El centro de menores Carmen de Michelena, un polvorín
La Policía Nacional tiene que intervenir hasta en tres ocasiones esta pasada madrugada ante los continuos problemas que causan algunos de los internos, que incluso intentaron agredir a los agentes
La situación del centro de menores Carmen de Michelena es límite, casi insostenible. Peleas entre los usuarios, consumo de sustancias estupefacientes, insultos, amenazas y problemas con el vecindario han convertido a estas instalaciones dependientes de la Consejería de Políticas Sociales de la Junta de Andalucía en un verdadero quebradero de cabeza. Prueba de ello es que la Policía Nacional tuvo que intervenir la pasada noche hasta en tres ocasiones ante la tensión que se respira en el centro.
Fuentes de la Comisaría Provincial informan a este medio que sobre las doce y media de la noche de este jueves se recibió la primera llamada del Carmen de Michelena pidiendo apoyo, ya que había un grupo de ocho menores que tenían "acorralado" al vigilante de seguridad y a los monitores. Al parecer, según las mismas fuentes, este grupo de menores había esnifado pegamento y disolvente, lo que les provocaba una actitud agresiva. Hasta el lugar se desplazó una patrulla cuyos agentes hablaron con el cabecilla del grupo hasta que lograron calmar los ánimos.
Pasadas las dos de la madrugada se volvió a recibir otra llamada pidiendo de nuevo apoyo, por lo que volvió a acercarse la patrulla. Una vez más, los ánimos se calmaron y el vehículo policial regresó a su servicio. Sin embargo, por poco tiempo, puesto que sobre las tres se vieron obligados a regresar, pero en esta ocasión con material antidisturbios por la presencia de un grupo que tenía atemorizados en una habitación tanto al vigilante como a los monitores. Los agentes lograron reducir al cabecilla del grupo que, armado con una navaja, intentó agredir a los agentes. El chico, de 16 años, fue trasladado a dependencias policiales y ya ha sido puesto a disposición de la Fiscalía de Menores.
En el centro, proyectado para acoger a 21 personas menores de edad, cohabitan en la actualidad 44. Esta saturación ha sido denunciada por los sindicatos. Los vecinos también están alarmados y han expresado su malestar por el aumento de hurtos, acosos a menores, conductas incívicas y otros problemas de inseguridad en el casco histórico. Hasta el propio alcalde, Javier Márquez, ha tomado cartas en el asunto y ha pedido por escrito a la Subdelegación del Gobierno y la Delegación del Gobierno andaluz más presencia policial en la Plaza de Santa María y su entorno por problemas de seguridad ciudadana que atribuye a la masificación de las instalaciones.
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