Nieves Romero, una diva en Baeza
La soprano jiennense y presidenta de la Asociación Diferarte dedica el tiempo libre que le deja su ocupación profesional como notaria a divulgar la ópera, su pasión
Notaria ella, dice que es la "oveja negra" de una dinastía de galenos: "Son todos médicos, mis hermanas, mis cuñados, hasta mis hijos estudian Medicina". Será por eso que incluso la vocación artística goza de inmejorable salud en la familia de Nieves Romero Ortega (Jaén, 1960), una soprano de esas cuya sola presencia llena el escenario mucho antes de que su voz se encargue de sobrecoger al público.
Aunque jiennense de nacimiento, la vida y la obra de esta auténtica diva provincial de la ópera está indisolublemente unida a Baeza, la ciudad machadiana que cuando dice de callarse, de exiliar el ruido, no hay quien la supere en silencio, de tan hondo como sabe pronunciarlo.
Muchos oídos baezanos acostumbrados a la sensibilidad han tenido el privilegio de escuchar a Romero durante alguna de las actuaciones que, plena de sencillez, ha ofrecido en su propio hogar como el más glamuroso de los regalos.
"Una vez que retomé el tema musical empecé a dar clases de Canto en Madrid con varios profesores, y ofrecía veladas líricas en casa con gente del canto con la que estaba en contacto; hacía mis pequeñas actuaciones con ellos y mis profesores. El canto, sobre todo en esta época, está muy enlazado con el belén napolitano que se monta en casa", recuerda la prima donna.
No es que dejara la actividad artística definitivamente, eso nunca, pero su trabajo, absorbente y acaparador como él solo, se convirtió durante mucho tiempo en la única actividad posible para ella. Al menos hasta que sus hijos tuvieron la edad suficiente como para plantearse volver la mirada hacia una pasión que siempre la ha acompañado, como ella misma recuerda: "Desde pequeña empecé como bailarina de clásico en la academia de Manolo de Dios, actué profesionalmente durante veinticinco años (la primera vez con cuatro añitos en el histórico Lis Palace de Jaén) y estuve becada por el Liceo de Barcelona". Sí, todo parecía destinado a una vida entre bambalinas y camerinos, pero la decisión de su padre pesó y, después de hacer Derecho, opositó a notarías.
Estudió Piano y Canto en el Conservatorio de Córdoba, compaginó las asignaturas propias de la abogacía con las artísticas y, finalmente, aparcó su creatividad para volcarse en su oficio, que desde el principio desarrolló en tierras jiennenses, en Baeza junto con su marido, Manuel Rojas, y en Jódar, Jimena, Torreperogil y Linares. Ahora, Alcalá de Henares (Madrid) es la ciudad que le justifica la breve pero intensa nostalgia de su alma baezana.
Entre tanto tuvo tiempo, además, para crear una asociación que es otro de sus ojitos derechos, Diferarte: "Se fundó en 2015, en principio sin ánimo de lucro", evoca Romero. Sin embargo, la incesante actividad de divulgación de la ópera que realiza este colectivo derivó en lo que hoy es, una verdadera promotora artística:
"Creamos un proyecto con el apoyo del Ayuntamiento de Baeza y la Diputación, intentando diferenciar lo que es propiamente la música, la cultura en sus diferentes ámbitos (fundamentalmente la lírica) y conpactarla con los distintos enclaves históricos de Baeza. Hemos dado conciertos en marcos muy determinados, como la Plaza de Santa María, el Palacio de Jabalquinto..., uniendo lo histórico con lo cultural, y en ese sentido hemos tenido un fortísimo apoyo por parte del Ayuntamiento y la Diputación", celebra.
GRAN ACTIVIDAD
De la mano de Diferarte y de su productora, Romisha, en Baeza y en otros puntos de la provincia y de Andalucía el género lírico cala cada vez más. Así lo demuestran sus multitudinarias actuaciones, aplaudidas a rabiar: "Hemos traido al ballet de San Petesburgo, con Cascanueces, La Traviatta, Madame Butterfly..., esto son lo que se llama Momentos musicales grandes.
Los otros, los que ella denomina, en un derroche de modestia, Momentos musicales pequeños, son los que protagoniza la propia Nieves Romero junto con el pianista Mihjail Studyonov y el tenor Gabriel Blanco: "Por ejemplo hicimos Eugenia de Montijo, con libreto de Hugo Pérez de la Pica, un productor y escritor de Madrid que me hizo un espectáculo superbonito con baile, declamación y música cantada, lírica y que se estrenó en el teatro Isabel la Católica de Granada", apostilla.
La semana que viene, el día 27, viernes, quienes quieran emocionarse en directo pueden hacerlo en La Carolina, donde Romero y los suyos ofrecerán Las perlas líricas de la Rusia imperial, a partir de las ocho y media de la tarde, en el Centro Cultural carolinense. Allí, como decía el poeta Baudelaire de la música, la voz de la diva excavará el cielo.
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