Un restaurante de Mengíbar atendió gratis a 40 camioneros
"Hemos tenido que cerrar en nuestro mejor momento", lamenta Juan Carlos Galdón, gerente del Restaurante Guadalquivir
Días difíciles para la hostelería de la provincia, que también ha mostrado mientras ha podido su mejor cara. El restaurante Guadalquivir de Mengíbar atendió gratis hasta a 40 camioneros, uno de los colectivos que peor lo pasa durante la cuarentena. El servicio ya no está disponible, toda vez que las medidas del Estado de alarma son más restrictivas.
"Lo hicimos durante diez días", cuenta Juan Carlos Galdón, gerente del negocio, a este periódico. Habla en plural porque la ayuda gratuita a los camioneros fue posible gracias al apoyo de su socia y compañera, Marina Gil. Los camioneros recibían una bolsa con una pieza de fruta, un bocadillo y una lata de bebida. Galdón y Gil se encargan de acercar la comida en cuanto los conductores estacionaban en las inmediaciones del establecimiento. "Al principio dejé mi teléfono para que me avisaran, pero después preparábamos las bolsas a medida que los veíamos llegar", relata el dueño. El pan de los bocadillos provenía de Vicente Hernández Villar, panadero y empresario de Bailén. "No me conocía de nada y me regaló el pan en cuanto supo lo que hacíamos", alaba el hostelero.
El restaurante, ubicado en el kilómetro 13 de la carretera Bailén-Motril, empezó a funcionar en los primeros años del nuevo milenio. El matrimonio tiene dos empleados y ahora, como el resto de la actividad no esencial, está a la espera de nuevas decisiones por parte del Gobierno.
"Antes del cierre estábamos en nuestro mejor momento", advierte el gerente, quien reconoce que va perdiendo el sentido de los días dado el bucle: todo está cerrado; el confinamiento continuará como mínimo hasta el 11 de abril.
La incertidumbre es máxima: "Dejamos de prestar el servicio a los camioneros, porque ya ni siquiera es posible hacer eso. No podemos salir de casa", añade. Como autónomo, le toca un momento delicado: no sabe qué pasará con el alquiler y con la facturación. Tiene en la cabeza las consecuencias aun cuando ignora, como todos, cuáles serán. "Los empresarios tenemos muchas dudas", concluye.
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