'San Miguel' se descubre a la sociedad jiennense
El Ayuntamiento buscará en la antigua parroquia vestigios de las épocas romana y árabe al tiempo que realiza la rehabilitación
Cada paso que se da para la puesta en valor de la antigua parroquia de San Miguel es objeto de interés de buena parte de la sociedad jiennense. Ya están licitadas las obras para la intervención arqueológica con una inversión de 334.000 euros. Las empresas interesadas pueden presentar sus ofertas hasta el 7 de junio. El tiempo máximo de ejecución de los trabajos es de cuatro meses y ahora son los colectivos los que conocen este proceso y aportan ideas.
Aye por la tarde se llevó a cabo una visita técnica con los miembros del comité multidisciplinar de técnicos y expertos que asesora al Ayuntamiento en este proyecto y representantes de asociaciones culturales y colectivos vecinales. Conocieron que la intervención que ya está en licitación afecta a las primeras intervenciones en los restos del templo y las cinco viviendas que lo embuten y que guardan restos será este mismo verano.
Ya está en marcha el procedimiento administrativo para lograr que San Miguel pase del estado de abandono actual a convertirse en una ruina arqueológica visitable, con lo que se logra, por un lado, frenar el deterioro de los vestigios documentados existentes y, por otro, descubrir nuevos restos que ayuden a desentrañar aspectos arqueológicos hasta el momento desconocidos. Así, se pretende sacar a la luz la posible presencia de antecedentes de las épocas romana e islámica. Todo ello, procurando que la ciudadanía tenga el mayor acceso posible a estas labores, para que puedan ser testigos de la evolución de los hallazgos, al estilo del plan que ya está en marcha en Marroquíes Bajos.
De este modo, se puede enriquecer el eje turístico que ya existe en la zona, donde se ubica La Magdalena, El Raudal, los Baños Árabes, los Baños del Naranjo y Santo Domingo, prueba de la importancia de esta parte de la capital, donde están sus orígenes, junto al barrio de San Juan.
El trabajo documental previo ha permitido situar la antigua collación de San Miguel, es decir, la zona por la que se extendía la feligresía de esta parroquia, que se ubica al sur y este de la collación de La Magdalena. Ocupaba una franja de tendencia rectangular. Su límite superior (Oeste) estaría en el sector norte del Convento de Santo Domingo, para bajar por la plaza del mismo nombre, hasta el siglo XIX, Campillejo de San Miguel, y Hornos Negros hasta enlazar con la calle Algüacil.
Con el actual conocimiento de la estructura en terrazas que tenía la zona, parece evidente que la hipótesis implica que el límite de la collación de San Miguel estaría en el corte de dos de estas elevaciones, que en la segunda mitad del siglo XIII debía estar aún claramente marcada. Por el sureste llegaba hasta la acera izquierda de la calle San Andrés, o al menos eso cabe deducir del hecho de que las casas que el Catastro de Ensenada sitúa en la collación de San Miguel estén todas en dicha acera. Al norte, el límite era la manzana entre las calles Santa Úrsula y Arquillos, pero en el extremo inferior se prolongaba hacia el Norte por la calle de ronda de la muralla hasta englobar la Puerta del Aceituno. Hacia el siglo XIX vuelve a organizarse en la zona un barrio, localizado en las excavaciones, articulado por la calle Atienza.
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