La sensación térmica va por calles

Se han puesto en marcha con una prueba de fuego, marcar el paso de 32 a 20 grados de máxima en Jaén en apenas unos días. Son los relojes termómetros que inyectarán 6.000 euros a las arcas municipales

Tal como se fueron, volvieron. Con silencio, sin hacerse notar más allá de en los medios de comunicación. Poco a poco, de manera progresiva. 

Son las nueve de la mañana y el cambio de tiempo tan anunciado todavía no ha llegado. Es miércoles y en la calle Navas de Tolosa marca 21 grados. Lo hace con un rojo leed llamativo, que se alterna con la hora. 

—Parece que ya funcionan. 

—Este sí, pero el de la calle de al lado no.

Tiene razón Ana Tudela. Está tomándose un café mientras observa cómo casi de la nada han vuelto a instalarse y funcionar esos relojes termómetros que el Ayuntamiento de Jaén calcula que le repercutirán unos ingresos de 6.000 euros al año. En la vía paralela, en el Paseo de la Estación esquina con Roldán y Marín, el mismo equipo, pero con una publicidad diferente, aguarda a que alguien le dé al botón para empezar a funcionar. 

La sensación térmica va por calles. La misma que ha hecho que esta semana los jiennenses hayan odiado el verano por adelantado con temperaturas que han superado los 32 grados, como pasó el lunes. Y casi de la noche a la mañana, igual de sigiloso que el reloj de Madre Soledad Torres Acosta, el mercurio bajó hasta los 20,8 grados de máxima de ayer en la capital. Doce puntos menos que se marcan por calles. 

Los relojes termómetro vuelven a funcionar dos años después para alivio de los ciudadanos. Ya pueden regocijarse en el sudor de ver marcar 40 grados a la sombra en pleno agosto o 2 bajo cero en enero. Se ponen en marcha dos meses y medio después de instalarse pero de manera progresiva. Los mismos que estuvieron en el punto de mira en 2004, cuando el PSOE denunció la presunta vinculación profesional de un concejal del PP con una de las empresas que optaban a su mantenimiento y explotación y que llevaron al Ayuntamiento a declarar inicialmente desierto el concurso.

Una empresa asturiana se ha hecho con el servicio de una explotación por la que el que el Ayuntamiento ingresará 6.000 euros al año. Se recupera así "un clásico" en muchas ciudades, tras haber estado sin ellos como consecuencia de la necesidad de que se renovara el contrato y cumplir, por tanto, con la legislación vigente, para que estos relojes pudieran tener una concesión legal en todos sus términos.

En total, doce relojes termómetros, dos más que los que había anteriormente y que se recuperan en distintas zonas de la capital. Los emplazamientos son, básicamente, los mismos que ocuparon anteriores paneles informativos: calle Arquitecto Berges, frente al centro de salud; la Avenida de Granada, esquina Plaza de Toros; Roldán y Marín, en el cruce con Rastro; Navas de Tolosa, a la altura de Antón de Cuéllar; en la Avenida de Madrid, en los números 2, 29 y 35, además de en el giro de Sebastián Martínez; en el Paseo de la Estación con Virgen de la Cabeza, con el Museo Íbero detrás; en la Glorieta de Blas Infante; en Santa María del Valle y en la Plaza Jaén por la Paz.