Una muestra repasa la restauración de 'La educación de la Virgen'
La sala Pintor Juan Esteban del Hospital de Santiago de Úbeda alberga hasta el 27 de octubre una exposición sobre el desarrollo de esta obra de autor desconocido
Durante más de treinta años La educación de la Virgen permaneció oculta detrás de las cortinas del Auditorio del Hospital de Santiago. Muy pocas personas conocían de su existencia, a pesar de tratarse de una obra pictórica de primer nivel. Fue descubierta por casualidad por la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Úbeda, Elena Rodríguez, quien decidió poner en marcha la maquinaría para su restauración. Para ello, aprovechó la relación de colaboración entre el Consistorio ubetense y el Departamento de Pintura de la Universidad de Sevilla para avanzar en la recuperación, a través de su estudio, restauración y catalogación, no solo de esta obra de autor desconocido, sino del patrimonio pictórico de la administración local, que es "patrimonio de toda la ciudad".
Ahora, después de muchas horas de trabajo, se puede ver la labor realizada en una exposición en la sala Pintor Juan Esteban del Centro Cultural del Hospital de Santiago, donde hasta el 27 de octubre, se muestra el desarrollo de la restauración del cuadro, fechado en el siglo XVII. La muestra, como no podía ser de otra manera, permitirá contemplar el cuadro original tras el proceso de reparación. Asimismo, se repasa otro lienzo bajo el nombre de Santiago Matamoros, también restaurado por el Departamento de Investigación 467, de la Universidad de Sevilla. La restauración del cuadro de La educación de la Virgen Niña está enmarcada dentro de la segunda edición de la Campaña de Restauración del Fondo Pictórico del Ayuntamiento, que fue impulsada por el Ayuntamiento de Úbeda, en estrecha colaboración con el equipo de trabajo del Grupo de Investigación 467 de la Universidad de Sevilla, que comanda el profesor Francisco Sánchez.
PROCESO DE RESTAURACIÓN
Durante la presentación del estado final de la obra, Francisco Sánchez explica que para la restauración se han utilizado los últimos materiales del mercado, los más inofensivos, tanto para las propias obras como para el ser humano. Tanto es así que los restauradores no han necesitado mascarillas o guantes para llevar a cabo su trabajo. El equipo de restauración se centró en realizar una intervención lo más cercana a la academia posible.
Así, se utilizó un sistema de limpieza acuoso, además se utilizaron materiales inocuos y gelificados, sin peligro de que se pudieran volcar en el cuadro, así como mecanismos reversibles. Los restauradores han reconocido que una vez se pudo ver la obra, tras el proceso de limpieza, pudieron comprobar que se parecía a la obra matriz de Rubens, de 1625, por eso la datación de la obra restaurada se estima entre 1630 y 1650.
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