EL TURISMO REGRESA AL PASADO MÁS HALAGÜEÑO
Paradores y alojamientos de la provincia rondan los niveles de ocupación anteriores a la pandemia y confían en cerrar el año con el 90% de ocupación
Regreso al pasado. Y sin connotación negativa. Vuelve el turismo de la provincia a rozar los niveles de ocupación previos a la pandemia. Paradores y alojamientos ya superan el 90% de ocupación y las previsiones son estupendas para el último trimestre del año. La bajada de la incidencia del virus y el ritmo de la vacunación —con más de medio millón de jiennenses con la pauta completa— explican la nueva realidad del turismo. Además, el visitante se ha 'liberado'. Tiene ganas de viajar. Y no hay límite de aforos con la entrada en vigor desde ayer del nivel cero en toda la provincia.
"Hemos tenido un verano muy similar al de 2019. Hay negocios que están muy contentos. No obstante, hoy la oferta es de un 15% menos debido a los cierres que propició la pandemia", expresa en declaraciones a este periódico José Ayala, presidente del colectivo TurJaén.
La ocupación en los parques naturales supera el 80% durante los fines semana, y hay ciudades que están en un gran momento desde la capital hasta Linares pasando por Úbeda y Baeza. Ayala recalca que el parque de Cazorla, Segura y Las Villas es la locomotora turística de la provincia. "Y en la época vacacional el de Sierra Mágina se pone al nivel del de Cazorla, Seguras y Las Villas. Con menos viajeros, pero con unos índices de ocupación muy similares", expone.
'TurJaén' celebra que la baza del turismo en Jaén —destino alejado de las masificaciones— ha permitido revertir esta dinámica y volver a las cifras anteriores a la irrupción del Covid-19. Ya hay reservas para los dos próximo puentes, el de Todos los Santos y el de la Constitución, prueba de que el último trimestre del año ilusiona.
"EL TURISTA TIENE MENOS MIEDO Y QUIERE HACER ACTIVIDADES"
Kevin Izquierdo, gerente de Cláritas Turismo, cuenta que ha vivido un verano inusualmente positivo. "Es la primera vez que ha sido temporada alta en verano en Jaén. En siete años de actividad, en julio, que tradicionalmente es un mal mes, he tenido un 60% más de trabajo y en agosto, un 70% más", asegura el empresario.
Izquierdo explica la tendencia también por un factor emocional. "Antes la gente era temerosa. Ahora hay respeto, pero el turista demanda contenido, como las visitas guiadas, que van a más. En cierta manera en la psique del visitante, por la ausencia de mascarilla al aire libre, se ha instalado que ha sido el primer verano sin virus", razona, y celebra que ya tenga reservas para Navidad. Son grupos que no pudieron visitar Jaén por limitaciones como los cierres perimetrales. En Cláritas Turismo trabajan cinco personas en Jaén, dos en Almería y dos en Granada. La empresa no sólo ha sobrevivido; ahora está a pleno rendimiento.
El Parador de Jaén logró el 92,5% de afluencia en el mes de agosto, según señala a este periódico Carmen Méndez, la directora. "Es cierto que hay menos miedo por parte de los clientes. Todavía notas ese respeto a la pandemia, pero la mayoría tiene ganas de hacer lo que antes no pudo", abunda.
Octubre, ya en marcha, se presenta muy positivo para el Parador, con la reactivación de eventos, y hay confianza en que noviembre también dé buenos frutos. "Las previsiones son muy buenas para los dos próximos puentes festivos. Vamos a alcanzar los niveles de los años anteriores a la crisis", manifiesta Méndez, muy agradecida por el respaldo de los jiennenses al Parador, cuya plantilla oscila entre 48 y 52 trabajadores. "Gracias a la clientela hemos capeado los meses tan duros que sufrimos", apostilla.
"ÚBEDA ES UN DESTINO QUE DEPENDE DEL CLIENTE EXTRANJERO"
Juan Diego Martínez dirige el Parador de Úbeda y el de Cazorla. En la línea de su homóloga en Jaén, sostiene que las cifras son alentadoras, casi un calco de las de 2018 y 2019, particularmente en la ciudad Patrimonio.
"El verano ha sido bueno, porque hay mucho cliente nacional. Úbeda es un destino que depende del cliente extranjero. Se está reactivando y los grupos de americanos están llegando desde septiembre", relata a Lacontradejaén. El resultado de este flujo internacional es que los registros de ocupación se acercan a los de antes de la crisis sanitaria.
En el Parador de Úbeda trabajan 40 personas en temporada alta, entre septiembre y octubre. Tal y como señala Martínez, el resurgir del turismo deriva en prosperidad para todos los actores del mercado, proveedores y contratantes.
Si la ciudad Patrimonio respira vitalidad, Cazorla incluso mejora los niveles de ocupación, porque el factor naturaleza marca la diferencia. "En Cazorla hemos tenido mejores datos en los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre de este año mejores incluso que en 2018", indica Martínez, quien es prudente con respecto a cómo vivirá el sector la entrada de 2022: "Todavía es pronto. La previsión en los próximos puentes es muy positiva".
EL DEPORTE AGITA LINARES Y ALCALÁ LA REAL
El carácter transversal del turismo propicia que eventos deportivos mejoren la ocupación hotelera. Es lo que ha ocurrido en Linares y en Alcalá la Real, con el XIX Campeonato de Selecciones Territoriales de la Asociación Española de Jugadores Veteranos de Tenis de Mesa y con el primer Festival de Senderismo, Cultural y Gastronómico, respectivamente.
En Linares el tenis de mesa congregó el pasado fin de semana congregó a 400 jugadores y permitió que la ocupación rondase el 100%, de acuerdo con los datos facilitados por el Ayuntamiento.
El estreno de la cita que fusiona senderismo, cultura y gastronomía en la Sierra Sur tuvo el respaldo de más de 70 participantes llegados de diferentes provincias. Alojamientos de la ciudad y de las aldeas se beneficiaron de la actividad, articulada en tres días. Además, la Fortaleza de La Mota ha vuelto a niveles anteriores a la pandemia: recibió medio millar de visitantes el último fin de semana de septiembre y en torno a 400 el anterior, según los datos de 'Tu Historia'.
'TurJaén' valora la dinámica sin obviar que los registros en Jaén son inferiores a los de otras provincias. "Granada nos dobla. Aún somos la última provincia en viajeros y en pernoctaciones", avisa José Ayala. Hay deberes por delante. Sobresale también la alegría de dejar atrás progresivamente el tiempo más oscuro para el sector y de volver al pasado más halagüeño.
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