El voluntariado que protege Cazorla, Segura y Las Villas

Más de 250 voluntarios colaboran en tareas de conservación en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas

Más de 250 personas han colaborado en distintas tareas de conservación de la flora y la fauna del Parque Natural y Zona de Especial Conservación de las Sierras  de Cazorla, Segura y Las Villas durante 2017 en el marco de la Red de Voluntariado Ambiental, que este año  ha estado canalizado a través del programa de Participación y Sensibilización Ambiental de la Red  Natura 2000 con 24 actividades organizadas.

Según ha explicado del delegado de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Eugenio Ortega, como en años anteriores, el desarrollo del proyecto se ha realizado conjuntamente con la Fundación Gypaetus, quien ha organizado las tareas de promoción junto a aquellas relacionadas con la conservación del Quebrantahuesos, además de hacer de secretaría técnica de la Red de Voluntariado.

“La mayor parte de las actividades se han realizado en fin de semana, con una participación muy alta y en la que destacado la presencia de los propios residentes del parque natural, llegando a movilizar, incluyendo a técnicos, monitores y personas invitadas,  a unos 600 participantes”, ha valorado Ortega.

También se ha contado con la colaboración de Ayuntamientos de localidades del parque, de la Escuela de Capacitación y Experimentación Forestal de Vadillo-Castril y de varias asociaciones a nivel local y provincial (Grupos Scouts, Federación de Bolo Andaluz, Aprompsi, ADRs, asociaciones de vecinos Las Villas, asociación astronómica Quarks, puntos de información turística y centros de visitantes de varios municipios –Cazorla, Peal de Becerro-Toya o Quesada , entre otros.

Las localizaciones de las actividades ha sido también muy variada, desde el extremo norte, en Laguna de Zarracotín de Génave a menos de 10 kilómetros del límite provincial, al municipio situado más al sur, Pozo Alcón, en la colección botánica El Hornico. Se han desarrollado actividades en las tres comarcas, tanto en pueblos y espacios de uso público (como el Aula de Naturaleza de la Torre del Vinagre) como en parajes más aislados y desconocidos, pero que concentran todas las esencias de estas montañas —Nava Paulo, nacimiento del Aguascebas, campos de Hernán Perea o Nava de San Pedro.

LAS ACTIVIDADES DESARROLLADAS

El delegado ha explicado que el trabajo voluntario desarrollado ha servido para acotar y enmendar ciertos problemas ambientales reales en estas sierras, destacando, entre otras, la limpieza de varios tramos urbanos de los ríos Guadalimar y Turrillas (junto a los pueblos de La Puerta de Segura e Hinojares respectivamente); la lucha contra la invasión de especies exóticas e invasoras (planta Ailanthus altissima), que se ha realizado en el río Cañamares (entre La Iruela y Santo Tomé) y en fuente de los Cerezos (Villanueva del Arzobispo); o la mejora del hábitats de anfibios catalogados en peligro de extinción (sapo partero bético), en concreto en el entorno mejora de fuente de Nava paulo, cerca de los Campos de Hernán Perea.

Además, los voluntarios han podido colaborar en las tareas de reintroducción del Quebrantahuesos (tanto en la Nava de San Pedro, en el Centro de Cría, como a través de un censo simultáneo realizado a nivel “europeo”), y han podido participar en talleres sobre  comportamiento responsable en la Naturaleza, que se han desarrollado en núcleos como Cortijos Nuevos, Segura de la Sierra, Vadillo Castril, Puente de las Herrerías, Beas de Segura o el Jardín Botánico-Torre del Vinagre, con una importante presencia de niños y jóvenes del entorno.