Un pueblo amordazado por los narcos
Los vecinos relatan cómo los clanes imponen la ley en las calles de la Estación Linares-Baeza, donde impera el silencio, el miedo y la inseguridad
Dicen que cuando algún miembro del clan de 'Los Alicantinos' planta su coche de lujo en mitad de una calle de la Estación Linares-Baeza, nadie se atreve a tocarle el claxon para que deje paso. Son conocidos y temidos en la pedanía, donde se respira una calma tensa después de la 'batalla campal' de hace una semana en la que cinco policías resultaron heridos. La depresión económica se ha cebado con especial saña con este vecindario. Abrió un goteo constante de vecinos que se fueron marchando dejando domicilios vacíos en los bloques de viviendas. Esta migración silenciosa agujereó las comunidades de las fincas y en muchas se colaron traficantes de droga que convirtieron los pisos en auténticos búnker destinados al almacenamiento de los alijos, la distribución y la venta directa de estupefacientes.
La Estación perdió hace años el brillo. De nudo ferroviario de primer nivel en Europa a un ramal de vías muertas en la que su envejecida población vive atemorizada por los narcos que operan de manera impune por sus calles. "Este es el puerto seco de la droga en la provincia", afirma María (nombre ficticio) de una estacionera a la que se le revuelven las tripas cada vez que piensa en lo que se ha convertido su pueblo desde la llegada de estas familias. "Son los amos de la calle", reconoce abiertamente. ¿Por qué el anonimato? "Tenemos miedo de las represealias. Yo hablaría sin miedo, pero tengo dos niñas y debo protegerlas", advierte con el sonrojo que produce estar sometido a las reglas de "delicuentes".
Los clanes se mueven a sus anchas por la Estación. Conducen coches que están al alcance de muy pocos y menos aún para familias que, en teoría, viven con lo justo, ya que, en la mayoría de los casos, se desconoce su ocupación laboral. "No es extraño ver a niños al volante de auténticos cochazos", relata María. Los presuntos narcos están desperdigados por varios sectores del pueblo, pero es en el barrio Vistalegre donde tienen su centro de operaciones y donde se produjo el apaleamiento de los funcionarios. "Allí no entra la gente normal. Muchos se han marchado por temor. Es el lejano oeste", atestigua otro residente, quien como María prefiere refugiarse en el anonimato. Es la relación que los clanes ha entablado con el resto de los habitantes del municipio, trabajadores humildes y personas mayores, a los que su presencia mantiene alterados desde hace más de una década.
Lo único que se oye en la Estación durante estos días son susurros. Susurra el dueño de la cafetería. Susurra también Ángeles (nombre ficticio), una señora mayor que pasea por la calle con su caminador. "Lo único que puedo decirte es que es gente mala, no me preguntes más”, acepta responder. También se expresa en el mismo sentido otro residente. “El horno no está para bollos, amigo", señala mientras medio centenar de agentes entre Policía Nacional -procedentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), ambas con sede en Granada- vigila el lugar junto con la Policía Local, cuyo intendente, Diego Montes, reafirma el compromiso del Ayuntamiento de Linares por reforzar la seguridad en la zona. "Le puedo asegurar que la presencia policial por parte de nuestro Cuerpo está garantizada. Varias unidades patrullan a distintas horas del día y de la noche por la Estación. No es nuevo. Antes de que se produjeran estos hechos tan lamentables ya bajaban", asegura.
"ESTO SE PARECE YA A LA LÍNEA"
Lo que más molesta a María es que se compare Linares-Baeza con La Línea de la Concepción, pero en cierto modo reconoce que es así. "Es que con todo lo que está pasando es normal que nos comparen con La Línea. Más pequeñitos, pero vivimos la misma tensión que ellos", dice. Aun así, los que han invertido su vida en construir un futuro sin droga para la Estación no lo dudan, están convencidos de que pueden revertir la situación: "Por favor, que quede claro que no sólo hay gente mala. Aquí también hay gente buena que quiere mejorar esto", apunta otro residente.
El problema es que el fuerte despliegue policial que se ve estos días por la entidad menor local, y que ha dado como resultado la detención de seis personas más por su presunta participación en la reyerta del pasado sábado, tenderá a menguar conforme se calmen los ánimos. Para María, su marcha supondrá volver al principio. "Qué pasará cuándo se vayan. Ahora están muy tranquilos y el pueblo es un remanso de paz, pero sin la Policía todo volverá a ser como antes", avisa.
CARTA ABIERTA AL MINISTRO DE INTERIOR
Para evitar eso, la Corporación Muncipal y los colectivos vecinales y sociales de la Estación han enviado una carta el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, en la que denuncian que llevan años advirtiendo ante los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado la situación de inseguridad y miedo que se respira entre la población. "De poco sirven las buenas palabras y las buenas intenciones de los responsables, si como venimos manifestando, la situación se viene agravando paulatinamente", subrayan en la misiva, en la que añaden: "Los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto hasta qué punto están dispuestos a llegar estos clanes respecto a su dominio de la población. De su reino", lamentan.
El texto deja claro que la Policía es perfectamente conocedora del Estado de sitio en el que se encuentra la Estación, por lo que suplican la presencia de más efectivos en el pueblo, ya que esa ausencia de agentes en las calles permite a los clanes incrementar su estatus dominante sobre el resto de los habitantes de Linares-Baeza, con "actitudes hamposas". También precisan que "no es momento de reproches ni de excusas", sino de revetir la situación "insostenible y extremadamente grave".
"DEBEN TOMARSE MEDIDAS INMEDIATAS"
Asociaciones de la Guardia Civil como La Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC) y la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) han reclamado medidas para evitar sucesos como el ocurrido el pasado sábado en la Estación Linares-Baeza donde agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local resultaron heridos de diversa consideración en un enfrentamiento con los cabecillas de uno de los clanes de la droga que operan en la zona. La AUGC, a través de un comunicado, ha solicitado un plan integral de seguridad que permita acabar con la violencia ejercida por parte de clanes en la provincia de Jaén. Lo hace tras constatar "el creciente aumento de la delincuencia relacionada con estos clanes" y que está provocando "una mezcla de sensaciones entre el desánimo, la impotencia y el malestar entre los componentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad".
Para la AUGC, "deben tomarse medidas inmediatas", lo que implica que "las autoridades deben afrontar esta problemática con hechos, y no quedarse de brazos cruzados esperando que mañana pueda ser otra patrulla la que tenga un incidente similar, o incluso peor". Añaden que los clanes delictivos "cada vez muestran cada vez menos respeto hacía los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad" y subrayan la necesidad de afrontar la situación "antes de que se envalentonen y haya que lamentar mayores incidentes". Como primera medida, se pide "aumentar la presencia policial incrementando el número de efectivos, pero también estas patrullas deben contar con el material adecuado para garantizar la seguridad pública, y su propia integridad física".
Para AEGC, solo hay una manera de poder combatir esta escalada de violencia contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) y pasa por "reformar el código penal" para "evitar que cada vez que estos delincuentes agreden a un guardia civil o un policía entre por una puerta del juzgado y salga por otra como si no hubiera cometido ningún delito". "Les sale demasiado barato y después de tantos años de impunidad se consideran libres para actuar como les venga en gana", señala en un comunicado que finaliza exigiendo que "no haya ni una agresión más sin castigo".
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