"He llegado a plantearme abandonar el mundo de los medios"

Jueves, cinco y media de la tarde, y llega puntual a nuestra cita en la redacción de EsRadio Jaén. Para un periodista que tiene el orgullo y los galones de haber trabajado en las cinco ramas de la profesión, regresar a las ondas, donde empezó, tiene un romanticismo especial del que quizás no sea consciente. Le brillan los ojos al ponerse delante del micrófono a pesar de que por su cabeza ha planeado la posibilidad de abandonar el mundo de los medios de comunicación. Quizás haya lectores que no lo entiendan pero para algunos ser periodista es una manera de vivir, más que un oficio. Dani Illana Conde (Jaén, 1983) es uno de ellos, director de la flamante emisora. Muchos lo conocerán por su paso por Onda Jaén, de lo que hablaremos en esta entrevista en la que profundizamos sobre la profesión de un estudiante de la Universidad de Málaga al que le gustaban las letras. 

—Dicen que la profesión de periodista es vocacional. ¿Siempre quiso ser periodista?

—Cuando empecé el BUP, que era lo que se estudiaba por aquel entonces, me tiraba más la rama sanitaria. Pero es cierto que tenía vocación de escribir, de crear. Al final, me vi abocado a estudiar Periodismo porque era la única forma que creía que me servía para dar rienda suelta a esa vocación. Luego, evidentemente, vi que el Periodismo no se parece en nada a eso. Sí es verdad que en el ejercicio de la profesión es cuando te enamoras. Hasta que no lo pruebas no ves lo excitante y lo divertido que es, una adrenalina que te acaba enganchando. 

—Creo que son muchos los que han pasado por esa fase. 

—Sí. Al final se toma la conciencia del ejercicio de la profesión cuando empiezas a ejercerla. Es una carrera universitaria y todavía no somos la profesión restringida que yo creo que deberíamos ser. Al mismo tiempo, creo que cuando la ejercemos nos damos cuenta que tiende más a un oficio, construyendo noticias cada día. Ceo que el paso por la Universidad es importante y creo que es necesaria la titulación y colegiación obligatoria pero reconozco que nuestro desempeño diario se parece más a un oficio.

—¿Cuál fue su primer puesto de trabajo?

—Empecé haciendo deportes los fines de semana y me centré más en la técnica. Comencé con mi compañero y amigo José Luis López que está embarcado en un proyecto maravilloso de Raudal Media y Jaén en Juego. Me di cuenta de que él con el micrófono era un auténtico animal y pensé que me iba a dejar poco espacio. Yo quería realizarme como fuera y así empecé con la mesa de mezclas, con la parte más técnica.  

—Empezó en la radio pero ¿ha pasado por todos los ámbitos del periodismo?

—Sí. Tengo el orgullo de decir que he hecho radio, televisión muchos años, en periodismo escrito pocos meses pero muy divertidos y también estuve en un proyecto que se puso en marcha hace muchos años que se llamaba Jaén al Día. Fueron Carlos Rísquez y Elena Lara, de Hermes Comunicación, los que lo pusieron en marcha y fue el primer digital exclusivo que tuvo Jaén. Además, también he tenido la oportunidad de hacer comunicación institucional. 

—Si tiene que elegir, ¿con cuál se queda?

—Me quedaría con la radio. Tiene algo muy especial que no tienen los demás. La televisión es muy bonita y me encanta. El hecho de poder narrar a dos niveles da pie a muchas cosas. Además, creo que la televisión en España está muy poco explotada y hay muchos formatos interesantes; ni te cuento en el periodismo local. Pero la radio es especial y con la explosión del podcast se está demostrando que la radio es el gran medio de la gente que tiene algo que contar.

—¿Cómo nace EsRadio Jaén?

—Curiosamente, no fue idea mía. Somos tres socios y uno de ellos es Miguel Segovia. Entre sus muchas ocupaciones, siempre ha tenido la necesidad de contar cosas. Empezó haciendo una especie de radio comunitaria. Se enteró que estaba la frecuencia de radio emitiéndose en Jaén sin programación y fue él el que se puso en contacto con el empresario de Granada que es el dueño y con quién lo movimos todo.

Le di muchas vueltas a entrar en este proyecto. Después de salir de mi último trabajo, con VOX, llegó un momento en que tenía claro que no quería seguir en el mundo de la comunicación. Estaba tan quemado de algunas cosas que me habían pasado... Pero te reconozco que es lo único que sé hacer y soy muy mal opositor. Cuando surgió la oportunidad, lo evalué con mi familia. Creo que dentro de los ámbitos que existen, la radio local va tirando. Si los demás pueden nosotros creemos que también podemos conseguirlo. 

—¿Cuándo arrancó?

—El 16 de mayo. 

—¿Qué tal ese inicio?

—La primera semana fue bastante caótica. Teníamos mucha prisa por empezar y queríamos que la gente supiera que estamos aquí antes de que empezara la campaña electoral. Antes de plantearnos la rentabilidad del medio, que sería lo más importante porque es de lo que depende su futuro, queríamos que hubiera capacidad de generar opinión y teníamos capacidad de influencia. Recuerdo la semana de antes dar muchos viajes a Granada, hacer el montaje... Todo el diseño técnico lo hice yo, mi compañero Fernando Parra estuvo pintando y adecentando el local y el 16 de mayo empezamos como buenamente pudimos. Ese día me llamó un par de personas y fue un día bonito y especial.

—Para nosotros, lo peor de crear el periódico digital es ser empresario y echamos en falta haber recibido alguna formación en la universidad. ¿Le pasa lo mismo?

—Recuerdo que teníamos la asignatura de Empresa Comunicativa, pero no tenía nada que ver. Piensa que hoy en día, los profesionales de la comunicación o acuden a un gran medio o se lo montan por su cuenta y no tienen las herramientas para hacerlo porque es muy difícil. Al final, tienes que ser redactor, técnico, community manager, relaciones públicas, comercial que es la parte que más me cuesta, gestor administrativo... Es muy complicado. A día de hoy soy el único que estoy dado de alta en la empresa, que soy yo, y hago un poco de todo. Pero el éxito de la empresa se basará en el producto que puedas ofrecer y yo tengo claro que mi obligación es ponerme todos los días delante del micrófono y contarle algo a la gente. 

—¿Qué programación tiene EsRadio Jaén?

—Tenemos boletín a las siete menos cinco, otro a las ocho menos diez que todos los días entra a las ocho y dos o tres minutos debido a la programación de nuestro jefe Federico Jiménez Losantos. De eso no tengo queja porque en realidad el pico de audiencia es más alto. Luego tenemos La Mañana de Jaén, de doce y media hasta pocos minutos antes de la dos, que es cuando hacemos el informativo local. Creo es la programación básica de manera que por la mañana ofrecemos mucha información. Nos centramos mucho en la opinión. 

—¿Qué os diferencia de los demás?

—Nosotros tenemos que hacer un producto propio en Jaén, que no tiene que ser copia de nada. Tenemos que ser conscientes de qué es lo que la gente espera de EsRadio Jaén pero siendo una radio con mucha opinión, con unos valores claros que defiende y con una determinada visión ideológica del mundo que defendemos sin complejos, huimos de todo sectarismo. Todas las voces deben y tienen que ser oídas, más allá de la política. Así que, en resumen, lo más importante es demostrar que somos una radio con las ideas claras pero no somos sectarios sino que tenemos los micrófonos abiertos a todos.

—¿Cuál es el horizonte de futuro?

—Mi sueño como periodista sería ser capaz de generar empleo para periodistas. Sería mi meta, demostrar que el periodismo es una forma digna de llevar un sueldo a casa.

—Hablando de generar empleo, un fuego le dejó sin el suyo anterior. ¿Se sabrá quién incendió Onda Jaén?

—Tengo que reconocerle que todavía me cuesta hablar de este tema. Todo el proceso de los meses posteriores al incendio y el judicial que todavía colea es un episodio que para mí y muchos de mis compañeros no está cerrado. Con este asunto ha habido un muro contra el que nos hemos enfrentado todos los compañeros que es el de la justicia. 

—¿Un muro mayor que el que podría haber sido el equipo de Gobierno?

—Sí y me explico. Un alcalde puede prevaricar (que no digo que lo haya hecho), pero está el poder judicial para pararle los pies. Sin embargo, aquí hemos visto que en muchos casos los juzgados se han lavado las manos, lo que ha sido muy doloroso. Además, no tiene mucho sentido que habláramos con tanta gente vinculada con el mundo del derecho que nos daba la razón y veas cómo uno por uno compran todos los argumentos de una parte y descartan los nuestros. Todo el mundo se puede portar mal contigo pero crees que en algún momento eso podrá pararse por alguno de los mecanismos establecidos legalmente para poner coto a la arbitrariedad de los poderes públicos. Pero aquí nos hemos dado cuenta que no es así y ha sido lo más doloroso.

Respecto al incendio, sé que en Jaén hay gente que tiene la potestad de tomar las acciones necesarias para poner ante la justicia a los responsables del incendio que saben quiénes fueron. Sin embargo, no se toman las medidas. Estoy convencido que cuando haya prescrito, se sabrá. Jaén no es tan grande y todos oímos cosas.

—¿Se sintió incomprendido durante el proceso?

—Todo el que esté en un puesto público tiene que saber que está expuesto a la crítica. Algunas son muy crueles y no sientan bien porque están hechas con el objetivo de hacerte daño. Pero todos sabemos que los periodistas, que no ganamos un sueldo maravilloso, vemos cómo nuestro trabajo está expuesto y encima recibir críticas a veces muy duras. La mayoría de la gente no sabe en qué condiciones ejercemos el periodismo en muchas ocasiones y cuando hacen un escrutinio nuestra labor desconocen el proceso que hay detrás. Sé que no le puedes caer bien a todo el mundo pero es cierto que creo que a la gente de Onda Jaén se nos ha tratado en muchas ocasiones como si fuéramos políticos y no lo hemos sido. Siempre hubo un límite que se había respetado y es que los políticos se podían 'matar' entre ellos pero la gente que estaba a su alrededor estaba exenta y eso es un límite que se ha rebasado totalmente y se ha abierto una puerta peligrosa. Se han tomado decisiones que abren precedentes peligrosos y espero que en algún momento vuelve la cordura. Hay que saber que los ciclos políticos cambian y las personas que están en el poder pueden luego situarse en el lado opuesto y tenemos que aprender de las lecciones que nos ha dado la historia y por muy poderosa que sea una persona siempre acaba cayendo.

—Hablando de lecciones o de consejos, ¿cuál le daría a los futuros periodistas?

—Es duro porque a día de hoy es muy complicado ganarse la vida en este mundo. Casi que les diría que todavía están a tiempo de repensarse dedicarse a esta profesión. Al final, vamos a un mercado de medios en el que el papel del periodista está muy devaluado. No sé si se ha buscado estratégicamente por los poderes públicos o es una evolución del mercado desde 2008 al que no hemos sabido adaptarnos. Lo cierto es que hay muchos periodistas, muchos que no lo son y quieren dedicarse a ello a base de dinero con máster, lo que conlleva que mucha gente esté dispuesta a regalar su trabajo. Y esa es la peor de las situaciones a las que nos estamos enfrentando.