Una joya de la Pasión jiennense que recupera su belleza original

El trono procesional de la Virgen de las Angustias, de mediados del siglo XX, es presentado públicamente tras su exitosa restauración 

Llevar sobre sí una joya imaginera como la Virgen de las Angustias requiere otra joya, y eso es lo que, a finales de los años 40 del pasado siglo XX, le labró el imaginero malagueño Francisco Palma Burgos (1918-1985) a la hermosísima Piedad jiennense.

Un trono singularísimo en la Semana Santa de aquí, que con sus alrededor de setenta años de existencia pedía a gritos una restauración como la que, a tenor de los resultados, celebran tanto la Hermandad Sacramental de la Buena Muerte (promotora de la intervención) como la Consejería de Cultura de la Junta (que ha contribuido a los trabajos con una ayuda de casi treinta mil euros, dentro de la línea de subvenciones para la conservación de bienes muebles del patrimonio histórico de carácter religioso en Andalucía)

Así se hizo patente durante la presentación de la restauración, que se celebró anoche en el trascoro de la Catedral con la presencia del hermano mayor de la cofradía, Manuel Rico; el delegado de Cultura, Jesús Estrella; el canónigo y delegado episcopal de Hermandades, Juan Francisco Ortiz, y el presidente de la Agrupación, Francisco Sierra, entre otros, y en la que también intervinieron los técnicos que encabezan el equipo de restauradores del paso, Néstor Prieto y Mercedes Simal. 

"Gracias al Gobierno de la Junta de Andalucía y a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, porque con su ayuda hemos podido acceder a una subvención para llevar a cabo esta restauración", expresó Manuel Rico, y destacó la importancia de la iniciativa de la administración autonómica, que en sus palabras auxilia "a un sector que mayoritariemanete loc onforman autonómos, pequeñas empresas y muchos artesanos que en estos años de dura pandemia se habían quedado atrás".

Ahora toca esperar que, el próximo Miércoles Santo, la situación sociosanitaria, de una parte, y el tiempo, de otra, permitan a la multitud de jiennenses y foráneos que se echan a las calles a disfrutar de una de las procesiones más esperadas de la Semana Santa de aquí comprobar, a pie de trono, la hermosura recuperada del paso de la delicadísima Señora de la Catedral.