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"A través de la fotografía quiero engrandecer Jaén y a los jiennenses"

"A través de la fotografía quiero engrandecer Jaén y a los jiennenses"

Por Javier Cano - Septiembre 24, 2023
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Por el estudio del fotógrafo Jesús García Castelo (Jaén, 1968) ha pasado un buen número de personajes de aquí, pero hoy se cambian las tornas y él mismo se convierte en protagonista, en entrevistado, en fotografiado. Técnico de telecomunicaciones, el universo de las cámaras, los flashes y los objetivos es el medio natural de este Richard Avedon jaenero, que a través de su obra consigue mostrar mucho más que la 'fachada' de sus modelos. Y todo con un destino claro: ensalzar su tierra.   

—¿Es esta la primera vez que pasa usted de la posición de fotógrafo a fotografiado, de artista a modelo?

—Ya he hecho alguna entrevista, no muchas, un par de ellas. 

—¿Y dónde se encuentra más cómodo? A primera vista, parece un gran tímido...

—Sí, sí, soy bastante tímido pero, a la vez, me gusta mucho el contacto con las personas, hablar con ellas, y he descubierto con la fotografía que puedo entablar conversación con la gente y, un poco, ocultar esa timidez que no me deja hablar tanto con las personas. 

—¿Le enriquece, humanamente y personalmente, eso de cascar y cascar con los protagonistas de sus ya cotizados retratos, o la cháchara es solo una excusa para entretenerles la sesión? La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad señor García Castelo, por favor. 

—Sí, sí. Por ejemplo, en este trabajo en concreto que estoy haciendo ahora intentas magnificar, poner un poco en valor a las personas de Jaén, un aspecto de Jaén. No me esperaba encontrarme eso...

—¿A qué se refiere?

—Que aparte de haber hecho tantas fotos y la gente prestarse, es lo que me dan las personas. Muchas veces alguno te dice: "He pasado un momento superagradable, me he olvidado de todo", y eso me da una satisfacción 'que pa qué', que en ese momento se hayan sentido relajados. 

—'Que pa qué', toda una tarjeta de presentación, Jesús, es usted más jaenero que el paso de aire. El trabajo en el que está enfrascado es su álbum Jiennenses, que difunde principalmente por las redes sociales. ¿Cómo nació esa idea?

—Yo, mi vida laboral la realizo en Madrid, soy socio de su Real Sociedad Fotográfica, y todo el mundo, cuando llegas, te pregunta: "¿De dónde eres?". Yo les digo que de Jaén, y todo el mundo habla del aceite. Está muy bien que todo el mundo hable bien del aceite, pero tenemos muchas cosas más. Eso, unido a que muchas veces nosotros mismos hablamos mal de nuestra tierra... Reuniendo estas dos cosas, se me ocurrió la idea de trabajar sobre la gente de Jaén. Y fui dándole forma. 

—¿Qué gente, qué tiene que un jiennense para merecer la atención de su objetivo?

—En un principio piensas en personas muy relevantes, y luego piensas que también hay gente, a nivel provincial o a nivel de Jaén capital, que merece mucho la pena nombrarlas. Intento también, aparte de engrandecer Jaén, dignificar a la persona, que no sea solo famosa: llegó un momento en que pensé que cualquier persona me es válida. Pero no puedo fotografiar a todo el mundo. 

—¿Cuánto tiempo hace que comenzó esta serie de fotos de personas de Jaén?

—Empecé antes de la pandemia, fui acumulando fotos pero no quería exponerlas. Y cuando falleció Pilar Palazón, me supo muy mal que ella no pudo ver su retrato, por eso empecé a exponer las fotos en las redes sociales. 

—Usted piensa en alguien y le propone tomarle unas fotos. ¿Suelen responderle bien, o hay quien declina la invitación? Cuente, cuente...

—La gente, muy agradable. 

—Y una vez que se publica esa foto, ¿cree que realmente se cumple el principal fin que lo movió a iniciar este trabajo? Es decir, aquello de engrandecer Jaén, de que fuera se conozca esta tierra no solo por el aceite, como usted dice. ¿Trascienden esos rostros más allá de las fronteras locales?

—Sí, sí, sobre todo en Jaén, pero también al tener amistades de Madrid y de fuera de Jaén, da pie a que los conozcan. 

—Vamos, que ya le han dicho por los Madriles que sí, que Jaén no es solo aceite...

—Sí. Tengo alguna anécdota de eso, por ejemplo con gente más famosa y que muchos no sabían que son de Jaén, como Santi Rodríguez. 

—¿Se ha marcado un punto final para este proyecto, o mientras haya jaeneros propicios Jesús García Castelo seguirá retratándolos?

—Quiero llegar a las cien personas, por darle un final y que no se haga tampoco una cosa muy larga. Pero ahí sigo.

—Quizá está pensando en una exposición que muestre todas esas fotografías...

—Sí, una exposición o quizás algún libro, alguna publicación; no quiero que se quede en mí, si lo he hecho para Jaén, pues que lo tenga Jaén. 

—Porque este es su trabajo más jaenero, su santo y seña como enamorado de su patria chica, ¿no?

—En cuanto a Jaén, sí, este; luego, colaboro también con muchas actividades deportivas, para ayudar a personas, que es también mi labor por Jaén, que se conozcan estas actividades. Tengo en mente algunos más.

—Toda esta parafernalia de cámaras, estudio, trabajo, tiempo y dedicación, ¿le da dinero, o todo lo contrario? 

—[Ríe] No me da dinero, no.

—No le mueve otro interés que divulgar las bondades de su tierra, entonces. 

—No, el interés es poner Jaén en buen lugar. Soy una persona sencilla, un poco tímida, y no soy reivindicativo. A ver si así, a través de las fotografías, consigo algo. 

—Cambiando de carrete, Jesús. Dice usted que trabaja en Madrid, pero que ama mucho su Jaén. ¿Se desplaza habitualmente a la capital del reino para ganarse el pan? ¿No le trae más cuenta quedarse allí definitivamente?

—No he renunciado a que mi familia se quede aquí, a que mis hijos se eduquen aquí. Cuando me tuve que marchar, ellos tenían una edad un poco complicada y decidimos mi esposa y yo hacerlo así. 

—Con los años, a lo mejor alguno de sus hijos se lo ha reprochado, porque Madrid es Madrid.

—Mi hija, de hecho, ahora vive allí. 

—Pero con Jaén en el corazón, ¿verdad?

—Sí, sí, a mí me han tratado muy bien en Madrid, me encanta, pero como la tierra de uno no hay nada. 

—Y mire que Madrid tiene cosas que fotografiar. Por cierto, ¿de dónde le viene a usted la afición (o la vocación) fotográfica? 

—La fotografía, puedo decir que empecé recientemente, hace unos quince años o algo más, pero desde pequeño me he identificado siempre, mucho, con la imagen. En mi casa siempre ha habido una cámara, mi padre iba con la cámara al campo, a todos lados; un museo, el cine..., eso siempre me ha gustado.

—Cualquier disciplina que entre por los ojos, por lo que dice. 

—Sí, sí, el tema de la imagen me ha encantado siempre, y no le he dado cauce hasta que no ha llegado el momento, a los cuarenta años, cuando estaba en Madrid y coincidí con unos compañeros que vieron que yo iba con mi cámara, fotografiando cosas de Madrid, y me dijeron: "Oye, se te da bien eso". El contacto con estas personas fue lo que me hizo profundizar, estudiar, prepararme un poco más.

—¿Satisfecho, entonces, con poder compaginar obligación y devoción en su día a día?

—Sí, claro, muy contento también con mi profesión, somos una saga de familia que nos hemos dedicado a las telecomunicaciones. 

—¿Qué bulle en su mirada, señor García Castelo, para cuando decida concluir el álbum Jiennenses?

—Sí tengo algo relacionado con Jaén, pero no sé cómo contarlo para no hacer spoiler. Serán más retratos, porque me encuentro bastante a gusto en ellos. 

—¿Por qué no el paisaje, la flora o la fauna, la naturaleza de Jaén? ¿Por qué el retrato?

—Por eso que he dicho, que me gusta mucho comunicarme con las personas, el momento ese que compartimos. La técnica procuro que sea el diez por ciento, pero ese momento de hablar con las personas, comunicar, que ellos te cuenten cosas, procuro darle bastante importancia. Y procuro que capten ellos también ese momento que estamos viviendo los dos, congelar ese momento. 

—En las redes pone usted a sus fotografiados por las nubes, ¿de verdad que todos son tan maravillosos? Mójese, se lo ruego. 

—Sí, sí. Si es verdad que hay personas con las que conectas más que con otras, pero en general estoy muy satisfecho con todo el mundo. Luego hay una amistad con unas personas que han venido, y menos con otras, pero muy satisfecho. 

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