Un esguince de fe
Por Antonio Pulido Casas - Octubre 29, 2018
Paco García, entrenador del Todagres Villarreal, fue a llamar a la puerta de su casa. Toc, toc. Tenia la firme intención de convencer a su padre, contrario a ese deporte que se le había metido en la cabeza a su hijo, el "futbito", pues se decía que era el pozo adonde iban los jugadores que no valían para el fútbol, además de que las ganancias económicas eran mucho menores. No tenía fe. Nada pudo hacer en aquella visita sino convenir en que la decisión última quedaría en manos (o pies) del adolescente de 17 años al que llamaban Vicentín.
Puedes leer el texto en el libro Sueños de fútbol sala, de Antonio Pulido.
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