Sorihuela devuelve un préstamo del siglo XVI

La independencia de Sorihuela del Guadalimar supuso un gran esfuerzo para sus 650 habitantes, que tuvieron que recurrir a pedir préstamos a varios pueblos de la provincia

Quien paga descansa y quien cobra más. Las deudas siempre hay que saldarlas. Se tarde más o menos, es importante cumplir con la palabra dada y devolver hasta el último céntimo de lo que un día se pidió. En Sorihuela lo han llevado a rajatabla, hasta el punto de que han devuelto a Santisteban del Puerto, Villargordo y Torreperogil un préstamos que solicitaron en el siglo XVI. Pero en realidad fueron las aportaciones de siete pueblos las que hicieron posible esta independencia. Fueron Huelma, Ibros, Jódar, Santisteban del Puerto, Torreperogil, Villacarrillo y Villargordo. 

"El pueblo amigo y vecino de Sorihuela ha tenido una simpática iniciativa con el Ayuntamiento de Santisteban del Puerto devolviendo un préstamo que en el siglo XVI le hicimos para su independencia. 75,14 euros es la cantidad", explica el alcalde de Santisteban del Puerto, que por aquel entonces hizo de banco, Juan Diego Requena. Le entregaron el dinero en un cheque de Unicaja Banco. Con ello Sorihuela saldó su deuda, exenta de los intereses y comisiones que hoy les cobraría una entidad bancaria. Lo mismo se hizo con su homólogo en Villatorres, Sebastián López, y con el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Torreperogil, Francisco Torres. 

Se trata de un acto simbólico no solo para saldar la deuda sino para agradecer el esfuerzo que realizaron. ¿Cuánto dinero prestaron? En el caso de Torreperogil, por ejemplo, se contribuyó con 15.000 reales, que al cambio son unos 200 euros. 

La independencia de Sorihuela del Guadalimar fue otorgada por Felipe II en el año 1596. Para ello, sus habitantes tuvieron que recurrir a pedir préstamos a varios pueblos de la provincia, hipotecando como garantí­a varias fincas y casas del Concejo. Y es que en época árabe Sorihuela era una de las fortalezas que reforzaban a la de Iznatoraf. A su alrededor se formaron núcleos de población que posteriormente fueron agregados a la Villa de Iznatoraf. Fernando III dio Sorihuela como aldea a la villa de Iznatoraf, junto con las de la Moraleda (Villanueva del Arzobispo) y Torre Mingo Priego (Villacarrillo). A su vez, fueron donadas por el rey al Arzobispado de Toledo, pasando a formar parte del Adelantamiento de Cazorla.