Condenado a 17 años por el asesinato del sacristán de Alcalá la Real
El arrestado también deberá indemnizar con 40.000 euros al hermano de Francisco José Zúñiga, asesinado en 2021
Sentencia firme. El hombre, de nacionalidad rumana, que acabó con la vida de Francisco José Zúñiga, sacristán de Alcalá la Real, ha sido condenado a 17 años de cárcel por "el asesinato con alevosía" perpetrado el 26 de febrero de 2021, según confirman fuentes judiciales a este periódico. La víctima tenía 53 años y tuvo un fatal desencuentro con el arrestado por pedir limosna a los pies de Consolación, templo custodiado por Zúñiga.
A la pena de prisión, la sentencia de la Audiencia de Jaén impone que indemnice con 40.000 euros al hermano del fallecido en concepto de responsabilidad civil. Tal y como contó este medio, el jurado declaró culpable al detenido el pasado 6 de noviembre, en un caso que se celebró con rapidez. La Defensa alegó que el acusado estaba enfermo mentalmente, era incapaz de discernir la realidad y precisaba un centro psiquiátrico de por vida.
Cuando tuvo la ocasión de comunicar unas palabras, ya al cierre del caso, el autor del crimen descartó hablar y sólo concedió que lamentaba los hechos. También contaba con antecedentes por heridas graves con arma blancas a otra persona en Córdoba en el año 2019.
MATÓ A SANGRE FRÍA
Los agentes de la Guardia Civi y los forenses fueron los últimos en declarar y concluyeron que el asesino, nacido en 1988, había matado "a sangre fría" sin mostrar "ni arrepentimiento ni empatía".
Las puñaladas fueron seguidas y en varias partes del cuerpo, desde la cabeza hasta el vientre, según expusieron diferentes testigos que presenciaron los ataques. "Salí del bar para matarlo, porque me echó de la Iglesia", reconoció el autor del crimen en el juicio. El sacristán sufrió un "shock hemorrágico-hipovolémico" como consecuencia de "las múltiples heridas ocasionadas por los repetidos y violentos navajazos".
"ERA COMO UN NIÑO"
Zúñiga, que sufría una discapacidad reconocida, se ganó el cariño de los vecinos gracias a su labor altruista en Consolación, que combinó con una tarea en una zona próxima de aparcamiento azul.
"Paco era como un niño, de lo mejor que teníamos en Alcalá la Real", señaló un vecino a este medio un día después del asesinato. Cientos de alcalaínos y de residentes en la Sierra Sur lo despidieron en una misa a la que también acudió Amadeo Rodríguez.
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