Un dulce cuento de Navidad

La panadería Las 3 Espigas de Jaén sortea una tarta entre los clientes que aporten productos no perecederos para el Hogar de Santa Clara que atiende Cáritas Diocesana

En uno de los lugares más visibles del mostrador de la panadería Las 3 Espigas se encuentra una preciosa casita de galleta y jengibre con un glaseado de azúcar. Gema López la retira con sumo cuidado para enseñársela a una clienta que acaba de entrar a esta tienda ubicada en la jiennense calle Cerón. "Da pena comérsela", suspira con sofoco la mujer. "Es para una buena causa", replica otra vecina que aguarda su turno para comprar el pan.

Gema, encargada del negocio familiar desde hace ocho años, asiente con una dulce sonrisa. Ella ha elaborado el pastel que este viernes sorteará entre todos aquellos que hayan dejado en la pastelería productos no perecederos para el comedor del centro de día de Santa Clara que atiende Cáritas Diocesana en la calle Santa Cruz, en pleno casco antiguo de la capital.

Es tal el aluvión de generosidad que ha recibido de sus clientes que no sabe dónde colocar las bolsas con legumbres, azúcar, pasta o leche, entre otros productos, que llegan a sus manos. "Y eso que se han llevado ya unas cuantas", dice con satisfacción ante la atenta mirada de su empleada y cómplice en esta iniciativa solidaria María José Alcaraz.

La tarta, en la que Gema ha invertido dos tardes, es la tercera de un proyecto que comenzó de manera natural tras una conversación con unos amigos que colaboran con Cáritas. Ni corta ni perezosa decidió aportar su grano de arena a la labor social de la institución en forma de pastel. Una casita a la que le ha puesto todo su corazón, consciente de la importancia de compartir con los que menos tienen en unas fechas tan señaladas.

La cercanía de las Navidades siempre parece despertar el talante altruista, y Gema ha encontrado en sus clientes esa empatía necesaria para que su idea sea todo un éxito. Este viernes una mano inocente sacará de un envase de cristal la papeleta con el nombre y el teléfono de la persona agraciada. Se llevará a su casa una tarta de lo más golosa, pero, sobre todo, habrá contribuido a una buena causa.

La panadería Las 3 Espigas, que lleva abierta más de 25 años, es un ejemplo de cómo con muy poco se puede hacer mucho para ayudar a los más desfavorecidos en unos momentos en los que se impone su 'dieta' de recortes y en muchas viviendas comienza a ser imposible no ya llegar a fin de mes, sino a la medianoche, con algo en la despensa. "Gema y María José son maravillosas. Debería haber mucha más gente como ellas", recalca Trachi Troyano, vecina y amiga del barrio.