"No moriré con 27 años de cáncer por culpa de la pandemia"
La sabioteña Patricia Rus Torrejón, enferma de cáncer de mama, denuncia que lleva meses esperando una cirugía en Jaén; su protesta en Facebook e Instagram ya es viral
Patricia Rus Torrejón (Sabiote, 1993) tiene un cáncer de mama. También tiene ganas de guerra y está arropada por tres perros, dos gatos y su gran apoyo, Luis Rodríguez, la persona que le levanta el ánimo. "No voy a morirme con 27 años por culpa de la pandemia. El resto de enfermos tenemos derechos. Haré el ruido que haga falta", denuncia en declaraciones a este medio un día después de que su vídeo de protesta acumule más de 14.000 reproducciones en Instagram y supere los 5.000 compartidos en Facebook. Los registros crecen de forma proporcional a la indignación.
"Yo todavía estoy flipando. Es positivo que se difunda el testimonio. Y no sólo por mí, sino por el resto de enfermos desprotegidos ahora", reivindica ella, tan asombrada por el efecto viral como por la realidad que sufre. A Rus, peluquera y maquilladora en Sabiote, le confirmaron que tenía cáncer de mama el 6 de marzo, antes del primer Estado de alarma.
Hasta comienzos de septiembre recibió las sesiones de quimioterapia. El oncólogo pidió pruebas de revisión en la fase del preoperatorio. "Me dijeron que es necesario que transcurre un mes o mes y medio entre el fin de la quimio y la operación", recuerda. El tiempo ha pasado, hoy es 21 de noviembre y no tiene noticias de cuándo será la cirugía. La última comunicación con el Complejo Hospitalario fue el martes pasado. "Me dijeron que todas las cirugías están apartadas. Que están colapsados, a la espera de que abran quirófanos", describe.
"NO SOY NEGACIONISTA, PERO NO TODO ES COVID"
Luis Rodríguez, entusiasta pese a todo, se escucha al otro lado del teléfono. "Soy el alma de la fiesta", se le oye decir mientras ayuda con los datos de la historia a su pareja. "Yo tengo mis altibajos, pero sigo con fuerza, no me van a dejar de lado como si fuera una rata", subraya.
Patricia Rus se aferra ahora a las vacunas que recibe cada 21 días. Según describe, controlan "supuestamente" el tumor para que no crezca. La peluquera vive una pesadilla desde que prácticamente al mismo tiempo perdió el trabajo, enfermó de cáncer y lidió con el escenario de carencias y nervios ligados a la pandemia.
"No soy negacionista. El hospital es ahora como mi casa y sé lo que está pasando. Entiendo la situación, pero no todo es Covid", dice, y añade: "No es justo que por luchar contra la pandemia a otros se nos deje morir. Somos miles de pacientes con otras patologías".
La ola de comentarios de cariño hacia la sabioteña continúa en las redes. Aplauden la valentía que ha tenido, y ella reconoce que no es lo mismo denunciar en abstracto que con nombres, apellidos y poniendo la cara delante del móvil. "Mucha gente me ha dicho que sabían que situaciones como la mía están ocurriendo. Pero es diferente cuando escuchan un testimonio real", razona. "Tengo ganas de vivir y no me doy por vencida", sentencia.
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