Regreso ficticio de los nichos en ruinas

El Ayuntamiento advierte que la carta que ahora reciben algunos vecinos es obsoleta y no supone una acción municipal

Caso desenterrado. Una carta de 2011, firmada por la delegada de Empleo y exalcaldesa valdepeñera, María de la Paz del Moral, ha vuelto a llegar a los buzones de algunos vecinos. En ella, el Ayuntamiento recuerda que los bloques número uno y dos del Cementero Municipal están en ruinas, con el consiguiente proceso de traslado de los restos mortales. La carta, insiste ahora el equipo de Gobierno, es de 2011 y su distribución no tiene nada que ver con una acción municipal. Se desconoce aún quién y qué motivos hay tras el regreso del caso de los nichos.

Laura Nieto, alcaldesa local, explica a Lacontradejaén que ya han informado a través de la cuenta oficial de Facebook y del boca a boca a los vecinos para que obvien la misiva. También ha puesto a disposición de los ciudadanos un número para alertar a la Policía Local y esclarecer el asunto.

RECUERDO DE UN MOMENTO TENSO Y DIFÍCIL

La carta, confirma Nieto, ha empezado a ser motivo de comentarios entre los valdepeñeros desde el fin de semana pasado. Quienes han leído el contenido no daban crédito. Incluso alguno ha pensado que el caso de 2011 se repetía, ahora en nichos diferentes. Nada más lejos de la realidad.

María de la Paz Del Moral recuerda a la perfección la carta y todo lo que generó en el pueblo. “Lo mandamos casa por casa. Aprovechamos que conocíamos a la mayoría de los que tenían familiares en los bloques para hablar con ellos y agilizar el proceso”, narra.

Una familia solicitó entonces trasladar los restos de uno de los bloques. Algo relativamente común. A raíz de la petición, el aparejador comprobó que los bloques uno y dos estaban en ruinas. “Tuvimos que iniciar el expediente para hacer el procedimiento normal”, rememora. El conflicto político estaba por empezar.

El caso, que una vez completado acabó contentando a la mayoría de las familias afectadas, sirvió de munición partidista para la oposición, según la delegada. Del Moral señala que se vivieron momentos muy tensos. Había ediles que tenían allegados en aquellas tumbas. Fue un asunto muy espinoso. “Mi padre era entonces concejal de Obras. Y su madre estaba enterrada en esos nichos. Él lo pasó muy mal”, apunta Laura Nieto, que entonces ni siquiera tenía participación en la vida política local. “El asunto trajo cola”, añade.

La hoy delegada indica que casi todos los familiares agradecieron al Ayuntamiento la labor desarrollada, con aportaciones simbólicas ciudadanas para los nuevos nichos. El proceso fue largo, de casi dos años. A Del Moral no se le ha olvidado el impacto político —inmoral a su juicio— que tuvo en las sesiones plenarias, aunque su gobierno no quedó desgastado. “Lo pasé mal”, reconoce.

La pregunta es por qué ahora vuelve esa carta anticuada, reproducida exactamente igual, palabra por palabra. “Me he quedado muy sorprendida cuando Laura Nieto me lo ha contado”, dice. “No tenemos ni idea de quién o quiénes lo han hecho”, tercia la alcaldesa. Lo que hoy es ficción, ayer —en 2011, más bien— causó mucho daño entre los vecinos. El Ayuntamiento sale al paso para evitar que vuelvan viejas heridas.