento, porque cada uno tiene una herida, un dolor, una enfermedad, no pensar tanto en el pasado ni en el futuro y con coraje y esfuerzo luchar, pese a tanta sombra y tanta hiel", dice. Para muestra, un botón: 

Todo es imperfección, deformidad.

La plenitud no existe en ser alguno.

Aquí todo es luchar, ir cada uno

a no se sabe dónde en realidad...

Cierra el tríptico un soberbio soneto en el que el literato ubetense invita a optimizar las capacidades personales para no pasar de largo por la existencia: "Si tú estás herido por la enfermedad, te ha arañado la vida, debes luchar por dejar tus huellas en la senda de la vida", concluye. 

Ramón Molina Navarrete recuerda el acto de entrega del premio con emoción, hasta el punto de volver de Benicasim impresionado por la creatividad de las personas que participaron en el recital poético organizado en torno al certamen, que incluyó la celebración de unas Jornadas de Escritores por la Discapacidad:

"Varios discapacitados recitaron, fue muy emotivo; salió una chica con un leve síndrome de Down y leyó un poema muy bonito; expresaron sus desoes, sus sueños, sus inquietudes, y leyeron con emoción. Me impresionaba escucharlos, y yo que me creía una persona normal, sin discapacidad, me daba cuenta de que me ganaban, me superaban en muchos aspectos de la vida", evoca el poeta.

Toda una experiencia para un escritor que, pese a su interminable lista de galardones y a una trayectoria copada de momentos inenarrables, ha supuesto un profundo y revelador descubrimiento.