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Un cobijo para la creatividad bajo la jaenera Plaza de Santiago

Por Javier Cano - Mayo 18, 2025
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Un cobijo para la creatividad bajo la jaenera Plaza de Santiago
Los rostros de la artista Carmen Montoro, en el refugio antiaéreo de la Plaza de Santiago. Foto: Refugiarte 2025.

La séptima edición del encuentro reúne a doce creadores plásticos que presentan ocho intervenciones artísticas en diálogo con el refugio antiaéreo jiennense

"Entablar un diálogo con el Refugio antiaéreo de Santiago". Esa es la principal aspiración de los artistas participantes en la nueva edición del encuentro Refugiarte 2025, cuya exposición (bajo el título de El grito) permanecerá abierta hasta el 30 de julio y puede visitarse a través de la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Jaén.

Como explican desde la organización del proyecto, "las obras expuestas tienen en común el hecho de querer transformar a través del arte el significado originario de este lugar, pero sin perderlo de vista en ningún momento, por lo que son constantes las alusiones a la luz, a la esperanza, y a la no violencia".Y añaden:

"La muestra pretende ofrecer una nueva perspectiva del refugio, más allá del sentido original para el que fue construido, o de la función que tiene actualmente, como lugar que muestra a la ciudadanía lo que supuso este tipo de construcciones en el marco de la Guerra Civil Española. Así, Refugiarte 2025 representa una visión diferente de este lugar, tan cargado de significado mediante diferentes técnicas y lenguajes, pudiendo encontrar en él instalaciones artísticas, fotografías, esculturas, pinturas o grabados".

En la cita, coordinada por David Martínez y que también tiene entre sus fines un acercamiento al ámbito educativo y la disponibilidad para acercar el arte y el proyecto a los más jóvenes) toman parte, este año, doce artistas que presentan ocho intervenciones artísticas. 

Se trata de Mercedes Girola, con una obra escultórica que transforma un símbolo de violencia y guerra en una metáfora sobre la fragilidad humana, la pérdida y la memoria; Rosa Agua, quien hace un alegato a la desertización y a la destrucción mediante una instalación artística construida a partir de troncos ennegrecidos por la quema y la devastación, y Carmen Montoro Cabrera, autora de una propuesta artística compuesta por doce rostros encajonados e intervenidos con técnicas diferentes, que transitan por conceptos como desgaste, encierro y desolación.

Por su parte, Carlos Tajuelo, Merche Pérez y Nacho Guadaño presentan una serie de imágenes fotográficas, en este caso no sobre los refugios antiaéreos sino sobre la situación de los refugiados en la actualidad (concretamente la muestra es de los refugiados en Indomeni en 2016, en Grecia).

Murdo Ortiz y Emilio Cerezo realizan una obra conjunta que versa sobre el papel de la luz como símbolo de libertad y como antítesis al sentido de opresión. La huida y las fases de un conflicto, a través de la escultura y del grabado, son las propuestas de Pedro Caballero y José Gracia

Juan Moreno Frontón llega con una serie de acuarelas unidas a pequeños textos poéticos que son ventanas de luz y esperanza en un espacio de oscuridad y violencia, en tanto María José Moreno Frontón y Cristina García Jaramillo proponen una instalación artística cargada de simbología, La criba, que recoge simbólicamente el proceso por el que pasa cualquier persona cuando atraviesa un conflicto y en el que se despoja de parte de su esencia personal e ideológica.

Un derroche de arte contemporáneo en el que compromiso y creación pueblan un espacio convertido (mientras dure esta exposición) en cobijo contra el silencio. 

 'La criba', obra de Moreno Frontán y García Jaramillo.
 'La criba', obra de Moreno Frontán y García Jaramillo.

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