JeC encabeza la rebelión ciudadana contra Castillo
La formación morada comienza a recoger las reclamaciones de los usuarios por el "pésimo" servicio de autobús urbano de la capital
Las largas esperas por la falta de autobuses, la mala comunicación entre los barrios, la falta de aire acondicionado en verano o de calefacción en invierno, el hacinamiento en los vehículos y, por supuesto, los tornos son algunas de las quejas que han plasmado hoy los usuarios del transporte público urbano en las hojas de reclamaciones repartidas por Jaén en Común (JeC) en la calle Virgen de la Capilla, donde se encuentra una de las paradas principales. No había colocado la formación morada el puesto, cuando ya había jiennenses esperando, boli en mano, para descargar su ira contra la empresa concesionaria del servicio, Autobuses Castillo. "Es un desastre. Lo peor que he visto en mucho tiempo", denunciaba una mujer mientras aguardaba la cola para interponer su correspondiente reclamación.
La campaña 'Defiéndete de Autobuses Castigo', que recorrerá diferentes paradas de la capital, es la manera que tiene JeC para aglutinar las numerosas quejas por la "mala calidad" que presta Castillo a los usuarios. El portavoz del grupo municipal, Manuel Montejo, asegura que la iniciativa lo único que pretende es que la empresa cumpla con la normativa, en el caso de los tornos, corrija la retahíla de deficiencias que presenta el servicio y realice la auditoría aprobada en pleno, entre otras muchas cosas.
Los componentes de JeC no solo han recogido quejas, sino que también han repartido octavillas a los viandantes para informarles de las obligaciones Castillo, como disponer de hojas de reclamaciones en todos los autobuses, que estos estén en condiciones óptimas de limpieza, que no deben sobrepasar la capacidad máxima de viajeros, que no pueden alterar líneas ni itinerarios sin la autorización municipal y la colocación de paneles digitales en todas las paradas, así como en todos los vehículos para que indiquen a los usuarios el próximo destino. En definitiva, demandas que, desde hace años, vienen haciendo no solo los grupos municipales de la oposición, sino los propios jiennenses y el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Jaén.
Para Pedro Goya, los autobuses son muy antiguos, falta información en las paradas y una actualización de los servicios. Su visión es la menos mala de todas las consultadas por este medio a pie de calle. La de Concepción no puede ser más negativa. Un frenazo del conductor que debía llevarla a la Universidad Popular le costó la gafas progresivas -de 400 euros- que llevaba puestas por culpa del fuerte golpe que se dio contra una de las barras laterales del vehículo. Puso la correspondiente hoja de reclamaciones, pero nadie de la empresa respondió a sus demandas, a pesar de plasmarlas, incluso, en la propia oficina de Castillo, donde "se rieron de mí", denuncia. "No me he vuelto a subir en un autobús", remata. Son testimonios de jiennenses que no aguantan más un servicio tan "deficitario".
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