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"Me gustaría cambiar el comportamiento de la gente a través del arte"

Por Esperanza Calzado - Julio 05, 2020
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Le gustaría ayudar a las personas, transformar el comportamiento, colaborar en su formación y hacer desvanecer malos hábitos pero, siempre, a través del arte. Es un reto ambicioso y para lograrlo y aportar su grano de arena en el sistema educativo investiga desde hace años. Nacido en Liverpool pero de nacionalidad jordana, Ahmed Alzaghoul (1984) ha vivido en numerosos países. Ahora reside en Jaén, donde desarrolla todo su potencial sin importar las fronteras físicas o mentales que uno se pueda imponer por echar el ancla en el mar de olivos. 

Actualmente está terminando la tesis doctoral en "Adapting Lego® Serious Play® methodology on Open Education". Es investigador doctoral en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid. Sus habilidades y experiencia incluyen el desarrollo de aprendizaje combinado, REA y LEGO Serious Play. Su trabajo se centra en la mezcla de metodologías artísticas con la educación online, para obtener mejores resultados de aprendizaje tanto para el alumno como para el profesor. Él es, además, cineasta y artista. Enseña inglés y cine usando diferentes metodologías y herramientas artísticas. Básicamente, su trabajo se centra en el arte experimental.

—Después de viajar y vivir en tantos países, ¿por qué España?

—Vine a estudiar mi doctorado. Además, siempre he querido venir porque mi visión sobre España es de un país abierto, acogedor, multicultural, me gusta. Es verdad que me gusta mucho viajar pero al final uno quiere parar y me gusta España para hacerlo. 

—¿En cuántos sitios ha estado?

—Nací en Liverpool y he vivido en Jordania, Omán, Egipto y dos años en Italia. Además, he visitado muchos países como Francia, Finlandia, etcétera. Me considero una persona multicultural.

—¿De todos se queda con España?

—Sí, me gusta. Tengo muy buena imagen de este país. La gente es amable, es fácil hacer amigos y puedes hacer lo que quieras porque hay un nivel alto de diversidad y respeto.

—¿Y por qué Jaén?

—Mi padre y mi abuelo nacieron en una ciudad que se llama Ajloun, en Jordania. Se parece mucho a Jaén. Tenemos olivos, no de la misma calidad o cantidad (ríe) y el aire de Jaén me recuerda al de Ajloun. Sólo viví en Jordania cinco años pero tengo el corazón allí y mi mente en Jaén. 

—Siento tener que ponerle en un compromiso pero, ¿cuál de los dos aceites es mejor?

—(Ríe) El aceite de Jordania tiene el amor de mi abuela y su sabor es más especiado pero tengo que confesar que el aceite de oliva de Jaén es muy bueno. Tiene diferentes variedades que te permite elegir. Recuerdo que mi abuelo, cuando vivía, siempre se tomaba un pequeño vaso de aceite de oliva en ayuno y yo también lo hago a veces, ahora.

—Profundicemos en su trabajo investigador. ¿En qué consiste?

—Mi trabajo siempre ha estado vinculado al arte, haciendo cortometrajes, videoclips, teatro... Pero, a su vez, he estado estudiando áreas como el e-Learninge-business, la educación a través de la plataforma virtual. Mi doctorado consiste en fusionar el arte, la educación y la lógica. Estoy haciendo un modelo de calidad para mejorar la educación online con arte. Para ello utilizo la metodología LEGO Serious Play. Consiste en aprender a través de juegos, haciendo ejercicios con las piezas de LEGO para crear la historia que permite entender la materia que se está impartiendo en el curso. 

—¿Lleva mucho tiempo hacer una investigación así?

—Cinco años. 

—Es un trabajo muy minucioso por lo que he podido observar.

—Claro. Mi trabajo es ser investigador, en este caso, de educación, conocimiento y negocio. El doctorado en sí no es difícil pero se necesita mucho tiempo para estructurarlo y trabajarlo. El tiempo estándar está entre tres y cinco años pero es verdad que durante los primeros uno no sabe qué está haciendo. Cada día nacen conocimientos nuevos y, al final, el proyecto se nutre de muchos procesos productivos.

—¿Cuál es su meta?

—Mi objetivo es cambiar el comportamiento de la gente con arte para que puedan hacer mejores cosas en su vida. Todos somos iguales pero cada persona tiene una manera de entender la vida y tiene diferentes sensibilidades y por eso quiero adaptar la metodología educativa. Se trata de aprender con música, teatro, cine, con piezas de Lego, cosas tangibles...

—Durante todo este tiempo que está investigando también tiene que vivir. ¿Está siendo complicado encontrar trabajo?

—Estoy haciendo trabajos de freelance, como todo el mundo (ríe). Reconozco que conseguir trabajo en España es complicado pero, a su vez, es fácil desarrollar un perfil profesional y una marca. ¿Por qué? Porque hay mucha cultura y muchas líneas para trabajar. Pero ganar dinero no es fácil. Es por eso que muchos de mis proyectos son fuera de España a través de internet. Pero, además, mi mujer tiene un negocio en Jaén, con el Coworking Cuatro Gatos y la firma Días D y ojalá podamos hacer mejores cosas para esta ciudad porque Jaén tiene hambre de negocio.

—¿Ha podido observar que Jaén tiene hambre de negocio?

—Sí. Por el coworking vemos pasar a mucha gente y muchos tienen curiosidad por saber qué hacemos aquí y, en realidad, es tan simple pero a la vez tan completo como tener un espacio de negocio y de creatividad con espacios para actividades de todo tipo.

—También ha dedicado parte de su tiempo al cine.

—Sí, pero es complicado. Trabajar en el ámbito cinematográfico es muy complicado en cualquier parte del mundo. Se deben dar dos puntos muy importantes para hacer películas. Por un lado, conocer gente, tener contactos; por otro, tener ideas originales. Ahora vivimos muchos problemas con los guiones porque se repiten mucho y hay pocas ideas originales. Es verdad que trabajo en este ámbito desde hace años pero ahora estoy enfocado con la educación.

—¿Se ve en un futuro de maestro, con su metodología?

—No sería mi trabajo principal. Yo lo que quiero es cambiar el comportamiento y la metodología de los profesores, no serlo. Por otro lado, yo quiero mejorar mi nivel de castellano y focalizar parte del tiempo en ello, en mejorar idiomas. Hablo inglés, un poco de italiano y árabe. De hecho, puedo entender hasta seis dialectos.

—Le habrá resultado llamativo que en Jaén no se suele escuchar hablar en inglés más allá de cuando viene algún turista. Muy diferente a las grandes ciudades.

—Aquí no hace tanta falta y para mí mejor porque consigo mejorar mi nivel de castellano pero con acento jiennense (bromea).

—¿Qué es lo que más le gusta de Jaén?

—Su naturaleza. Los españoles no conocen todo el potencial que esconde esta tierra. Tiene muchas rutas, tiene su aceite y atractivos turísticos como los Baños Árabes, el Castillo de Santa Catalina, la Catedral... Hay muchas cosas para conocer en Jaén y, lo mejor, es la mentalidad de su gente. No es una ciudad muy grande pero tampoco llega a ser un pueblo. Por eso, los jiennenses son amables, empáticos, generosos, cercanos... Eso es impagable y no lo tienen las grandes ciudades.

—De hecho, usted se ha enamorado de una jiennense.

—(Ríe) Sí, es verdad. Cuando encuentras el amor es suficiente.

—¿Es difícil vivir juntos y trabajar juntos, como es su caso?

—No, porque somos amigos por encima de todo. Además, somos responsables y tenemos muy claro los dos que cada uno tiene su tiempo personal y nos respetamos los espacios de cada uno. Esto hace que sea mucho más fácil. En mi país hay un refrán que, traducido, viene a decir más o menos así: el amor es como una bolsa de cuero que cuando está llena de amor y respeto la persona es buena y cuando se vacía, empiezan los problemas. Por eso, cada día trabajamos por un mejor futuro juntos.

—¿Cómo ha sido vivir esta pandemia de coronavirus con toda su familia viviendo en diferentes puntos del mundo?

—Difícil. Soy el mayor de cinco hermanos y con cada uno de ellos tengo una relación especial, al igual que con mis padres. Me gustaría poder visitarlos de nuevo en Jordania pero no sé cuándo será posible. Lo cierto es que allí la evolución del virus ha sido menor. Es un país pequeño pero está en zona conflictiva. Apenas tiene mil casos y una quincena de fallecidos. No podemos olvidar que Jordania, con once millones de habitantes, no tiene petróleo, sino que sus pilares son la educación, la medicina y el turismo. Quizás estos dos primeros aspectos han permitido afrontar mejor la pandemia.

—Viniendo de un país donde la educación es un pilar esencial, ¿cree que la española es de calidad?

—Esa es una pregunta muy importante. Puedo opinar y hablar de mi ámbito concreto. Mi universidad está dentro de las cien mejores del mundo y tenemos estudiantes en su último año con trabajo ya porque la calidad es buena. 

—¿Cuándo tenga 50 años seguirá en Jaén?

—No lo sé porque cada diez años, más o menos, me mudo. Reconozco que estoy contento y relajado aquí. Tengo trabajo y tengo amor. No necesito más. Pero lo que realmente quiero es poder ir al campo con mi pareja, mis perros y ojalá con mis futuros hijos, es todo lo que necesito.

—Lo que quiere puede que alguien considere que no es ambicioso.

—La gente trabaja 50 años para jubilarse y vivir. Yo quiero hacerlo ahora. El dinero es importante sí, pero no lo más. Lo más importante es vivir la vida con calidad.

Fotos y vídeos: Esperanza Calzado y Ahmed Alzaghoul.

 

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