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"No entiendo que critiquen que una mujer pueda ser rey mago"

"No entiendo que critiquen que una mujer pueda ser rey mago"

Por Javier Cano - Diciembre 15, 2024
Compartir en X @JavierC91311858

La jiennense Inmaculada Cobo Cruz nació el año de los grandes fastos en España, el 92. Un guiño del destino para una mujer comprometida que, 32 años después, dejará de ser (por un rato) la reina de su casa para convertirse en la de todos los peques... y no tan peques.   

Más ilusionada que cuando era ella misma quien esperaba la visita de Sus Majestades, esta activa mamá de tres criaturas, técnica de Integración social y vocal de Juventud de la Cofradía del Abuelo 'concede hoy audiencia' a Lacontradejaén. 

—¿Está casada con un príncipe heredero o con un rey reinante?

—Hombre, para mí mi Salvi [su marido, Salvador García] es mi príncipe, el rey de mi vida. 

—Pero no es rey...

—Depende de lo que entiendas por rey. ¡Bueno, tiene sus cosas de rana también, pero pesa más lo bueno!

—Vamos, que no es príncipe ni rey. Otra pregunta: ¿ha ganado usted algún concurso de belleza, la han coronado por guapa?

—No.

—¿Pero se ha presentado a alguno de esos concursos a lo largo de su vida?

—No, de belleza como modelo no; si es verdad que cuando terminé el grado superior me presentaron a un premio, como persona ejemplar o referente en valores, junto con otros participantes. La cosa es que gané el premio, por todos los 'like' que recibió la publicación. 

—Eso fue más bien por su belleza interior, la del alma, que según Molière es firme y segura al contrario que la del rostro, frágil y pasajera...

—Sí. 

—Como nunca se ha presentado, cualquiera sabe si el mundo se ha perdido una miss mundo de Jaén. 

—[ríe] No sabemos.

—Entonces es usted actriz, Inma, no lo niegue. 

—¿Actriz? Bueno, me gusta mucho ser payasa, por mi trabajo tengo que caracterizarme para levantar los ánimos y la autoestima de los niños que a veces no tienen esa iniciativa, pero actriz en la vida real no. Teatro sí he hecho, y musical también, pero no me he dedicado nunca a eso profesionalmente. 

—Esta retahíla de preguntas que a lo mejor le resultan extrañas tienen un sentido: una mujer, para llevar una corona, o se casa con un príncipe heredero o gana un certamen de belleza o es actriz. Fuera de eso, la única opción es ser rey mago. O reina maga.

—Este es el caso, sí. 

—¡Voilá!, diría un francés, resulta que Lacontradejaén entrevista este domingo de diciembre a una jaenera de sangre azul. ¿Cómo se llega tan alto, señora Cobo? Las malas lenguas siempre han apuntado al enchufe, ya sabe: las influencias. 

—Yo siempre había pensado eso, pero desde que tengo uso de razón y sigo las redes sociales he visto que desde hace relativamente poco tiempo, esa posibilidad se oferta. Este es el tercer año que me presentado, y me han cogido, curiosamente el año con el que menos ilusión me he presentado. 

—¿Y eso?

—No es que me haya dado envidia, en todo caso envidia sana, pero es que otros años no me han cogido ni para paje. Este año, la inscripción terminaba el día 11 de noviembre y Salvi, mi príncipe, me dijo el día 10 que si no me iba a presentar, me animó y dije que sí. Lo hice por la plataforma digital, para ahorrarme tener que subir al registro, y después de un rato peleándome con el ordenador lo presenté por la plataforma digital. 

—¿Llegó a pensar en algún momento que este año sí sería el suyo?

—Me llamaron desde Cultura para comentarme que tenían un problema con los papeles y que tenía que llevarlos presencialmente, y pensé: "¡Vaya lata que me va a dar esto a mí, tampoco tengo tanto interés!". Lo imprimí en la papelería y estando allí, el muchacho que atiende me preguntó si este año ñme iba a presentar y me comentó que había conocido a un chico que ya lo había hecho en seis ocasiones, y nada. 

—Le quitó la ilusión más de lo que ya la había perdido, ¿no?

—Yo le dije: "¡Esto es política, esto es enchufe!", y él me respondió que la esperanza es lo único que se pierde. Eso fue el 11 de noviembre, el último día para presentarse, y entregué todo. 

—¿Cómo recibió la noticia, de qué manera le comunicaron que este año Inmaculada será Baltasar en la cabalgata de Jaén capital?

—Hace un par de semanas, estaba comprando el famoso elfo navideño importado, el más grande que había, y recibí una llamada. Me llamaron por teléfono y me dijeron: "Hola, soy María Espejo, de la Concejalía de Cultura, tenemos un mensaje para ti de los Reyes Magos de Oriente". 

—Qué Disney todo, no diga que no. 

—De película, sí, y me alegró el día, porque tenía yo por dentro una serie de problemas personales. Me volvieron a llamar y me dijeron: "Somos Sus Majestades de Oriente, estamos aquí, en Cultura, te pedimos que no digas nada a nadie, que guardes el secreto".

—¿Le dijeron por qué había sido la elegida, o fue cuestión de suerte?

—Sí, me dijeron que había sido por mi carta de presentación, que les había gustado mucho. 

—Es que una buena carta de presentación... ¿Ha pensado usted que la de 2024 será la Navidad más negra de toda su vida (dicho sea en el mejor sentido)?

—[ríe, y ríe y sigue riendo]

—Desde ese momento hasta hoy, ¿el nivel de emoción ha bajado o sigue como el primer día, prácticamente entronizada?

—A ver, estoy ilusionada, cuando me llaman para algo desde Cultura se me descompone el cuerpo, me pongo muy nerviosa, no sé cómo lo voy a desempeñar, si lo voy a hacer bien. 

—¿Su agenda se ha revolucionado con el nombramiento, o no es para tanto? ¿Cambia la cotidianidad de una persona desde que se sabe regia?

—Bueno, este año, por primera vez, nos han entregado un hisopo o algo parecido, para que pase como testigo, y el primer día, en el salón de plenos del Ayuntamiento, me pusieron una alcachofa y yo me preguntaba: "¿Qué digo ahora?". Esta mañana hemos ido a ver las carrozas, nos tienen que llamar para ver los trajes (que este año son nuevas).

—Menuda exclusiva, los Reyes Magos estrenan ropaje.

—Eso me han dicho, sí. 

—Hablaba usted líneas arriba de su marido, de "su Salvi", como un príncipe y también algo rana, pero está claro que es más lo primero que lo segundo: sabiendo que si su esposa era elegida para la cabalgata de este año, le tocaría a él solito llevar a los niños a ver a los Reyes la animó, la empujó a hacerlo. 

—Es que se ha animado él también. 

—¡Perdone! ¿Qué quiere decir con eso de que él también se ha animado?

—Cada rey puede elegir a tres de sus cuatro pajes (¡ahí sí hay enchufe, esa es la verdad); el otro es elegido por el Ayuntamiento. Yo, me lo he tomado como un regalo, es muy importante para mí, y se lo comenté a Salvi, que ha aceptado. Las otras dos personas son una amiga nuestra, Nines, a la que le va a hacer mucho bien, y Ricardo Cobo

—Lo de su marido se entiende a la primera, aunque sea solo por no aguantarle el berrinche de no llevarlo como paje (si es que él lo deseaba). ¿Por qué ha escogido a quien fue en su día hermano mayor de la Cofradía del Abuelo, de la que usted es, por cierto, su vocal de Juventud?

—Tengo hermanas, tengo vecinas y tengo a más gente, pero pensé que tenía que ser un regalo para alguien que yo sé que lo va a vivir. Ricardo es una persona que ha hecho mucho bien al mundo, se va de misiones y altruistamente pasa mucho tiempo fuera, ayudando a personas que lo necesitan. 

—¿Cómo reciben los pajes esa noticia, seguramente tan inesperada?

—Nines se puso muy contenta, mi Salvi también (aunque también le tira mucho llevar a los niños), y lo de Ricardo fue muy divertido: vino a casa a cenar con nosotros y me habló de mi nombramiento como reina Baltasar, de los caramelos... Yo le dije: "A lo mejor no los tiro yo sola y los tiras tú conmigo", se quedó sorpendido, nos estrechamos la mano y ya está. 

—Redes sociales, conversaciones, comentarios... Todavía se oyen voces disonantes ante el hecho de que una mujer encarne el papel de rey mago. ¿Le afecta?

—Sí, lo he leído en las redes sociales pero yo tengo mucha ilusión, nunca he pensado que me iban a criticar por el hecho de ser mujer, aunque es verdad que a mucha gente no le gusta, sobre todo a algunos hombres. No lo entiendo, porque la gente siempre se ha disfrazado en asociaciones, en cofradías, en los coles. No entiendo que guardando la misma ilusión que un hombre, una mujer no pueda ser rey mago. No comparto esas críticas, creo que la ignorancia es muy atrevida. 

—¿Se acordará de alguien especial ese día, subida en la carroza?

—Pienso que sí, aunque sea un día de mucha euforia, recibiendo a los niños (nos han dicho que recibimos en torno a diez mil o más); a mis niños los voy a tener en la mente en todo momento, tanto a mis hijos como a mis niños del trabajo, que son niños atrapados en cuerpos de adultos. Me acordaré de todos. ¡Ah, y un detalle que desconocía!

—Sea generosa y compártalo con los lectores de Lacontradejaén. 

—Yo no sabía que, al terminar la cabalgata, se visita a los niños de los hospitales. 

—En eso tiene experiencia, con el reparto de claveles de Nuestro Padre Jesús cuando termina la procesión. 

—Sí, ese es un momento muy emocionante, ver las caras de las personas mayores y enfermas al recibir un clavel de Jesús y se te cae el mundo a los pies.

—Está siendo usted muy generosa en esta audiencia, no ha puesto límite de tiempo, y eso que las agendas reales suelen estar cargaditas. Para terminar, majestad, ¿entiende usted a alguien a quien le ofrezcan ser rey mago y diga que no, que no le haga la más mínima ilusión?

—A ver, hay gente para todo, pero si esa persona es creyente, la verdad es que no lo entiendo. 

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