Restauración de la reja del Santuario de la Virgen de la Cabeza
La comunidad trinitaria tramita la correspondiente autorización de la Delegación de Cultura para poder realizar la restauración
La comunidad trinitaria de la Basílica Menor del Santuario de la Virgen de la Cabeza ha presentado una petición a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Jaén para restaurar la reja del presbiterio, a cargo del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Desde 1944 no ha sido tocada y es alarmante la suciedad que acumula. Ahora se tiene que verificar el estado de la pintura sobro los tondos decorados. Una vez limpia, lucirá con gran esplendor debido a su bello cromatismo.
La reja es una obra insigne de la segunda mitad del siglo XVI encargada por la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza en 1562 a los rejeros Juan Rodríguez de Salamanca y Bartolomé Gómez, sobrinos del afamado maestro Bartolomé, autor de la reja de la capilla real de Granada. Según explica el profesor Domínguez Cubero, está labrada a dos haces que se debió de ejecutar entre 1575 y 1578.
Se estructura en dos pisos y está organizada en tres calles. En la central, más amplia que las laterales, se encuentran las puertas y sobre éstas un espacio rectangular con la iconografía de la Virgen de la Cabeza por sus dos caras, más elaborada la que da al templo. Cuanta con dos ángeles que enmarcan un tondo con una bella imagen mariana de corte renacentista italiano. Un Calvario con Cristo en la Cruz, San Juan y María, remata el conjunto; Cristo es sujetado por una figura hercúlea que a su vez es una alegoría de la nueva Iglesia renovada tras el Concilio de Trento. Es muy bello el tetramorfos (los cuatro evangelistas) en el zócalo de la puerta.
La reja quedó destrozada por el asedio bélico de abril del 1937. Fue llevada a Granada, a la Escuela de Artes y Oficios, para que la restaurara José Ruano (1884-1962) y su equipo. Pusieron mucho interés en esta labor el arquitecto Francisco Prieto Moreno, que en el informe que adjunta afirma que “el trabajo de restauración debe de ser una continuación de la tradición rejera del siglo XVI del maestro Bartolomé”. Prieto Moreno hace una descripción en la que resalta los detalles arquitectónicos.
En la escuela granadina se realizó también la cruz monumental como terminación del Vía Crucis, la lámpara de la nave, restaurando también los hierros del balcón principal, así como la creación del púlpito ubicado en el lado del evangelio.
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