La inspiración artística de Juan Luis Pareja con el Santo Custodio

El villariego vivió una experiencia única junto a la tumba del curandero y ha creado un cuadro en su honor
Juan Luis Pareja Martín (Los Villares, 1980) es JL Mosaic cuando aparca su faena de albañil y agricultor para cultivar el arte. Entre las obras que ya deleitan en la comarca está la representación del Santo Custodio, curandero cuya fe sigue intacta más medio siglo después de su muerte en Noalejo.
"Viví una historial especial vinculada con Custodio", comienza el relato Pareja en declaraciones a este periódico. Todo empezó con unos dolores de espalda, que lo llevaron hasta la tumba del curandero en Noalejo, impulsado también por la fe que su madre, Milagros Martínez, tuvo en vida hacia Custodio.
"Sentí algo especial aquel día y mi manera de dar las gracias fue donar el cuadro a los propietarios de la casa que tiene el santo en Hoya del Salobral", abunda el villariego sobre una historia con motivio de una visita a la romería de la Virgen de la Cabeza.
La obra, con una gama de hasta cinco colores del blanco al negro, fue también el resultado de una formación que hizo previamente. "Nos aconsejaron que no lo hiciésemos sobre alguien demasiado cercana, yo me decanté por Custodio", recuerda.
EL MOSAICO PARA EMBELLECER LAS CALLES
El talento de Juan Luis Pareja está inclinado a los mosaicos, un arte que ya es visible en su casa a partir de los azulejos. Es una disciplina que está directamente vinculada a su trabajo como oficial de primero en la construcción.
Ya ha hecho tres exposiciones en Los Villares, en Valdepeñas de Jaén y en Jamilena. Además, tiene ideas que ha puesto al servicio de los ayuntamientos, como habilitar un código QR en paredes de los municipios para difundir eventos como las fiestas. "Ojalá en el futuro reciban el visto bueno de las administraciones. Mientras tanto disfruto en casa", dice consciente de la complejidad de sacar rédito económico de la creación.
Amante de Gaudí, Pareja pone empeño para que el hogar también sea un espacio que difunda la creatividad para inspirar a sus hijos, Rubén y Juan, y un vínculo más con su esposa, Chari Negrillo. Está convencido de que el arte del mosaico —expresado en diferentes superficies— también puede ser un reclamo los visitantes y un orgullo para los vecinos.
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