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"Hemos pasado de repartir ilusiones a cumplir sueños"

"Hemos pasado de repartir ilusiones a cumplir sueños"

Por Esperanza Calzado - Enero 21, 2024
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¿Cómo se siente uno cuando hace millonario a sus vecinos? ¿Cómo se viven los días previos, posteriores y el 22 de diciembre? ¿Qué supone para una administración vender 'El Gordo' del Sorteo Extraordinario de Navidad? Ha pasado un mes y con la serenidad que confiere el transcurrir del tiempo y ver las cosas con perspectiva, Lacontradejaén entrevista a Manuel Aceituno Valdivia (Jaén, 1977) al que muchos conocerán por su histórica vinculación con el mundo de la hostelería. Desde la pandemia, regenta el punto de venta de Lotería La Carrera, que estas navidades hizo historia. Hasta que llegó el momento mágico Manuel Aceituno siempre decía que repartía ilusiones, porque repartir premios es muy difícil. "No sabía que íbamos a repartir sueños, porque vendiendo 'El Gordo' o cualquier premio se cumplen muchos".

—¿Cuándo y cómo decide dedicarse al sector de los juegos de azar con un punto de venta de Loterías y Apuestas del Estado?

—Llevo aquí un cuarto de hora, como el que dice. Vengo del sector de la hostelería. Durante 25 años me he dedicado al duro mundo de la restauración junto con mi familia, todos hosteleros. He regentado La Vestida, luego con mi hermano, estuvimos en Navas 13. Ya estaba con la escopeta cargada para poder dedicarme a otra cosa y compartir más tiempo con mi familia y para mi ocio y salir de la esclavitud de la hostelería. Fue en 2019 cuando me enteré del traspaso de esta administración y lo materializamos poco después.

—¿No me diga que hizo el traspaso en plena pandemia?

—Fui un visionario (ironiza). Empecé el 20 de febrero y a los pocos días nos confinaron. Durante 2020 tuve que compaginar la administración con la hostelería porque no me daba y el préstamo me comía.

—La hostelería... cuando se podía, porque fue uno de los sectores más castigados.

—Cuando podía, sí. Ya el año pasado me pasó lo contrario, gracias a Dios. Tenía dos empresas que me ocupaban mucho tiempo y tenía que elegir. Me costó mucho decidir por cuál decantarme y la decisión fue dejar la hostelería que tanta satisfación social, profesional y económica me había dado. 

—Hasta el 22 de diciembre de 2023, ¿qué premios grandes se habían vendido aquí?

—Dimos un primer premio de la Lotería del jueves, que son 30.000 euros. En el sorteo de Navidad del año pasado dimos un quinto premio, pero tuvimos la mala suerte de que sólo recibimos una serie de ese número, es decir, diez décimos, por lo que solo se repartieron 60.000 euros. Hasta que llegó el momento mágico yo siempre decía que repartía ilusiones, porque repartir premios es muy difícil. No sabía que íbamos a repartir sueños porque vendiendo 'El Gordo' o cualquier premio se cumplen muchos. Llevamos un mes que lo estamos viendo día a día, con gente que nos llega explicando qué está haciendo con el dinero.

—¿Cómo son las horas antes al sorteo, qué le pasa a uno por la cabeza?

—Desde el puente de La Inmaculada hasta que llega el día de Reyes, decimos que es nuestro agosto. Los días antes de ese sorteo son de mucho estrés, prisas, de nervios... No descansamos hasta que no se cobra toda la lotería que hay prestada entre colectivos, bares y demás. Tenemos un seguro para todo esto pero hasta que no se cobra no se queda uno tranquilo. Con la devolución, tenemos la costumbre de agrupar todas las series completas que no se han vendido porque es más cómodo para pasarlos por la máquina. Al mediodía se pusieron todas en un montoncito, las devolvemos y hay que taladrarlas.

—Y se dejó el número ganador, que la gente dice que es feo.

—Se quedó en el cristal, sí. Pero lo más curioso es que compartí con todos mis contactos del WhatsApp una foto con todos los décimos que íbamos a devolver y el primero que se veía era 'El Gordo' encima, taladrando. Era una llamada por si alguien quería comprar alguno a última hora. Nadie lo hizo. El número estuvo en ventanilla hasta las nueve y media de la noche del día anterior y hubo mucha gente que pasó durante las últimas horas y se lo llevó.

—¿Cómo se enteró?

—Este era mi tercer sorteo y cuando hacemos la devolución, los compañeros bromeamos con cómo de guapos nos vamos a vestir al día siguiente por si viene la prensa. La noche de antes le dije a mi hijo que si venía la televisión, cuando saliera del colegio fuera a verme y le mandaría un saludo. Cuando tocó ya no pude ir a recogerlos y tuve que llamar a un vecino. Fue muy bonito cuando llegaron aquí y vieron todo el revuelo que había, me dieron un abrazo y me dijeron 'papá, lo has conseguido'. 

El mismo día del sorteo mi mujer me encargó ir a comprar a Los Sureños unas tablas de embutidos. Empezaron a salir premios y estaba un poco enfadado porque las administraciones colindantes habían dado quintos premios y ya solo quedaba 'El Gordo'. A la una cogí mi mochila, me puse los auriculares y fui escuchando el sorteo en la aplicación hasta Los Sureños. Me fui al quiosco del parque y me volví para arriba tranquilamente. Estaba enfadado, no te voy a engañar. Y cuando iba por Casa Paco escuché el número y me sonaba mucho. En ese momento me estaba llamando mi compañera Montse.

—¿Qué sintió?

—Lo único que recuerdo es que cogí la mochila y parecía Forrest Gump corriendo. Llegué emocionado, con las lágrimas saltadas y contento cuando vi a mis compañeras, a mi mujer que trabaja en la farmacia de al lado y vosotros, los periodistas, que yo no sé cómo venís tan rápido.

—Hicieron historia al vender el primer premio y además entre gente que lo necesitaba. ¿Qué le decían?

—Te daban un abrazo y solo por la fuerza con que lo hacían percibías que era uno de los ganadores. Recuerdo que llamé a Tere, de Maricastañas. Desayunamos muchos días con ella y la Asociación Müy y me acordé de ella por Rufino, su marido, que en paz descanse. La llamé corriendo porque es muy despistada y no sabía si había recogido su lotería. Me confirmó que sí; llegó y me dio un abrazo. Ese momento es único.

También la felicidad compartida con mis compañeros después de tantas semanas de trabajo. Y hay un aspecto muy importante que me gusta decirlo, se han dado 18 series y no décimos intercambiados. Hemos sido la segunda administración de España que más series ha vendido de 'El Gordo,' detrás de una de Madrid que dio 40, más allá de los que tenían décimos sueltos. El Estado se ha quedado más de ciento y pico series que no han sido vendidas y ha sido uno de los grandes beneficiados de este premio.

—El Estado ha ganado pero algunos pensarán que vosotros también os habéis llevado una buena tajada. ¿Es así?

—Cuando abrimos la administración, solo teníamos un terminal porque las ventas eran bajitas. Mi objetivo durante todo este tiempo ha sido intentar crecer en el número de transacciones para lograr las 3.000 semanales y poder tener el segundo. Hemos estado viniendo sábados por la tarde y domingos por la mañana para intentar superarlas. La segunda ventanilla nos da posibilidad de poder atender a dos personas a la vez y que la gente no se marche por ver la cola. Justo el día 20 me llegó mi regalo de Reyes, que fue ese segundo terminal.

Pero hay mucha gente que piensa que al haber repartido más de 80 millones de euros nos llevamos un tanto por ciento como administrador de Loterías. Nosotros solo percibimos un 1,25 por ciento de los pagos que podemos realizar. ¿Cuáles son? Los inferiores a los 2.000 euros. El resto deben pasar por el banco. Por ejemplo, si mañana vienes con una Primitiva premiada con 2.000 euros, yo te los pago del dinero que tenga en mi caja fuerte (si lo tengo) y Loterías y Apuestas nos da 20 euros. Así que de este premio no nos hemos llevado nada. Pero no hay mejor regalazo que poder dar tanta satisfacción para tanta gente que lo necesita.

—No os lleváis el 1% pero sí se nota en las ventas.

—Así es. La gente que compra Lotería es muy supersticiosa y las ventas de 'El Niño' se han triplicado. Es cierto que se suma 'El Gordo' y el segundo terminal, pero se nota. Además, te reconozco que todavía estamos con la resaca de clientes que siguen probando a ver si la suerte cae, de nuevo, en Loterías La Carrera. 

—¿Qué objetivo hay ahora?

—La satisfacción de vender 'El Gordo' es lo más top para el lotero. Darlo otra vez sería maravilloso pero yo ahora mismo solo pienso 'virgencita que me quede como estoy'. Con salud, con mi familia y con mi equipazo. Ahora nos cambiamos de sitio, en esta misma calle pero dos locales más abajo, para tener una administración con una entrada más grande, tenerla de propiedad y mejorar la accesibilidad. 

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