"Los vecinos de un pueblo pueden ser auténticos cicerones turísticos"
Llegó al turismo por los avatares de la vida universitaria, y sigue en la brecha. Fuensanta Aranda Gómez (Jódar, 1975) está convencida de que los habitantes de cada pueblo son en potencia quienes mejor pueden vender el municipio al exterior para atraer visitantes. La técnica de turismo defiende, además, un modelo denominado 'economía naranja': turismo sostenible y generador de desarrollo cultural con una gestión responsable del patrimonio.
Aranda cree que la tradición de cada pueblo pequeño es un aliciente para construir historias ya no solo en torno a una comarca, sino que es la posibilidad unir desde el turismo a municipios de diferentes provincias. "Pensar en lo local, y actuar en lo global", apunta. Ella, que se siente una mujer política, ya está manos a la obra con esa idea. Nos lo cuenta en el comedor del Restaurante El Charro, en Frailes, donde decidió afincarse en 2011.
—Está trabajando en un proyecto que une, a través del turismo, municipios próximos geográficamente, pero de diferentes comarcas. ¿Qué nos puede contar?
—Dada mi experiencia en los municipios de Jaén y en limítrofes de Granada y Almería, he detectado que, si bien hay esfuerzos de las administraciones provincial y autonómica en desarrollar el turismo, hay ciertos municipios que al ser pequeños hacen esfuerzos titánicos, pero les falta algo. Ocurre que la administración y el tejido empresarial van por libre, porque promocionan de forma individual sus casas y alojamientos. Creo que es fundamental hilar a la manera del comercio de proximidad. Es un concepto parecido. Tanto empresas de hostelería como de turismo y alojamiento tienen que ir de la mano con la administración local y con otro pilar muy importante, las personas del pueblo. La implicación del factor humano es fundamental: los vecinos pueden convertirse en cicerones y maestros de ceremonias.
—¿Cree que la idea pueda funcionar?
—Hay algunas actividades culturales que pueden tener enfoque turístico y unir, bajo un mismo argumento, diferentes ideas. Por ejemplo, Frailes, donde estamos ahora, puede tener relación con Hoya del Salobral (Noalejo) y Moclín (Granada). Ya no solo hablamos de diferentes comarcas, sino de otras provincias. Hay pequeñas grandes historias que pueden unir a los pueblos pequeños. Desde los puntos de vistas cultural y turístico se puede convertir en un gran atractivo implicando a todos los agentes: la administración local, el tejido empresarial y las asociaciones locales. En ese proyecto ando, y ya lo estoy moviendo en diferentes municipios.
—Si le digo turismo y Jaén, ¿qué realidad describe?
—Jaén es castillos. Naturaleza. Es la provincia de la región con más espacios naturales protegidos y con más castillos por kilómetro cuadrado. Y sobre todo hay tradición, con artesanía local, que da relieve a los municipios que antes mencionaba. Eso es lo primero que se me viene a la cabeza en cuanto a oferta. En cuanto a datos de turismo, estoy contenta porque ya se ve el resultado de los esfuerzos de las administraciones en la provincia. Jaén es la que más ha crecido tanto en número de habitantes como en pernoctaciones, según datos del INE del año pasado. Llevamos ya cuatro años en la senda del crecimiento. Aunque Jaén tiene el hándicap de que es una provincia de paso, y la estancia media no llega a dos noches por turista, está claro que se están haciendo las cosas bien. Destaco también el trabajo de las Asociaciones para El Desarrollo.
—Usted ha trabajado fundamentalmente en la Sierra Sur, en Mágina y en El Condado. ¿Cuáles son las claves turísticas de cada comarca?
—Cuando trabajé en El Condado, me sorprendió gratamente en Vilches el asunto de los pantanos. Tengo una foto en la que la iglesia se ve desde el centro del pueblo y al fondo hay agua que parece playa, como si fuese el mar, y es el pantano. Las fincas y los toros del lugar también son parte del potencial que ya están aprovechando para el turismo.
La Sierra Sur no tiene parque natural, pero sí hay parajes naturales que merecen la pena. Aquí, en Frailes, disfruté con el proyecto turístico 'Frailes Memoria Serrana' en 2011. Intentaba recuperar las tradiciones e historias del siglo XIX hilando bajo un argumento una historia de diferentes etapas de una tierra. Trabajé con un grupo de voluntarios del pueblo que le dio un toque único a la actividad. La Sierra Sur, que necesita a mi entender la figura de protección, es naturaleza y tradición.
"El turismo fija a la población en municipios despoblados"
—Una modalidad del turismo que siempre está en el foco es la rural. ¿Se ha crecido mucho en este ámbito en la provincia?
—Sí, en los últimos años la oferta ha crecido bastante. No puedo darle cifras, pero no hace falta ser un estadista para darse una vuelta y ver cómo ha aumentado el número de casas rurales y alojamientos hoteleros. Los restaurantes potencian la gastronomía local y mueven a mucha gente, ya no solo de los municipios cercanos, sino de las provincias próximas. No olvidemos que el turismo puede ser una gran herramienta para fijar la población en los municipios pequeños que se están despoblando.
—¿Qué pueblos cree que lo están haciendo mejor en el turismo rural?
—Hay que distinguir entre dos tipos de municipios en Jaén. Por un lado están los grandes, que tienen más población y recursos, con partidas presupuestarias destinadas al turismo. No digo que así sea más fácil, pero sí más viable para la población. El tejido social puede ayudar en proyectos más interesantes, como son los casos de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad, Úbeda y Baeza. No se puede comparar en cuanto a recursos económicos con otros pueblos más pequeños.
Luego están los pueblos de entre 3.000 y 4.000 habitantes. En estos sí que hay algunos con muy poca población y que, ya sea por esfuerzos de la administración o de los propios habitantes y el tejido empresarial, tienen unas ideas estupendas. Segura de la Sierra, por ejemplo. Me tiene enamorada. Hacen una serie de festivales de música en la naturaleza que los han convertido en referentes. Son las ideas que marcan la diferencia. No es tan importante la cantidad de recursos, sino que la gente que trabaja en turismo y en cultura sea capaz de tener ideas y darle un toque creativo desde un punto de vista sostenible. Es importante hacer las cosas con la ayuda de la gente de pueblo. Y la viabilidad económica siempre debe estar aparejada a los proyectos.
Otro asunto vital es que el turismo sea inclusivo. Hay municipios que hacen cosas nuevas sin seguir criterios de accesibilidad. Es peor y más costoso a posterior arreglar según qué tipo de monumentos que planearlo desde el principio. El turismo somos todos.
"El turismo de bocharrera y de despedidas de soltero es dañino para la población local"
—Las plataformas turísticas digitales como Airbnb están más que consolidadas. ¿Cree que los propietarios jiennenses deben aprovecharlas al máximo?
—A un propietario que ya tiene el alojamiento regulado según la normativa del turismo andaluz no le recomendaría que la adaptara a una relacionada con este tipo de plataformas. Pero no lo digo porque esté en contra de ellas. Creo que el origen de estas empresas digitales es la economía colaborativa, y yo estoy muy a favor en este sentido. Pero en el medio rural, en los pueblos pequeños, entiendo que vender plazas de alojamiento supone conseguir la viabilidad económica de la que hablamos. Y sé que el turismo en los pueblos es una renta complementaria, en la mayoría de los casos. Aun así, hay que trabajar todos unidos con las empresas de hostelería para lograr esa viabilidad.
La fórmula que está regulada por la Junta es bastante buena para que las personas den el salto al turismo rural, aun cuando solo sea como renta complementaria. No olvidemos que este tipo de plataformas, si no están reguladas, propician una competencia que daña a los pequeños propietarios, ya no solo en el turismo sino en el alquiler tradicional.
—¿Qué piensa cuando ve el problema de los pisos turísticos y la masificación en barrios de grandes capitales?
—El turismo masificado, el de borracheras y el de despedidas de solteros es totalmente dañino para la población local. Mi profesor de Estructura de Mercados ya nos decía en la carrera que el turismo tenía que ser sostenible. Fue la primera vez que escuché la palabra. Sostenible es desarrollar una actividad económica siempre de la mano de la población local, del medio ambiente y en sintonía con el aspecto económico. Todo lo que afecte y perjudique al día a día de las personas de una ciudad hace que estas se pongan en contra de una actividad que puede llegar a ser beneficiosa. Estoy a favor del turismo como herramienta de desarrollo, no de crecimiento. Crecer por crecer sin viabilidad es perjudicial para todos. Como buscar beneficios a corto plazo. Acabo la idea con una frase de mi profesor: "No hipotequemos el futuro de las nuevas generaciones teniendo siempre una visión cortoplacista".
"Ser rural no excluye ser digital"
—¿Por qué se animó a estudiar Turismo?
—Yo hice el antiguo Bachillerato, COU, y siempre me habían atraído las artes gráficas y el diseño. Acabé en Pamplona estudiando precisamente artes gráficas. No tenía claro qué hacer. Después quise hacer Publicidad, pero no me cogieron, porque la nota era bastante alta. Y mi segunda opción era Turismo. Y pude estudiar en Málaga. Fue lo mejor que me pudo pasar.
—¿Cómo ha llevado el proceso de adaptación de su ámbito al boom de las redes sociales?
—Tengo que decir que cuando empecé a estudiar, la informática que daba era MS-DOS. Con eso se lo digo todo. Ahora soy una apasionada de las redes sociales y de las nuevas tecnologías. Creo que es prioritario para el medio rural utilizar estas herramientas para democratizar el turismo. Hasta hace unos pocos años algunas tecnologías solo estaban al alcance de una minoría. Internet ha democratizado el turismo: personas sin grandes recursos pueden llegar a bastante potenciales turistas si lo hace bien. Yo estoy totalmente convencida de que un pueblo en el medio rural no está en disputa con las redes sociales. Ser rural no implica no ser digital. Vivimos en un mundo digital, en la era de la información, y hay que sumarse a este carro dándole un buen uso.
—Esta entrevista se compartirá en InstaFrailes, el grupo que usted creó sobre el municipio de la Sierra Sur. ¿Es difícil coordinar un grupo tan abierto?
—Admito que la gente me lo pone bastante fácil. Hablamos de un grupo cuyo hilo principal es Frailes y está integrado por fraileros o amantes del pueblo. La idea del grupo también partió de Vanesa Garrido. Ella propuso que hiciésemos el grupo al hilo de que yo ya promocionaba al municipio en Instagram. ¿Es difícil gestionarlo? No, porque la gente es encantadora. Sí es normal que haya diferentes perspectivas de un mismo asunto. Yo siempre abogo por la pluralidad defendiendo lo que cada cual cree y con el respeto como premisa. Es bueno que la gente hable. Y hasta las polémicas bien entendidas, las discusiones, son positivas, porque enriquecen. En el grupo he intentado que esa sea la dinámica, aunque sí que alguna vez he matizado que el grupo es sobre Frailes. Eso quiere decir que los contenidos tienen que interesar a los fraileros.
—¿Ha mediado mucho?
—No, el grupo lleva unos cuatro años. Y ha habido un par de puntualizaciones y alguna salida de tono. Nada si lo comparo con otros grupos de los que también soy administradora o miembro.
—¿Cree que el usuario, en general, diferencia bien las esferas público y privada cuando publica contenidos en comunidades digitales?
—Yo diferenciaría más bien entre el tipo de gente.
—Pero entendemos que no es lo mismo la vida pública que la privada.
—No, no es lo mismo. Si exportamos las redes sociales a la vida diaria es como si a todas horas en tu casa la puerta estuviese abierta con gente entrando y saliendo sin que tú lo controles. Me explico, y es mi opinión dado que cada cual es dueño de su privacidad, yo soy una persona activa, porque publico muchas cosas. He cometido errores, y así aprendo. Es cierto que veo contenidos que yo considero que son privados, pero depende también de qué entienda cada usuario por privacidad. Y depende del uso que se le dé.
Un tema que me preocupa de las redes son los bulos: nos creemos que todo lo que aparece en redes es cierto. Por ejemplo, para compartir una noticia tiene que provenir de una fuente fiable. Las fuentes fiables sois vosotros, los periodistas, los profesionales de la información. En resumen, hay que tener mucho cuidado con el tema de los menores y con bulos sobre terceras personas que han hecho o han dejado de hacer... No puede pasar que con vídeos como el de un hospital de Rusia haya usuarios que digan que pertenece a uno de Andalucía. Es algo que me da miedo, porque se genera alarma social. Pido a la gente que antes de compartir compruebe la fuente. Y si es posible, hay que verificar. No estoy a favor de compartir por compartir.
—¿Y la política? ¿Quiere ser activa el ámbito local?
—Ya estoy en política local —es miembro del PSOE. Siempre he tenido curiosidad e interés por los asuntos que afectan a la comunidad en la que vivo. Ya de joven he participado en asociaciones o proyectos ciudadanos de índole social y medioambiental como voluntaria en 'Amigos del Parque Natural de Sierra Mágina'. También hice voluntariado en el programa ‘Ciudades ante las drogas’ con jornadas itinerantes por los pueblos de Mágina para concienciar a los jóvenes con talleres y juegos de reciclaje sobre los riesgos asociados al consumo de drogas. Tampoco olvidaré mi paso por el programa universitario de acompañamiento a personas mayores que vivían solas en Málaga.
—¿Qué significa para usted la política?
—Entiendo la política como el arte o la ciencia de buscar soluciones para los problemas del pueblo, más aún cuando tratas a la gente a diario. Y es normal que te llegue gente para pedirte ayuda, como pasa con el tema de las redes. Estoy en la política activa dentro del PSOE de Frailes, porque me brinda la oportunidad de poder realizarme como ciudadana con curiosidad e interés por los asuntos que afectan a la sociedad en la que vivo. Ya llevo cuatro años con la página de Facebook 'Déjate querer por Frailes'. El nombre ya lo dice todo. Yo no soy de aquí, vine por un asunto de turismo y me dejé querer. Ha habido vecinos ilustres como Michael Jacobs y Manuel Ruiz "El Sereno" que también lo hicieron. Así que invito a todos a que vengan aquí un fin de semana. Al final querrán volver. Se dejarán querer.
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