"El Santuario es un homenaje al arte y a sus milagros"
Rossana Zaera Clausell (Castelló, 1959) ha ganado el XV Certamen Internacional de Cortos cinematográficos Triminuto, impulsado por la UJA, con la obra El Santuario, disponible en el siguiente enlace, en la plataforma Vimeo. La directora cuenta a Lacontradejaén cómo fue una experiencia que se prolongó medio año, muy potente tanto en lo audiovisual como de proyección intimista.
Artista plástica y licenciada en Filosofía, cuenta que el punto de partida de su trabajo es su propia experiencia y que articula el discurso artístico "en torno a la naturaleza, la memoria, el dolor, la enfermedad, el sufrimiento o la muerte". Zaera ha expuesto en Londres, Nápoles o Toulose y entre sus libros destacan Tiburones de agua dulce (Tombatossals) y En la orilla del mar con Antonio Marco, entre otras publicaciones.
—¿Cómo nació la idea del corto?
—La idea llegó al encontrar la vieja caja de pinturas que mi madre utilizaba cuando iba al taller del pintor Juan Bautista Porcar (1889-1974). Pinceles y pinturas llenos de memoria que volvían a mi para ser redescubiertos.
—Cuéntenos de qué va la historia.
—El Santuario es un homenaje al arte y sus milagros, un sentimiento de fe en la creación artística. Toda la vida de una artista resumida en una antigua caja de madera, lugar sagrado de pinceles, aceites, tubos de pintura y una vieja paleta donde colgar, por cada milagro, las ofrendas: piernas y brazos, ojos y corazones, saquitos bordados, frasquitos de pigmento,
dientes de leche, guantes y calcetines de muñeca. Y acompaña al santuario un poema —disponible al término de la entrevista.
—¿En cuántos días se rodó, quiénes participaron y dónde fue?
—Entre la idea, la reflexión, la búsqueda de materiales, y la realización de la caja-escultura, pasaron más de seis meses. Pero la grabación del corto lo realicé en una mañana en mi taller y conté con la ayuda de María Rubert, mi asistente de realización.
En el corto no hay actores, pero en El Santuario están los anhelos, los sueños, las voces de todas y todos los artistas del mundo. Y la voz que suena muy fuerte es la de mi querido amigo, el compositor Ramón Paús. Su música (fragmento de la Elegía primera, la deriva) envolvió mi corazón y mi esfuerzo, y siempre le estaré agradecida por su generosidad.
—¿Y qué ha supuesto ganar el certamen de la UJA?
—Cuando trabajas en la soledad del estudio, es muy gratificante que tu esfuerzo se vea reconocido. Es una alegría que te aporta mucha confianza, y mucha energía para seguir adelante. Me siento inmensamente agradecida a la Universidad por este premio.
—¿Está ya inmersa en otro proyecto? ¿Qué nos puede adelantar?
—Sí, siempre llevo varios proyectos a la vez. Estoy empezando a modelar unas piezas en cerámica, un proyecto “arqueológico”, y también una serie de pinturas y pequeñas esculturas sobre la resiliencia.
EL SANTUARIO
este es el lugar
cada día rezo en este
pequeño santuario de madera
sola
atravieso las sombras
vacíos no pintados
en danza con las velas
cuántas memorias perdidas
en los bancos
dibujadas puntillas y alfileres
el padre
la madre
las criaturas
todo está en silencio
únicamente un olor de aceites
cuando sucede
el milagro
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