Reencuentro en Miramundos
Qué buenas y qué malas son las costumbres. Por tanto, dejémoslo en que son costumbres. Que pueden cambiar y que, por supuesto, deben hacerlo a mejor, supongo, pero ¿qué es mejor? Mejor que cada cual las cambie o no a su modo. Todo es válido.
Digo esto porque hace mucho que no escribo. También sé que no tengo que escribir si no me apetece. Pero creo que está volviendo a ser cierto que ese apetito incipiente está acercándose. Y transcurrido un largo periodo he creído que este es buen momento para plasmar estas primeras líneas. Líneas de todo tipo por venir, líneas de rap quizás o en cualquier otra estructura correcta o incorrecta.
Recientemente he tomado conciencia de lo que significa vivir en el momento presente, pues es el único instante en el que viviremos. Mañana siempre será un nuevo 'ahora' y hay que vivirlo en gerundio. Por eso vengo a las montañas.
Aquí estoy de nuevo, en Sierra Mágina. La que fue un alto en el sendero, una mirada amplia al horizonte, es muy importante para mí. Supone algo así como continuar tras mi primer paso en este camino que la vida me ofrece. Haciendo acto de presencia, observando y escuchando sus figuras y susurros. Amando cada matiz en este inmenso campo de sensaciones llamado Naturaleza. Quiero devolverte con mi interacción todo o parte de todo lo que tú me das. Gracias. Y aquí estoy, para ti.
Al pico Mágina llegó ese paso continuado, ese primer proyecto en forma de autodocumental musical llamado El sendero de los sueños.
Un sendero que es prueba inequívoca de que conseguí hacer lo que una tarde cansada de vendimia imaginé en aquella buhardilla del Chateau Villemagne, en una preciosa región del sureste de Francia. Volví a imaginar nuevas aventuras. Con el propósito de sentir y disfrutar de la alegría que emanan todos los senderos, caminos, lagos, ríos, montañas, animales, personas, luces y fríos vientos, lluvia, amaneceres y puestas de sol. Ese campo de sueños me ofrecerá todo esto a lo largo de los cientos de miles de kilómetros que me quedan por recorrer.
Mi objetivo es muy fácil: ni siquiera creo que tenga entidad calificarlo como tal, pues es disfrutar la vida en compañía del Amor que todo ofrece. Mi objetivo no es llegar a ningún sitio, es sentir con plena tranquilidad y conciencia que siempre estaré en el momento más perfecto que jamás existirá. ¡El Ahora!
La noche del 12 al 13 de Noviembre de 2016 la he pasado solo en el genuino Refugio Miramundos. Pero quedan cientos de guaridas, noches al raso y en furgoneta, en las que, seguramente, nos encontremos en el camino.
Acabé solo El sendero de los sueños. Y acompañado lo reanudo al lado de todos vosotros, que leéis estas líneas en LaContracrónica y más allá. Me acompañaréis a lo largo de cimasyvalles. Nuestra siguiente aventura, nuestro siguiente proyecto, pues ya no hay un "yo" o un "tú". Somos nosotros, somos uno, somos Amor viviendo la Unidad. Somos cimasyvalles.
Amigos, compañeros, amantes de la naturaleza, sentiremos, aprenderemos y caminaremos juntos. Y se lo mostraremos a todo el mundo con el mayor de los amores. Incondicional. Dando sin esperar. Un abrazo fuerte a todos. ¡Nos vemos pronto!
Alguien dijo: «Ama lo que haces y lo que haces te amará cien veces más».
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