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No subirás a tu hijo a la nube mil veces

Por Fran Cano - Febrero 26, 2019
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Una docente, un guardia civil, un informático y una psicóloga abordan los riesgos de las redes e internet para los menores en una actividad celebrada en SAFA Alcalá

Herramientas tan útiles como peligrosas. La era de los dispositivos cada vez más modernos abunda en una idea tradicional y efectiva: es el uso el que marca la diferencia. Cuestión de responsabilidad. La ampa Padre Talavera, de la SAFA de Alcalá, organizó ayer una cita en el salón de usos múltiple con cuatro profesionales que expusieron datos y convicciones a un grupo de padres y madres.

Baldomero Andreu, presidente del colectivo, presentó a los ponentes: Mercedes Jamilena; psicóloga; Rafael Montañés, ingeniero informático; Antonio Romero, guardia civil, y Mamen Rosales, profesora de la SAFA.

Jamilena, primera en intervenir, dio algunos datos acerca de la sobreexposición pública de algunos menores en las redes por decisión de los padres: el 80 por ciento de los niños con seis meses ya tiene presencia en la red; a los cinco años, hay más de 1.000 fotos suyas publicadas. "Hacemos una huella digital de los hijos que siempre quedará en la nube. Y borrarlo no sirve de nada", señaló la psicóloga.

La especialista, como el resto de ponentes, citaron problemas relacionados con el uso de internet sin control, como es el acoso o el sexting —compartir vídeos de contenido sexual—, aparte de consecuencias muy negativas, desde la ansiedad, el aislamiento hasta el desarrollo de la ludopatía. "Una menor de diez años se quiso suicidar porque la madre le quitó el móvil", mencionó. "Estamos obligados a educar desde el nacimiento para prevenir este tipo de problemas", dijo, y apeló a tres recursos, sobre todo en la etapa adolescente: afectividad, autoridad y comunicación.

 La psicóloga Mercedes Jamilena se dirige a los asistentes.
La psicóloga Mercedes Jamilena se dirige a los asistentes.

CASOS DE GROOMING EN LA COMARCA

El agente Antonio Romero compartió Riesgos de internet para los menores, charla que suele impartir a los alumnos en los centros de Alcalá. Subrayó el impacto de Instagram entre los más pequeños: ocho de cada diez estudiantes de primero de la ESO ya tienen cuenta en una red cuya edad mínima legal para registrarse es de 14 años, igual que Facebook. Es decir, los números no cuadran con los porcentajes: es fácil burlar ciertos filtros.

Romero hizo un aparte en el caso del grooming, vinculado a los pedófilos que aprovechan la tecnología para seducir a menores de edad. "Les regalan los oídos. Les dicen todo lo que quieren oír y así se granjean su confianza", detalló. Hubo un caso en Alcalá que afectó a una chica, engañada por un pedófilo todavía entre rejas. La implicación de otro estudiante, que recibió el material en su móvil y lo puso al servicio del centro, permitió dar con el delincuente. "La comunicación con los institutos y colegios es fundamental", subrayó el guardia civil, quien también apeló a dos realidades muy diferentes: la internet profunda —una suerte de ciudad virtual sin ley donde hay contenidos hiperviolentos al alcance de menores— y la aplicación Alertcops, que permite al ciudadano denunciar delitos con facilidad.

TECNOLOGÍA Y EDUCACIÓN

Rafael Montañés, informático del equipo provincial TIC en el Servicio Andaluz de Salud, lamentó que no hubiese más asistentes en el acto, circunstancia que ya advirtió en otra ponencia en Alcalá.

El especialista apeló a la reflexión a partir del escritor Nicholas Carr, quien advirtió consecuencias negativas del mal uso de las tecnologías, como la pérdida de la empatía o la incapacidad para tener pensamientos profundos. El informático aportó datos e ideas: más del 85 por ciento de los niños de 10 años usan internet, y las capas sociales más ricas están, en tanto que cuentan con más dispositivos, más expuestas a los problemas.

Tanto Montañés como Mamen Rosales, profesora de la SAFA, subrayaron que las tecnologías bien empleadas son ventajosas tanto en la vida laboral como en la profesional. La docente incidió en un consejo a las familias: "No penséis en perder la batalla ni tengáis complejos de inferioridad. Podemos enseñar el uso de las redes y de internet con normas, como en el resto de actividades", valoró.

La profesora recordó que ahora el prototipo del alumno con malas notas no es aquel que pasa el día en la calle, sino alguien que pasa las horas encerrado en el cuarto, expuesto a los estímulos de las pantallas. Apenas un 30 por ciento de los menores emplea internet para informarse. Las actividades favoritas son escuchar música, ver vídeos y, cómo no, publicar y subir fotos a la nube. "En realidad hay muchas nubes, muchos datos privados. Y algún día lloverá", concluyó Montañés.

Fotos y vídeo: Fran Cano.

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