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"El gran problema es que no existe un pacto por la educación"

Por Esperanza Calzado - Octubre 14, 2018
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La educación no puede ser un arma política, ni cambiar la ley cada vez que hay un giro de Gobierno. El presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado de la provincia de Jaén "Los Olivos", Pedro Delgado Alcudia (1973, Córdoba), lo tiene claro: el gran problema es la necesidad de un gran pacto educativo, no solo a nivel político, sino también social. Es consciente de la dificultad que ello implica, pero no decae en su tesón. El mismo que le hace defender incansable las necesidades de mejoras en los centros educativos, desde las instalaciones hasta el sistema de toma de decisiones. Alimentación, infraestructuras, acoso escolar e, incluso, los efectos de la puesta en marcha del tranvía en centros como el colegio Nuestra Señora de la Capilla. Repasamos con Pedro Delgado las principales inquietudes de los padres y madres de la provincia de Jaén.  

—De Córdoba a Jaén.

—Mi llegada a Jaén fue por motivos laborales, aunque mi mujer y su familia son de aquí. Con lo cual, fue una opción "voluntaria".

—¿Se siente más jiennense que cordobés?

—Mis tres hijos han nacido en Jaén y lógicamente ya estoy unido a esta tierra sin olvidar el cariño hacia Córdoba. 

LAS AMPAS: LA ASOCIACIÓN MÁS GRANDE DE LA PROVINCIA DE JAÉN

—¿Cómo se introduce en el movimiento de padres y madres de estudiantes?

—Las asociaciones tienen una vida de altibajos y pasan momentos buenos y malos, en los que la participación baja y es escasa. En nuestro caso, el Ampa Almazara, que tiene cerca de 50 años, atravesó ese momento hace ocho años. Hicieron un llamamiento a todas las familias y respondimos. Primero entré de vocal, con la presidenta anterior, Paula García, y después estuve tres años de presidente.

—¿Y el salto a Fampa Los Olivos?

—Mi relación con la federación fue en la búsqueda de alguien que nos orientara en muchas de las dudas que teníamos. Rápidamente se acercaron a nosotros y de esa relación surgió la propuesta de participar en su junta directiva. Primero fui propuesto como vocal y tras un año y medio, las ampas federadas me propusieron liderar la federación. Se creó un equipo muy conjuntado, diverso, con padres y madres de muchos puntos de la provincia, desde Huesa hasta Marmolejo, pasando por Linares, Úbeda, Torredelcampo, etcétera. En el año que llevo de presidente, este grupo ha funcionado perfectamente. El anterior presidente, Antonio Juanes Lozano, estuvo dos años e impulsó la federación hacia un atractivo que nos era atractivo. Así que lo que hemos hecho es seguir la labor que había iniciado. 

—¿Se sienten como Don Quijote luchando contra molinos de viento?

—Sin duda. El voluntariado es bastante desagradecido y no está muy agradecido por la sociedad. Siempre se lanza la sospecha de que "algo se sacará", lo que es una losa sobre los voluntarios. Hay que recordar que por normativa, si no cometeríamos un delito, no podemos ganar dinero, solo la satisfacción personal de haber alcanzado unos objetivos para nuestro colectivo. Esa falta de aprecio social es una losa que tienen todos los movimientos de voluntariado, no solo las ampas, sino las asociaciones de vecinos también, por ejemplo. Además, no hay que olvidar que somos el movimiento de voluntariado más amplio de la provincia de Jaén, muy cerca del vecinal. 

 Foto: Fran Cano.
Foto: Fran Cano.

INICIO DEL CURSO

—Hemos empezado el curso con obras. 

—Todos los años, las administraciones anuncian las obras que acometerán y siempre nos parecen insuficientes porque hay mucha demanda de mejoras en los centros educativos. Sin embargo, van llegando buenas noticias año tras año. Esta vez, ha sido un jarro de agua fría darnos cuenta de que como consecuencia de la nueva ley de contratación nos hemos encontrado que tras el verano no se había acometido las obras previstas ni por parte de la administración andaluza ni de los ayuntamientos. Entendemos que es una nueva normativa obligada por la Unión Europea, que es puntual de este año, pero lo cierto es que es insatisfactorio para todas las asociaciones. Por eso, demandamos que las obras que se tengan que hacer durante el curso generen las menores molestias posibles. 

—¿Tan mal están los centros educativos como para demandar siempre mejoras?

—Hay de todo. Son centros históricos como éste (Colegio Nuestra Señora de la Capilla de Jaén), que era donde hacían las prácticas las maestras que se formaban en el edificio anexo. Son edificios antiguos, con una larga tradición, pero con instalaciones que a veces no acompañan a la calidad de la enseñanza. No es lo fundamental, desde luego. Nos preocupan muchas otras cosas pero hay momentos que llaman mucho la atención y en los que se demuestran las carencias, como por ejemplo cuando llega el calor.

—O el frío...

—En esos momentos es cuando nos damos cuenta de que necesitamos unos edificios adaptados. No soportan las altas temperaturas y las soluciones urgentes que se pueden encontrar, como la instalación de aire acondicionado, generan otros problemas como son darse cuenta de que la red eléctrica es inadecuada, el incremento del consumo energético, ayuntamientos en crisis que no tienen dinero para abonar esos costes y, al final, llegarían problemas de salud porque el aire acondicionado pasa factura. 

—¿Cuál es la solución?

—Lo que le pedimos a las administración es que, con técnicos, hagan edificios que estén adaptados a la temperatura idónea para impartir clase. El gasto que se hace en infraestructuras es insuficiente porque, realmente, lo que se hace es tapar lo urgente pero nunca hay tiempo para hacer una planificación adecuada. Por lo tanto, siempre tendremos noticias de problemas en los centros que no se han abordado con el tiempo debido. Además, se atienden obras grandes y nunca hay tiempo para las medianas o pequeñas, entre ellas, que los patios tengan un pavimento adecuado. Para eso nunca hay dinero.

PACTO POR LA EDUCACIÓN

—¿Cuál es el problema más importante?

—Como federación provincial debemos pensar en los grandes problemas. En eso, coincido con la federación andaluza y española, Ceapa y Codapa, es la falta de un pacto educativo. Hay vaivenes continuos según el partido político que gobierne, con cambios continuos en la ley, con infinidad de nombres e infinidad de cambios. Demandamos un pacto social y político por la educación. No olvidamos la parte social, es decir, que la nueva normativa debe ser fruto del consenso político, pero también social. Los docentes, las familias y todas las partes implicadas en la educación deben participar. Eso es lo fundamental, lo más urgente y lo más difícil. 

 
 

—¿Proponen, entonces, un nuevo cambio de ley? ¿No les gusta la actual?

—El movimiento de padres y madres está radicalmente en contra de la actual ley educativa. Nos ha quitado el poder de decisión en los consejos escolares, órgano en el que estamos representados. Hasta hace tres años, podíamos decidir sobre la vida del centro, aunque en el consejo siempre hay una mayoría de representación del profesorado. Hoy en día solo tenemos un papel consultivo, y eso se nota.

—¿En qué se nota?

—Cuando lo que opinamos no es decisivo se va produciendo un cambio de hábitos.

—Pero profesorado y padres deberían ir todos a una. ¿No es así?

—El profesorado es tan variado como las familias y es cierto que tenemos que ir a una. Está demostrado científicamente. El año pasado tuvimos el segundo congreso de educación de Fampa Los Olivos y vino la personalidad más importante en España en el ámbito educativo, Ramón Flecha. Es coordinador del grupo INCLUD-ED, de la Unión Europea, que es donde se dio forma a qué educación de futuro queríamos. Nos contó que el éxito educativo pasa siempre por la implicación y participación de las familias. Si nosotros somos necesarios, es lógico que opinemos y que participemos. 

—¿Se utiliza la educación como arma electoral?

—Efectivamente. La educación está continuamente en las portadas de los periódicos. Es muy importante que se hable de educación, pero no de esta forma. Es necesario un gran pacto social. 

ACOSO ESCOLAR

—¿Qué trabajos se hacen para reducir el acoso escolar e, incluso, signos de machismo entre los adolescentes?

—En nuestra federación, el acoso escolar y la coeducación son dos temas que tratamos todos los cursos; es una obligación. Nos basamos en lo científicamente comprobado. Buscamos mostrar a las ampas qué tendencias existen para mejorar la convivencia de los centros. En estos momentos, lo que tiene más éxito son las mediaciones entre iguales, cuando un alumno corrige la actitud de otros. Los compañeros son la garantía de que no se sufra acoso. Se está trabajando en los centros de la provincia y de Andalucía. Es verdad que cuando hay un caso, se le da mucha difusión, pero también hay muchos centros que trabajan muy favorablemente la convivencia. Por ejemplo, lo que se ha puesto en marcha en el instituto de Jabalquinto, que tenía una imagen no muy favorable para el entorno. Entre familias y profesorado han puesto en marcha herramientas, muchas de mediación, y han dando un cambio radical en tres años. Hoy en día es un centro mentor para enseñar sus buenas prácticas. Esto demuestra que existen herramientas que cuando se ponen en marcha de la mano profesores y familia tienen un éxito enorme. Además, hay programas muy interesantes, como Escuela, espacios de Paz o los premios Convivencia Plus. 

—Cuando se habla de violencia de género siempre se alude a la educación para atajar esta lacra, tanto en casa como en el colegio.

—Efectivamente. De nada sirve que se les dé unas pautas en los centros escolares sobre igualdad y coeducación si en casa no se pone en práctica. Eso es lo más complicado. Nuestros alumnos están unas horas en el colegio, pero el resto del día lo pasan con nosotros, los padres, por lo que las familias somos las máximas responsables. 

—¿Los medios de comunicación entorpecemos o ayudamos?

—Detectamos que el alumnado está más tiempo expuesto de lo que sería razonable a los medios de comunicación. También detectamos que hay falta de concienciación tanto en coeducación como en lenguaje igualitarios y difundir programas o prácticas que sean un ejemplo a seguir. En España hay una sensibilidad muy importante para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres pero los programas de televisión, por ejemplo, no tienen ese toque de concienciación. Y no olvidemos la música, cuyas letras a veces tampoco ayuda mucho. Entonces, lo que hacen en el colegio, a veces lo deshacemos en casa o con la televisión y la radio. Debemos concienciarnos de que todos educamos y de que todos debemos trabajar este aspecto. 

 Foto: Fran Cano.
Foto: Fran Cano.

—¿Les preocupa la despoblación?

—Tenemos un problema social, no solo educativo. En nuestra provincia escasea el trabajo, existe una emigración importante y la natalidad ha bajado. Eso nos está dejando sin niños y es algo que tenemos que abordar toda la sociedad, no solo desde el ámbito educativo. Pero no solo ocurre en las zonas rurales, vemos como ciudades como Jaén y Linares también pierden población.

—En Linares, ¿qué pasa con el IES Santa Engracia?

—Eso quisiéramos nosotros, tenerlo claro. Se van dando pasos, pero muy despacio. A la comunidad educativa de Santa Engracia y del Conservatorio los que le preocupa es saber si el curso que viene van a poder empezarlo allí, porque por problemas administrativos van tan despacio que ponen en duda que las obras estén hechas para el año que viene. Además, es menos conocido, pero la federación hemos solicitado trasladar nuestra sede a la Escuela de Peritos. Es un edificio que tiene espacio para todas las organizaciones y consideramos que va a ser un hito cuando se consiga. Pero es cierto que la lentitud en los pasos dados son insatisfactorios. Esperemos que se resuelva pero ponemos en duda que el año que viene el instituto Santa Engracia pueda desarrollar sus clases en este edificio.

—¿Algún otro frente conflictivo?

—Es conocido que en Torredelcampo hemos tenido el colegio público San Isidoro. Este centro está conviviendo con una obras de retirada de amianto que se han tenido que desarrollar en septiembre y octubre cuando lo previsto es que fueran en verano. Tanto la administración local como autonómica se han retrasado por la famosa ley de contrataciones, por las autorizaciones del Ayuntamiento y porque se han empezado muy tarde. Las familias han estado preocupados por este asunto. Esperamos que en un mes las obras estén terminadas. 

—Esperando que empiece el programa de Alberto Chicote sobre la alimentación en los hospitales públicos, ¿en la educación existe un problema de calidad?

—Estamos muy a disgusto con la deriva que están teniendo los comedores. Defendemos las cocinas in situ, como eran antiguamente. Con las máximas garantías y con los cocineros en los colegios porque así se cocinan productos frescos que se sirven al momento. En nuestra provincia es todo catering en frío. Siguen una cadena de frío que garantizan que no existan intoxicaciones, evidentemente, eso no lo ponemos en duda. Pero consideramos que además de garantizar la salubridad, también debemos tener una comida de calidad y eso supone que sepa. La comida en frío pierde sabor y es menos atractiva. Eso provoca que nuestros hijos coman mal en los comedores. Las quejas de las familias es continua. Además, con menús a cuatro euros es muy difícil que se garantice el repertorio de alimentos y la frescura que demandamos, sobre todo porque los comedores deben enseñar a disfrutar de la comida siempre de una manera equilibrada.

 Foto: Fran Cano.
Foto: Fran Cano.

—La lista de demandas para la delegada de Educación, Yolanda Caballero, es muy amplia.

—Nuestras listas son eternas y nuestras reuniones con ella largas (ríe). Siempre nos hemos sentido acogidos y nos hemos sentido escuchados. Las demandas son larguísimas, nuestra obligación es trasladarlas y entiendo que ellos lo toman con la normalidad que procede. Además, tenemos que reconocer que tenemos una rutina de reuniones trimestrales en las que afloran todas las casuísticas que se dan en los centros de la provincia. Por cierto, una de las demandas que siempre está en la lista es que somos una de las pocas provincias que no tiene ni un solo comedor en Secundaria.

—¿Ni uno?

—No lo entendemos. Estamos convencidos de que los jiennenses somos como los demás andaluces y estamos convencidos de que en algún instituto existe la necesidad. De hecho, le hemos propuesto alguno y esperamos conseguir no ser una de las provincias que no tiene.

—Parece que solo hablamos de lo malo, pero nuestro sistema educativo también tiene cosas buenas.

—Muchísimas. Todos los años, la Federación hacemos unas jornadas de buenas prácticas, en las que mostramos tanto las que han llevado a cabo las ampas como los centros educativos. Tenemos una asociación maravillosa, Hilos para Educar, que es mixta entre docentes y familias donde trabajamos por la innovación educativa. Somos la provincia donde más se innova, donde más comunidades de aprendizajes tenemos y dan muy buenos resultados. Los profesores tienen una labor muy complicada, pero muchos dedican más horas y se reinventan para innovar en sus centros y nosotros eso lo premiamos todos los años. Por eso, nosotros siempre defenderemos que la innovación educativa se extienda. 

—¿En el seno de la Fampa hay inquietud por formas de enseñar diferentes, como la filosofía Montessori?

—Compartimos las reflexiones que nos trasladó Ramón Flecha de que debemos ser precavidos y extender aquellas innovaciones educativas que están comprobadas científicamente. Evidentemente, hay modelos que tiene que testarse por la comunidad científica y las universidades. Cuando sea así, las extenderemos. No estamos en contra de la filosofía Montessori, que ya lleva muchos años y está demostrada, pero sí creemos que cada centro debe analizar cuáles son sus necesidades, porque todo no vale para todos. Analizar las corrientes nuevas y testarlas. Una vez que se demuestren sus beneficios científicamente, nosotros la extenderemos. 

—¿Le preocupa que haya profesores que sigan enseñando como hace veinte años?

—Nos preocupa. Cuando se enseña de una manera decimonónica vemos que el alumnado se aburre y, por lo tanto, no aprende. Nos preocupa la enseñanza clásica. Estamos con las nuevas tecnologías, por lo que no podemos seguir con pizarras históricas de tiza. En cuanto a los libros, el mejor es el que realiza el profesor. Nosotros estamos convencidos de que no siempre es necesario seguir el libro sino que utilice sus propios materiales. Estamos obsesionados con los libros que los hacen editoriales que son un material de apoyo. Por cierto, el cheque libro debe recoger todo el material necesario para dar la clase. En Andalucía ha sido un hito conseguir la gratuidad de los libros, eso tenemos que defenderlo y no retroceder. No podemos consentir que las editoriales quiten parte del contenido y lo saquen en publicaciones aparte que deben ser adquiridas por las familias. 

—Para terminar, ¿qué van a hacer los padres del Colegio Nuestra Señora de la Capilla cuando se ponga en marcha el tranvía?

—El ampa ya está preocupada, por eso estamos promoviendo un cambio de hábitos. La Diputación, con su programa Caminos Escolares, ha concedido trabajar en este centro con el ampa y el profesorado, además de los técnicos de Medio Ambiente. Vamos a iniciar la concienciación del desplazamiento sostenible al colegio. Vamos a recordar que contaminamos cuando venimos en coche. Lo ha impulsado el ampa y hemos conseguido que la Diputación haya concedido ese programa. 

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