Una quedada inolvidable: la 'generación del 90' de Jamilena

Alumnos del 'Padre Rejas' que compartieron aulas hace años se reúnen por primera vez para evocar la escuela y ver cómo les ha sentado el paso del tiempo
Un viejo proverbio alemás asegura que aquellos que se pierden de camino a la escuela, nunca encontrarán su camino en la vida. Una frase que poco (mejor dicho, nada) tiene que ver con la 'generación del 90' de Jamilena.
Un nutrido grupo de exalumnos del colegio local Padre Rejas que lejos de perderse en la vorágine del paso del tiempo, mantienen viva no sino lo siguiente, aquella relación escolar que los unió durante los años que pasaron juntos en las aulas del entrañable centro.
¿Que cómo lo hacen? "Hice un llamamiento en Facebook por si alguien de nuestra generación se quería apuntar, para reunirnos", explica Esperanza Liébana, la ideóloga de una iniciativa que, por la cara que muestran los y las participantes en la foto que abre esta página, fue estupenda: "Superbonita, muy chula; te reúnes con gente que ves por la calle, a la que dices hola y adiós y poco más, pero al reencontrarte recuerdas el colegio, lo que nos pasaba. Una experiencia para repetir", sentencia Liébana.
Es la primera vez que lo hacen, pero tienen claro que no será la última: "La gente reaccionó muy bien cuando lo propuse, estaban ilusionados".
Y así, vía redes sociales o por un grupo de guasap, propiciaron unos momentos de compañerismo que si no llega a ser porque el escenario era un bar, no un colegio, y lo más parecido a un pupitre eran las mesas copadas de buenas viandas, se hubiera parecido (¡pero mucho, mucho!) a las clases de entonces.
"Contamos batallitas, historias del colegio, las travesuras que hacíamos...", recuerda Esperanza, tan convencida de que la reunión merecía la pena que hasta fue capaz de traerse a algunos de los exalumnos residentes fuera de la provincia de Jaén: "Hay gente en Almería, en Barcelona, en Madrid... Una prima mía de Almería sí pudo venir, espero que el año que viene vengan los demás también".
Han leído bien, sí, porque después del buen rato ni se les pasa por la cabeza no volver a coincidir en 2026; eso sí, "no solo por la noche, sino desde el mediodía". ¡Vaya si les gustó!
Sin parejas ni nenes alrededor, rieron y rememoraron trastadas de unos y de otras en una cita que puso de manifiesto, además, que lo que la escuela une no lo separa el tiempo: "Hay compañeros y compañeras que al final han terminado casados, y sus hijos van al mismo colegio; los profesores los reconocen por sus caras, por el parecido con los padres", comenta, divertida, Esperanza Liébana.
Unas horas de esas inolvidables, de estar a gusto, y para marcarlo en la memoria nada mejor que una buena orla con fotos infantiles, de la época escolar, y otras de ahora mismo: que sí, que demuestran que los años pasan por todos, pero solo sobre la piel. Porque más adentro, en el alma, siguen siendo eso: compañeros del alma, compañeros.
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