Romance en Mengíbar
El equipo mengibareño brilla en su primer curso en el fútbol sala profesional, gracias a una buena gestión y al apoyo de todo el pueblo
Son las cinco y media de la tarde. Una muchedumbre avanza por la calle Ronda de Tejera. Va abrigada hasta los dientes, pero entre tanta capa de ropa se vislumbra una bufanda roja. Está bien atada al cuello. Dos conversaciones centran la atención de los viandantes, la campaña de aceituna y la actualidad del equipo de fútbol sala. Se mide con el Tenerife Iberia Toscal. ¿Cuándo hemos visto aquí algo así? Le pregunta un hombre a otro. El Polideportivo Municipal Sebastián Moya Lorca está hasta la bandera. No quedan asientos libres. Juega el Atlético Mengíbar. El partido acaba con triunfo local por seis goles a uno, en otra exhición de calidad.
Los aficionados de este modesto club jiennense de la Segunda División se marchan a casa tremendamente contentos. Otra victoria más para el casillero; la novena en su curso en el fútbol sala profesional español. "Nos están malacostumbrando", bromea un seguidor mientras se frota con fuerza las manos para entrar en calor. El Atlético Mengíbar vive un hermoso romance con el pueblo. Es el orgullo de este municipio de poco más de nueve mil habitantes. Tras varios intentos fallidos con el equipo de fútbol (llegó a militar en Tercera División), el fútbol sala se ha convertido en el deporte favorito de los mengibareños.
Están al tanto de todo lo que sucede en torno al club y a su brillante caminar por la División de Plata, en la que se codea con capitales de provincia y con conjuntos de la talla del FC Barcelona B, ElPozo Ciudad de Murcia B, el Elche, O Parrulo Ferrol o el Real Betis, su rival del sábado, a partir de las seis de la tarde, en Sevilla. Con la permanencia más que conseguida, de ganar en el Centro Deportivo Amate, el equipo rojillo puede entrar en las eliminatorias por el ascenso a Primera División, algo impensable para un club con apenas nueve años de historia, de los que la mayoría los ha pasado en las ligas provinciales. En estos momentos, el Atlético Mengíbar ocupa la séptima plaza con treinta puntos, a solo dos del Valdepeñas, que es quien marca la frontera del play off.
Javi Garrido es uno de los máximos responsables de la gesta del Atlético Mengíbar. Es un hombre muy conocido en el fútbol sala provincial, por su etapa como jugador del Jaén FS, en el que fue toda una referencia, pero que en el club rojillo se ha consagrado como entrenador. Para llegar hasta aquí, el técnico jiennense ha tenido que foguearse en conjuntos aún más modestos como el Linares FS o el Santa Isabel, en Segunda B y Tercera División, o el Pub Nono's, todo un histórico del fútbol sala femenino. Javi Garrido asumió el reto de dirigir el Atlético Mengíbar sin la mayor pretensión que seguir creciendo desde el punto de vista personal y profesional. Por su cabeza no pasaba, ni por asomo, vivir una experiencia de este calibre. El salto a la División de Plata, tras una eliminatoria de infarto con el Castelldefels, fue una hazaña histórica que, con el paso de las jornadas, se va quedando pequeña.
EL SECRETO, LA UNIÓN Y EL COMPROMISO DE TODOS
Para el preparador de la capital, el secreto radica en la unión de todos, como ha declarado en más de una ocasión. "Sin duda alguna se debe al trabajo. Aquí todo el mundo, desde jugadores, técnicos, directivos y colaboradores, se dejan el alma, y ese esfuerzo se ve en la pista", ha asegurado. Sin embargo, nada es fácil en una entidad tan humilde como el Atlético Mengíbar. Su presidente, Juan Lavirgen, tiene que hacer encaje de bolillos para que cuadren las cuentas y todo el mundo esté al día. Cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Mengíbar y de la Diputación Provincial, pero competir en una competición profesional conlleva viajes a todos los rincones del país y gastos extraordinarios.
Cualquier carencia económica se cubre con ilusión y esfuerzo. Los jugadores son conscientes de ello y se ajustan al máximo a las previsiones del club. Porque el Atlético Mengíbar es, ante todo, una gran familia, en la que prima el plano colectivo por encima del individual. Los once goles que lleva Fran Peña, entre los máximos artilleros de la Liga, no serían nada sin el trabajo del resto del equipo. Quizá sea este la verdadera clave de un equipo que se ha ganado el respeto y un nombre en el fútbol sala nacional, más allá de los éxitos del Jaén Paraíso Interior.
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